LAS “TRINCHERAS” ENFILAN A SAVATER Y ROSA DÍEZ
Artículo de Antonio Pérez Henares en el “Diario El Faro de Murcia” del 01.09.07
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Las “trincheras” ya han comenzado a disparar. Las terminales mediáticas del PP y del PSOE, los siempre entusiastas “cazarecompensas” y los regimientos del “Agiprop” (En España ha resucitado el concepto leninista de periodismo como Agitación Prensa y Propaganda al servicio del partido) apuntan sus armas a un blanco por una vez compartido: el nuevo partido en trance de alumbramiento encabezado por F. Savater y Rosa Díez.
Las “trincheras” afirman que puede
poner en peligro el triunfo de los suyos, objetivo y misión sacra, a lo que se
ve, de los periodistas trasmutados en abanderados de Iwo Jima. Que pueden
quitarles votos. Expresión con la que los partidos y sus voceros descubren su
absurda creencia de que los votos (al igual que tantas cosas que también supone
suyas como poder, cargos y hasta la democracia misma) les pertenecen. Y no. Los
votos son de la gente, de cada uno, de los ciudadanos. El voto es libre, no es
propiedad de ningún partido. Es lo único que nos queda y desde luego el “voto”
no tiene la obligación de ir al PP o al PSOE o al nacionalista que campea por la
zona.
El partido que está por anunciarse y al que se ha adherido Rosa Díez, con
coherencia, dignidad y honradez es un intento inequívoco de izquierdas, un grito
que exige el derecho de ya veremos cuantos ciudadanos a ser de Izquierdas sin
tener que renunciar a los principios esenciales que para ellos supone la
izquierda. Sin tener que abjurar de una idea de Nación, sin tener que
avergonzarse de España, ni de su lengua, ni de su historia. Asumiendo un pasado
común por muy traumático que sea, una Constitución generosa y feraz que lo ha
superado y un futuro por luchar por la justicia, por la igualdad como ciudadanos
de un mismo Estado. Y aunque pueda resultar sorprendente, en la Europa del siglo
XXI, también por la libertad, por plantar cara al crimen terrorista y a sus
cómplices sin ningún complejo y con toda la fortaleza de seres humanos
pacíficos, demócratas y libres. A ser de izquierdas, vamos, sin tener que ser
del PSOE o de esa cosa de Izquierda Unida, donde no queda ya un rastro de aquel
fuerte PCE de la transición, la inteligencia, la generosidad y la lucha. A
desmontar, y ahí es donde duele, el axioma de que o eres de ZP o eres de
derechas y hasta facha. Cuando a veces lo verdaderamente reaccionario y
regresivo es lo que hace, dice y ejecuta el PSOE.
La reacción es arisca y desabrida. Hay razón: descubre y señala, desde la
izquierda, la genuflexión de un partido como el PSOE ante la ideología
nacionalista, su sumisión ante sus imposiciones y exigencias e incluso su
conversión ya no en aliados sino incluso en portaestandartes, como en el caso de
Cataluña, renegando de raíces, principios, señas de identidad y de las gentes
que les votan. Desde el PP porque consideran sacrilegio cualquier otra
posibilidad que no sea la unirse a su mesnada. Suponen como los otros que no
estar con ellos es ya estar contra ellos.