¿QUÉ VOTAN LOS LIBERALES ESPAÑOLES?



 Artículo de Fernando González Urbaneja en “La Estrella Digital” del 30.07.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

Miguel Sebastián, asesor personal del presidente Zapatero desde hace años, ha alborotado en uno de los sectores liberales cercanos al ex presidente Aznar. Le invitaron al seminario que durante muchos años organizó en El Escorial Rafael Termes, y la mano derecha de ese líder socialista, patán e ignorante, les expuso con trasparencias que los liberales españoles votan preferentemente socialista, que sus aspiraciones las interpreta Zapatero.

Le habían invitado por cortesía y diversidad, y el economista metido a confidente del príncipe les mostró un espejo con una imagen irritante. Me contó uno de los asistentes que Sebastián estuvo brillante, pero prestidigitador y falaz. Pedro J. elevó la ponencia a categoría cuando se apoyó en ella para su habitual sermón dominical.

La proposición de Sebastián es sugestiva, pero sospecho que no está resuelta. Primero ¿hay liberales en España? Quienes así se declaran deben serlo, y según parece llegan a casi el 20% de los votantes. Puede que lo sean o que no, que se trate sólo de fachada. Semanas atrás encontré en la catedral de Plasencia una lápida en el suelo sobre el sepulcro de uno de sus obispos, fallecido en 1906, en la que se describían sus virtudes. Entre ellas no era menor la descrita como “martillo del liberalismo”.

El liberalismo germinó con dificultad en España, donde el catolicismo más tradicional monopolizó durante siglos (todavía hoy mantiene posición dominante, aunque los obispos se sienten arrinconados) la moral, la ética, la filosofía, y un trozo del derecho y la economía. En las ideas económicas de muchos políticos actuales hay más doctrina social católica que economía clásica o neoclásica.

Pero puede que Sebastián no ande errado, para desesperación de algunos liberales convencidos que no pueden imaginar cofrades votando socialista. Otros que se reconocen liberales tampoco se pueden imaginar votando popular, incluida la etapa Aznar, que en una materia como medios de comunicación fue todo menos liberal, ni un poquito. Tampoco anduvo muy fino en intervencionismo, a pesar de tener al lado a Rodrigo Rato, mucho más consistente en esta materia.

La apreciación de Sebastián tiene coherencia con las encuestas sobre posicionamiento político de los españoles, que colocan al PP demasiado a la derecha, mientras otorgan a los socialistas una posición mucho más amplia y centrada. Puede que Sebastián este más acertado que errado, que un buen segmento de liberales españoles vote socialista. Los del PP deberían meditar sobre ello y repasar su programa y, sobre todo, sus discursos.