ANTE EL
SEPARATISMO, SIN PAÑOS NI VENDAS
Artículo de Antonio Pérez
Henares en su blog “La Marea”
del 30-5-08
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con una
apostilla al final:
FALTAN TRES
ARTICULOS
Luis
Bouza-Brey, (31-5-08, 8:00 horas)
El desafío de Ibarretxe tiene una virtud. Nos pone ante la realidad que
siempre nos han pretendido hurtar los unos y los otros. Los unos, el
nacionalismo independentista (y el PNV a lo visto y leído se desenmascara por
completo en este sentido) plantean sin pelos en la lengua que el País Vasco no
es parte de España, que el pueblo español nada tiene que decir sobre lo suyo
pues ellos son soberanos. El hecho mismo de hacer el referéndum supone de hecho
hacer un ejercicio de esa soberanía. Los otros porque ya no se pueden llamar ni
seguirnos llamando a engaño, ni ahí ni en Cataluña, ni en un descuido Galicia y
tal vez pasado mañana Baleares.
El separatismo
es el problema esencial del Estado español. La apuesta autonómica no sólo no ha
resuelto nada sino que ha exacerbado hasta extremos inconcebibles lo que tan
sólo se planteaba como descentralización y autogobierno siempre claro dentro
del conjunto del Estado y de la Nación. Las concesiones y las vendas en los
ojos tan sólo han servido para que insaciablemente el nacionalismo clave cada
vez su pica un poco más lejos y acabe por llegar a la frontera deseada. Se
llame el piquero Carod Rovira o se llame Ibarrtexe o
se apellide Mas, da igual que da lo mismo. Los modos son diferentes
, la estrategia parecida , el fin idéntico.
La estrategia
de Zapatero de concesiones y complacencias en absoluto ha calmado las ansias
(la exacerbación no era por causa de Aznar , sino
porque esta en su hoja de ruta) sino que las ha
espoleado. Incluso les ha dado argumentos. El más doloroso el del lenguaje
empelado en la penosa negociación con ETA. “Déme a mi lo que se supone que estaba dispuesto a darles a ellos”
dice el lendajkari. O sea, que reconoce
, sin ambages, que su objetivo es el mismo. Pero hay algo esencial donde
se cae. Tal vez ZP estuviera al borde de concesiones irreparables con ETA. Pero
no le dejó el pais, no pudo o hasta podemos conceder
que al fin no quiso. No se hicieron, que es lo que importa, en suma.
Vale pues como
propaganda. Contra el Gobierno y contra ZP. Pero , y
bienvenida sea la firmeza, es otro tiempo y espero que otro cuajo el del
Presidente. Porque algo si hay que reconocer a su táctica. Electoralmente los
ha minado y en su maniobra está ahora el mellarles los dientes en las urnas.
Una recta intención con muy torcidos renglones. Pero puede que eficaz.
Pero antes
tiene que dar las cara y atacar de frente. Porque no
queda otro remedio que la respuesta. Que sólo es una. Esta
en el articulo 1.2 del Título Preliminar de la
Constitución Española: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del
que emanan los poderes del Estado”.
Lo que Ibarretexe pretende, desde su anterior pretensión de que
Euskadi no es parte de España, es expropiar al conjunto del pueblo español su
soberanía sobre uno de sus territorios. Se trata de una usurpación de un robo,
de peor de los robos a un pueblo: su soberanía. Que no puede ni trocearse ni
enajenarse. España si que tiene y tiene todo que decir en Esukadi
o en Cataluña. Y el socialismo después de tanta sumisión y genuflexión ante los
nacionalismos bien haría en volver a recordarlo.
La segunda
vulneración constitucional es que Ibarretxe, cuyo
poder deriva por cierto de esa Constitución, no tiene atribuciones para
convocar referedum: Art 92.2 “El referéndum será
convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno,
previamente autorizado por el Congreso de los Diputados”. Pues sin duda esta
cuestión compete a todos los ciudadanos y es de especial relevancia.
El
nacionalismo es el cáncer de la actual Europa y esta
degenerando ya en casi una metástasis en España. Una ideología profundamente
reaccionaria, más atrás en tiempo político y de progreso social de la propia
revolución francesa que pone a los territorios por encima de los ciudadanos,
que se retroatrae a la confrontación tribal por
cualquier razón o excusa a que pueda agarrarse, lengua, invención histórica o
mito racial. El nacionalismo es hoy, además, el escollo definitivo para la
verdadera entrada en el futuro de España como nación de peso y de respeto en
Europa. El plantar cara definitivamente, en lo ideológico y en lo pragmático, a
este asunto ha de comenzar cuanto antes. La ciudadanía española ha retrocedido demasiado , en demasiadas cosas y durante demasiado tiempo
por complacer a quienes destapan siempre odios, agravios y ansias de
vindicación contra lo que nos es común y nos une. Y es hora de que como
ciudadanos de un mismo estado y de una misma Nación digan basta a un hurto
continuado de sus derechos y de sus igualdades. No es mucho esperar de sus
representantes a los que de una manera tan masiva han votado-suponen casi el 90
por 100 de la cámara- estén de una vez a su lado y no del lado de quienes
quieren expropiarle su soberanía.
Apostilla
final:
FALTAN TRES
ARTICULOS
Luis
Bouza-Brey, (31-5-08, 8:00 horas)
Art. 161.2 de la Constitución: “El Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las
disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las Comunidades
Autónomas. La impugnación producirá la suspensión de la disposición o
resolución recurrida, pero el Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o
levantarla en un plazo no superior a cinco meses”.
Complementar con el art. 30 de la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, que dice:
“La admisión de un recurso o de
una cuestión de inconstitucionalidad no suspenderá la vigencia ni la aplicación
de la Ley, de la disposición normativa o del acto con fuerza de Ley, excepto en
el caso en que el Gobierno se ampare en lo dispuesto por el artículo 161,2 de
la Constitución para impugnar, por medio de su Presidente, Leyes, disposiciones
normativas o actos con fuerza de Ley de las Comunidades Autónomas”. (Vid. también el art. 76 de
la misma Ley)
Art. 155 de la Constitución:
“1.- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la
Constitución u otras leyes le impongan o actuare de forma que atente gravemente
al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente
de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación
por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para
obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la
protección del mencionado interés general.
2.- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado
anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las
Comunidades Autónomas.”