ZAPATERO CONCLUYE UN FIN DE CURSO POLÍTICO CATASTRÓFICO PARA ESPAÑA Y PARA EL PSOE

Algunos barones del PSOE especulan con un cambio de gobierno y un congreso extraordinario socialista para sustituir a Zapatero

 

Informe de  Rafael Halcón | Madrid  en “Republica.es” del 30 de julio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El semestre político que se cierra es posiblemente uno de los peores vividos en España desde el inicio de la transición, excepción hecha de dos graves acontecimientos con fueron el golpe de Estado del 23-F de 1981 y los atentados islamistas en Madrid de la primavera de 2004. No en vano lo ocurrido en los últimos meses con la crisis económica y financiera española, con la ruptura del diálogo social, la sigilosa reapertura del diálogo con ETA, y los nuevos desafíos del nacionalismo catalán y del PSC, a propósito del nuevo estatuto y luego con la prohibición de los toros, constituye una colección de despropósitos políticos. Los que han puesto en evidencia no solo la soledad parlamentaria de un gobierno desprestigiado, sino la trayectoria demencial del presidente Zapatero que, en los últimos tres meses, ha acumulado la merecida cosecha de sus errores y temerarios desafueros de los últimos seis años dejando a España en una grave situación y al PSOE en pésima posición política y pre electoral.

Ni siquiera la presidencia española de la UE ni el décimo aniversario de la llegada de Zapatero al liderazgo del PSOE han permitido paliar los desastres del último semestre español que tiene en su horizonte un otoño muy complicado en lo político, lo económico y lo social. A la vez que en la Moncloa, sede del gobierno, y en Ferraz, sede del PSOE, estarán muy pendientes de la estabilidad parlamentaria el gobierno para lo que necesitarán de la caridad o el chantaje del PNV que pretenderá sacar su particular tajada del voluble Zapatero como lo han hecho los nacionalistas catalanes, a cambio de los apoyos de los nacionalistas vascos a los Presupuestos Generales de 2011. Sobre todo una vez que CiU, cansados de exprimir la “teta” del gobierno se alejan de Zapatero al que ven agotado y se preparan para reconquistar la Generalitat en las elecciones catalanas del otoño.

En estas circunstancias, no es de extrañar que la indignación y la preocupación crezca ente los barones y dirigentes del PSOE que consideran que Zapatero ha sido un desastre –a buenas horas se dan cuenta de ello- y que ha llevado a España y al Partido Socialista a una situación de extrema gravedad. De ahí que el posible relevo de Zapatero por otro dirigente del PSOE no es ya un motivo de especulación –que empezó a circular el pasado mes de noviembre- sino una necesidad para los propios socialistas y para España en general, porque el descrédito de este presidente del gobierno crece en España y traspasa nuestras fronteras. Además Zapatero ha liquidado su discurso político y social con el vuelco radical de su política económica y no está en condiciones de gestionar un nuevo gobierno para hacer lo contrario de lo que ha venido pregonando durante los últimos seis años.

Las últimas encuestas preelectorales llevadas a cabo en Andalucía, Madrid, Cataluña y Valencia que son las cuatro grandes Comunidades Autónomas donde se decide el poder regional y el poder nacional en la política española anuncian un hundimiento del PSOE y una tendencia muy clara a favor del PP, una vez que Izquierda Unida y UPyD recogen votos progresistas por causa del vuelvo social de la política de Zapatero a favor de la ley de los mercados, mientras que las clases medias del centro político huyen en masa hacia la abstención o hacia el PP porque en millones de familias españolas han entrado los virus del paro, la deuda y la ruina de la que es culpable máximo Zapatero, primero por haber negado la existencia de la crisis y después por haber perdido más de dos años sin tomar las medidas necesarias para hacerles frente. Las que ahora, tarde y mal y bajo la vigilancia de los mercados y la UE, está empezando a tomar con la amenaza de una huelga general en septiembre y en la mayor soledad parlamentaria. Si a todo ello añadimos la creciente agresión del nacionalismo catalán a España y a los españoles, dando además por hecho de que no respetarán la legalidad ni la sentencia del Tribunal Constitucional para lo que ofrece ayuda el inefable Zapatero, veremos que la indignación general no cesa de subir en toda España –e incluso en Cataluña donde se siente traicionado y donde Zapatero ha cosechado un récord de rechazo, en las últimas encuestas superior al 75 por 100-  y eso que la excarcelación de criminales de ETA que sigilosamente apadrinan Rubalcaba y Zapatero no tuvo el impacto que merecía. Aunque lo que sí ha tenido impacto –y bien que lo temen ahora los nacionalistas catalanes, pidiendo que no se politice lo que ellos han planteado como venganza en contra de España- la prohibición de las corridas de todos, que han causado un malestar aún mayor que los desafíos del Estatut.

