PRONÓSTICO

 

 Artículo de Manuel Hidalgo en “El Mundo” del 29.05.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Mi idea es: el PP ha ganado en votos -dato cuantitativo- estas elecciones y el PSOE ha ganado políticamente estas elecciones y ha anticipado su victoria en las próximas generales.

Después de tres años de Gobierno de Zapatero, la minúscula victoria cuantitativa del PP -que jugaba a las primarias- no registra, ni mucho menos, un deterioro significativo del PSOE. El techo inmediato del PP es éste y el fondo inmediato del PSOE es éste también, lo que quiere decir que el PP se quedará como se ha quedado y que, sin embargo, el PSOE, desde este fondo, crecerá en las generales próximas. Y crecerá con la ayuda de los votos vascos, gallegos, catalanes y andaluces, no movilizados en esta ocasión. Y crecerá con los abstencionistas de la izquierda escrupulosa, que se ha quedado en casa o ha votado a IU -en Madrid, sobre todo- o a otros. Y crecerá ante la perspectiva de un Gobierno de la nación vinculado a los obispos, la AVT y otras fuerzas igual de motivantes.

El PP ha puesto toda la carne en el asador. Más no puede poner: ETA, De Juana Chaos, la territorialidad, los estatutos, la nación española, las sospechas del 11-M, Madrid, la alianza con los católicos obispales. Hasta aquí ha llegado. No hay más. Con la mayoría de la prensa, radio y televisión, a su favor. Con todo sobre la mesa. Y, atención, con la ocultación manifiesta de Acebes y Zaplana -para no estropear la jugada- y con la magnificación de Gallardón y Aguirre como foto-ticket -el balcón de Génova- de un ilusorio triunfador, perfectamente compatible con la desmoralización de las impresentables candidaturas socialistas a la autonomía y al Ayuntamiento de Madrid, reflejo, por cierto, de un problema gravísimo e indignante: el entramado del socialismo madrileño.

Pues ya está visto: 150.000 votos. Rien ne va plus.

Rajoy, en el balcón de Génova, se alzó sobre una victoria que no le correspondía. Y Zapatero, por las mismas, se ocultó de una derrota numérica que tampoco le correspondía (aunque, por su cargo en el partido, sea responsable de la ineficacia de la opción madrileña).

Si se mantienen estables los factores de contexto actuales, el PSOE, en mi opinión, salvará sobradamente el listón de las próximas elecciones generales, pues el PP, como he dicho, no tiene más munición sobre la mesa que aquella de la que ha usado y abusado, con parco resultado, en las elecciones del domingo. Por el contrario, el Gobierno de la nación será un objetivo que -ante un PP con sus actuales características y sustrato- incentivará el voto -a veces, a nariz tapada- del centroizquierda y la izquierda sociológica que han podido participar o no participar, con idéntica falta de entusiasmo, en estas elecciones.

Lamentable, el índice de abstención, especialmente en Cataluña. Lamentable, la campaña de todos. Lamentable, la falta de libertad en el País Vasco. Lamentable, el papel hooliganesco de muchos medios y la tibieza y doble juego de otros. Lamentable, para mí, la falta de fuste de la izquierda y el derechismo de la derecha.