EL CAUDILLO

Artículo de Antonio Pérez Henares en su blog “La Marea” de “Periodista Digital” del 09.09.08

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Hubo  primero un spot de Bambi y luego un momento que pareció Miss Universo, venezolana como siempre, claro: paz en el mundo, que los niños no pasen hambre, que se acaben las guerras, que haya amor entre los pueblos. Pero ni Bambi ni miss, aunque les copie la escenografía y el discurso, que este sigue teniendo, eso si, toque venezolano.

A quien más se empieza a parecer nuestro presidente y a lo que mas empieza a sonar es a Chavez, a Correa, a Evo o mejor, a papacito europeo de los tres. Lo que tenemos en Zapatero, y no nos hemos dado todavía cuenta, es un caudillo al estilo hispanoamericano, bolivariano se llama ahora. Solo le falta ya una cosa, el programa “Alo, presidente”, para su homilía ---laica, por supuesto, como las bodas y ahora los bautizos, pero homilía--- pastoral y semanal. Todo llegara: la Primera, la Cuatro y la Sexta se disputarán la retrasmisión de la misa.

Lo demás, empieza a ser notoriamente familiar, a encajar más en Caracas o en Quito que en Europa. Los otros dirigentes europeos son lejanos personajes con lo que su fenotipo no encaja, tipos que aceptan y hasta apoyan centrales nucleares para no depender de los “amigos” productores, tipos pragmáticos que apoyan a sus empresas en el extranjero en vez de a los nacionalizadores, tipos adustos que enfrentan crisis diciéndole a las gentes la verdad e iniciando caminos de sudor y sacrificio, tipos, que asco, que encima son de la repugnante derecha , el Sarkozy, la Merkel, el penoso Berlusconi y hasta Brown , que va de “labour” pero todo el mundo sabe que es un facha.

El va por libre, el va por el camino de socialismo del siglo XXI, que no es el del XIX ni el del XX, pero que le tiene abducida las siglas, la canción, la cantinela y la iconografía. Ante la crisis discurso, trinchera y demagogia. La culpa de todos los males la tuvieron los conquistadores españoles o los franquistas de la guerra civil. Atahualpa es su mismísimo abuelo fusilado por los malos. En la campa puño en alto y pañuelo rojo, los sindicatos bien untados y a vivir sus miles y miles de liberados del Estado y por las mañanas desayuno con los grandes banqueros y el manso del empresariado.

En septiembre se ha metido a las trincheras, levantando banderas de eutanasia, aborto y fosas comunes y aún tendrá que inventarse algo para liarla aun más con los curas y ver de sacar de sus casillas al PP. Hoy irá, al fin, al Parlamento para hablar de lo que más importa. Todo acabará como siempre, en un mitin. El defensor de los pobres, adalid de los oprimidos, paladín de los humillados y ofendidos. El líder salvador del pueblo al que amparará en las horas difíciles. Las horas duras de haberlo puesto ya en dos millones y medio de parados.

El caudillo pide fe en él. Es lo que piden siempre los caudillos. Y culto. Su partido no se llama ya PSOE sino Z, que fue la sigla de campaña y la base filosófica sobre la que está sustentado el mundo. ¡Ave, Cesar!