Un “Congreso Extraordinario” del PSOE

Que Zapatero es un desastre nacional, es algo conocido aunque las pruebas finales que ahora se recogen al término del curso político que se acaba son de una contundencia que empiezan a provocar indignación y máxima preocupación en el PSOE, entre dirigentes históricos, cuadros y barones regionales que ven como algo urgente el relevo de Zapatero con dos tendencias: una diciendo que hay que esperar a que concluya el año en curso y que asuma la huelga general, la reforma laboral y de las pensiones, la derrota del PSC-PSOE en las elecciones catalanas, y el lío de los Presupuestos del 2011, antes de abordar la sucesión del líder y presidente del gobierno; y otra más radical y racional que pide el relevo cuando antes porque este PSOE con Zapatero no puede adentrarse en 2011, año electoral autonómico y municipal, con semejante liderazgo y deterior general y que conviene adelantar el cambio radical.

Naturalmente Zapatero y su entorno trasmiten a los encolerizados dirigentes del PSOE la idea de que el presidente está dispuesto a marcharse y a concluir en el otoño su rectificación, “me cueste lo que me cueste”, como dice el monclovita, pero siempre con la esperanza de que algo le permita dar una vuelta a la situación y permanecer en el poder. De ahí que la pieza maestra en los dos o tres casos planteados, relevo inmediato, relevo a primeros de 2011, o esperar a ver qué pasa, está en la crisis del gobierno actual de la que podría desprenderse el nombre del futuro delfín o sucesor si Zapatero decide incorporar como vicepresidente primero y segundo del nuevo gobierno a personas con capacidad para asumir el relevo del líder del PSOE.

Una crisis del gobierno que podría estar en marcha y en la que pugnan por primeros puestos del futuro gobierno Blanco y Chacón por el flanco zapaterista y Rubalcaba y Solana por el flanco felipista, entre otros aspirantes. Y una crisis de Gobierno que Zapatero pretende ligar a la promulgación de las candidaturas autonómicas y municipales de 2011, de ahí los problemas surgidos con la Comunidad de Madrid, donde Zapatero pretendía colocar como la cabeza del cartel a la ministras de Sanidad, Trinidad Jiménez, en el lugar de Tomás Gómez. Toda una señal de que la crisis del gobierno está en marcha y pendiente de ajustes y encajes.

De lo que no quiere hablar ahora Zapatero es de su propia sustitución, a pesar de que en el seno de su partido ese relevo se considera esencial. El presidente se escuda en la idea de que abandonar ahora es huir y de que a él le toca apechugar con los retos del otoño (la huelga, reforma laboral y de las pensiones, elecciones catalanas y Presupuestos 2011), pero lo que quiere Zapatero es ganar tiempo a ver si un milagro político o económico le permite un respiro y una oportunidad de recuperación lo que al día de hoy es difícil de imaginar. Además, todo va a peor y la pérdida de su credibilidad tiene muy difícil solución.

La oposición impávida y aprovechando la situación

Si así está el PSOE, el gobierno y el presidente Zapatero, la oposición no está mucho mejor por más que todas y las más graves responsabilidades políticas caen del lado de los socialistas. Pero en el rio revuelto de la este drama semestral español se puede decir que tampoco estuvo a la altura la oposición. Los nacionalistas, como siempre tajando tajada de la herida nacional española, la izquierda del PSOE –IU y los verdes- al margen de la realidad de la crisis económica y en la espera de la huelga general y de un reponte de sus expectativas electorales. Y el PP a resguardo de cualquier riesgo, sin presentar alternativas y convencidos de que el poder se les caerá en las manos por culpa de los graves errores de Zapatero, pase lo que le pase a España y muy a pesar de que quedan por delante diez y siete meses de legislatura que todavía pueden ser muy graves y determinantes para este país.