LA CRISIS DEL GOBIERNO REANIMA AL PSOE Y DESCONCIERTA AL PP

El felipista Rubalcaba se convierte en hombre fuerte del Gobierno y posible sucesor de Zapatero

José Blanco, Carme Chacón y Mª Teresa Fernández De la Vega pierden la batalla de la vicepresidencia primera

 

Informe de  Rafael Halcón | Madrid  en “Republica.es” del 21 de octubre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Mientras que los otros dos nuevos ministros, Rosa Aguilar en Agricultura, y Vicente Gómez en Trabajo, tienen un perfil más bajo pero permiten hacer un giño a la izquierda porque la cordobesa viene de Izquierda Unida, y Gómez es del entorno de UGT. De la misma manera Leire Pajín, próxima a Zapatero ha recibido una “patada hacia arriba” al hacerla ministra, pero la sacan del cargo de portavoz y secretaria de organización del PSOE, puesto que recae en el aragonés Marcelino Iglesias, persona con más peso que Pajín lo que hará que Blanco –que ha perdido el pulso con Rubalcaba por la vicepresidencia primera del Gobierno- también perderá protagonismo en el PSOE, entre otras cosas porque el titular de Fomento el responsable del fracaso de las elecciones primarias de Madrid de las que fue el inductor y que ganó Tomás Gómez poniendo en entredicho la autoridad de Zapatero.

 

La crisis del Gobierno que acaba de hacer pública el presidente Zapatero es un traspaso de poderes del gobierno y el PSOE a Alfredo Pérez Rubalcaba, convertido a partir de ahora en el “hombre fuerte” del Gobierno y el Partido Socialista y en virtual sucesor de Zapatero para encabezar el cartel electoral socialista en los comicios generales de 2012 frente a Mariano Rajoy. Puede decirse que los ganadores e instigadores de la crisis son la vieja guardia del PSOE, de Felipe González con la colaboración del Grupo Prisa, mientras Zapatero y su equipo de confianza, Blanco, De la Vega y Chacón pierden poder, aunque parece claro que Zapatero intentará rehacerse o por lo menos lograr una salida más airosa (sobre todo si ETA anuncia el abandono de las armas) del primer plano de la política española, porque el final político que le esperaba parecía bastante dramático ante su creciente descrédito político, personal y electoral.

Rubalcaba es a partir de ahora el hombre fuerte del gobierno y del PSOE. En realidad ya lo era en los últimos meses donde ha asumido un especial protagonismo en las negociaciones con el PNV, en las primarias de Madrid, en la huelga general y ahora en la crisis del gobierno. Un protagonismo que ha sido creciente y paralelo al deterioro de Zapatero y que alcanzó su punto más álgido a mediados del pasado mes de mayo cuando Zapatero reconoció sus errores frente a la crisis económica y decidió el ajuste radical del déficit público y del gasto social, perdiendo credibilidad frente a la izquierda y a la vez renunciando de manera irreversible al que ha sido su discurso político y social de los últimos seis años, lo que ha facilitado su hundimiento y el del PSOE en las encuestas electorales que anuncian una clara victoria del PP en las elecciones venideras.

Una ventaja que daría al PP  mayoría absoluta de diputados, lo que a partir de ahora veremos si se mantiene o si Rubalcaba consigue darle un vuelco a la situación pre electoral, porque el cambio de Gobierno ha dejado al PP un tanto descolocado y desconcertado, como se ha visto en la declaraciones de Rajoy diciendo que lo que debía haber hecho Zapatero –y le convenía a él- era un adelanto de elecciones. Porque en el PP saben bien por experiencia –los derrotó en 2004 con sus intrigas tras los atentados del 11-M en Madrid-  que Rubalcaba es duro de roer. Y porque la debilidad de Zapatero pasará a un segundo plano, mientras el foco mediático y electoral se centrará en el emergente valido Rubalcaba que aparece como el amo de la situación pues ha concentrado en sus manos la vicepresidencia primera, el título oficioso de sucesor de Zapatero en el cartel electoral del PSOE, la portavocía del Gobierno que ostentaba la perdedora y jubilada (en el Consejo de Estado) María Teresa Fernández de la Vega, y el poderoso ministerio de Interior, que tiene en su punto de mira el objetivo de lograr el fin de ETA, como ayer mismo lo reconocía Zapatero.

Asimismo, sigue de vicepresidente tercero el también felipista  Manuel Cháves, y de vicepresidenta segunda Elena Salgado, persona muy próxima y amiga personal de Rubalcaba. De la misma manera que están en la órbita del felipismo y en el ministerio de la presidencia, Ramón Jaúregui, y la ahora ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, que ha sido ascendida tras su derrota en las primarias de Madrid y en menoscabo de Moratinos que ha fracasado en Exteriores y especialmente durante la presidencia europea de la UE, y en los problemas bilaterales con Marruecos, Gibraltar, Venezuela, etc. El actual ministro de Educación, Gabilondo, es otra persona también próxima a González y al Grupo Prisa. El Grupo editor de El País que, por cierto, aparece como ganador mediático de la crisis frente al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, y al promotor de La Sexta y Mediapro, Roures, considerados los protegidos y protectores de Zapatero, ante el regreso y el ascenso del felipismo.

Mientras que los otros dos nuevos ministros, Rosa Aguilar en Agricultura, y Valeriano Gómez en Trabajo, tienen un perfil más bajo pero permiten hacer un giño a la izquierda porque la cordobesa viene de Izquierda Unida, y Gómez es del entorno de UGT. De la misma manera Leire Pajín, próxima a Zapatero ha recibido una “patada hacia arriba” al hacerla ministra, pero la sacan del cargo de portavoz y secretaria de organización del PSOE, puesto que recae en el aragonés Marcelino Iglesias, persona con más peso que Pajín lo que hará que Blanco –que ha perdido el pulso con Rubalcaba por la vicepresidencia primera del Gobierno- también perderá protagonismo en el PSOE, entre otras cosas porque el titular de Fomento el responsable del fracaso de las elecciones primarias de Madrid de las que fue el inductor y que ganó Tomás Gómez poniendo en entredicho la autoridad de Zapatero.

En la decadencia de Blanco también se incluye la ministra Chacón –clara competidora de Rubalcaba- que sobrevive en Defensa gracias a Zapatero y a su marido Barroso y que también aspiraba a la vicepresidencia primera y a ser la sucesora de Zapatero, como Blanco. Y se hunde con la perdida de galones y de sus ministerios Corredor y Aido que pasan a ser secretarias de Estado. En tierra de nadie, finalmente, se quedan como ya estaban Miguel Sebastián en Industria, Garmedia en Ciencia y Caamaño en Justicia. Y la gran perdedora de la jornada ha sido la vicepresidenta De la Vega que pasa a una agridulce jubilación en el Consejo de Estado, una vez que Rubalcaba le ha ganado el pulso y la vicepresidencia primera del gobierno apareciendo en el Gabinete como el gran triunfador de la remodelación.