FELIPE GONZÁLEZ Y EL GRUPO PRISA REIVINDICAN A JAVIER SOLANA COMO EL SUSTITUTO DE ZAPATERO

Mañana presentan el libro 'Reivindicación de la Política'

El triunfo de la huelga, la victoria de Gómez en Madrid y la derrota de Montilla en Cataluña podrían forzar el relevo del actual jefe del Ejecutivo

 

Informe de  Rafael Halcón | Madrid  en “Republica.es” del 27 de septiembre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Felipe González presentará el libro “Reivindicación de la Política” sobre la figura y la trayectoria de Javier Solana el próximo martes 28 a las siete de la tarde y cuando solo falten cinco horas para el inicio a media noche de la huelga general contra Zapatero y su gobierno. Con este acto, cuidadosamente planificado, González pretende lanzar a Javier como el posible sustituto de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del PSOE ante el grave deterioro político y electoral de Zapatero, su gobierno y del Partido Socialista. Un descalabro que podría agudizarse en los próximos dos meses si triunfa la huelga general del próximo miércoles, si Tomás Gómez derrota a Trinidad Jiménez en las elecciones primarias del PSOE en Madrid del 3 de octubre, y si finalmente José Montilla y el PSC salen derrotados en los comicios autonómicos catalanes del 28 de noviembre.

Precisamente, el Grupo Prisa, que aparece directamente implicado en la operación de Felipe González para el lanzamiento de Solana contra Zapatero, publicaba ayer en el diario ‘El País’ una encuesta en la que se anuncia el hundimiento del gobierno tripartito de Montilla en la cita electoral catalán (El PSC perdería 9 de los 38 escaños que tiene en el Parlamento catalán, y su socio ERC 12 de los 21 que ahora ostenta, y ambos dos en beneficio de CiU que se acerca a la mayoría absoluta). Asimismo, el responsable de las páginas editoriales de “El País” Lluís Bassset es el coautor con el propio Solana del este libro cuyo título “Reivindicación de la Política” constituye, además de una hagiografía de Solana, una crítica indirecta a los que han sido seis catastróficos años de Zapatero, en improvisaciones temerarias, baja calidad de gobernantes, y frivolidad de muchos de sus comportamientos sobre la cohesión nacional, la política exterior, la nueva izquierda y la política económica y social.

El propio diario ‘El País’ se hacía eco el pasado sábado de unas declaraciones de Javier Solana contra la expulsión de los gitanos decretada por el presidente Sarkozy en contra de los que había dichos días atrás el presidente Zapatero, que salió en apoyo del político galo provocando duras críticas al presidente en el PSOE y de su entorno mediático.

Asimismo, y a la espera de lo que ocurra el miércoles en la huelga general, la caza de Zapatero por el núcleo duro y “senior” del PSOE que lidera Felipe González ha llegado a la batalla de las elecciones primarias socialistas de Madrid de manera espectacular y con dos posibles objetivos y consecuencias, porque se ha dicho que Felipe González y sus más estrechos colaboradores –e incluso el guerrismo- están del lado de Gómez para derrotar a Zapatero en la persona de Jiménez y también para controlar la muy poderosa Federación Socialista Madrileña que sería decisiva en un Congreso del PSOE en el que se decidiera la permanencia o el relevo de Zapatero.

Hasta tal punto esto es así que el propio Gómez ha declarado este domingo en la campaña de primarias que  “que no esconde a Felipe González” y está muy orgulloso del pasado del PSOE, en contradicción con Jiménez que se presentaba como la candidata del “cambio” frente a lo que llamaba “el pasado” del partido, en referencia a Leguina, Barranco y a ex dirigentes socialistas como Rodríguez Ibarra, y los ex ministros Corcuera y Barrionuevo a los que el diario “El Mundo” –que apoya descaradamente a Trinidad y a Zapatero- presentó el sábado en su portada de manera burda y artificial como si los responsables de los GAL y el felipismo en general fueran los inspiradores de la candidatura de Gómez. Acusación que luego han extendido al propio González, de ahí las palabras deel ex alcalde de Parla en la que fuera su ciudad antes de pasar a dirigir la Federación de Madrid.

De confirmarse las aspiraciones de Solana –que el mismo suele desmentir con la “boca pequeña”- esta movida en el interior del PSOE en la que podrían estar implicados más personajes importantes y ex ministros de González como los Almunia, Solbes, Chaves, Solchaga, y Semprún (este último también hablará en la presentación del libro de Javier Solana), podría acabar chocando con la otra disputa interna del PSOE que protagonizan José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba –que también podría ser el “topo” de González y Solana en el seno del Gobierno- desde dentro del PSOE para ver si uno de los dos se alza con la vicepresidencia primera del Gabinete en la próxima crisis del Gobierno auto proclamándose así como el “delfín” o sucesor “in péctore” de Zapatero.

Sobre todo si el presidente decidiera a finales de año darle pasó a un nuevo líder del Partido Socialista, una vez asumidos y pagados en este otoño caliente el alto precio (por ejemplo al PNV) y los duros castigos recibidos –si triunfa la huelga, y caen Jiménez y Montilla- por sus gravísimos errores en la gestión de la crisis económica, el estatuto de Cataluña, y en la fallida negociación con ETA. La que Zapatero pretende reconducir a toda prisa si la banda se decidiera a entregar las armas, lo que se consideraría como la única y última tabla de salvación de su liderazgo y despedida del poder.

El discurso de la “Reivindicación de la Política” de Solana y Basset constituye todo un mensaje frente a la frivolidad del tiempo de Zapatero, poniendo en valor la importante trayectoria política de Solana –ex ministro de Cultura, Educación, Exteriores y Portavoz con González, ex secretario general de la OTAN y ex responsable de la política exterior de la Unión Europea-, como hombre fuerte del PSOE. El libro, además, pretende lavarla responsabilidad de Solana en los llamados “daños colaterales” –bombardeo de Belgado, entre otros- de la guerra de Yugoslavia, que dirigió Solana desde la secretaría general de la OTAN con dura mano de hierro y en contraposición por la urgente retirada de tropas españolas desplegadas en Iraq por Aznar, que ordenó Zapatero abriendo una brecha en las relación de España con los Estados Unidos.