LA COSECHA ROJA DE MADRAZO

Artículo de César Alonso de los Ríos en "ABC" del 11 de mayo de 2001

Con un breve comentario al final

Luis Bouza-Brey

 

Con el protagonismo de Madrazo, Izquierda Unida está consiguiendo unos momentos de dudoso esplendor: en realidad, su fulgor es el que anuncia la agonía, y su aparente ascensión es la subida al cadalso. El par de hipotéticos escaños será la miserable cosecha después de todos estos años de entreguismo al nacionalismo vasco, su papel como tapadera del pacto de Estella, el pago a los servicios prestados por su contribución a la ruptura de los dos grandes partidos estatales, el precio por la traición a los trabajadores españoles y a la convivencia democrática.

El trabajo político de Esquer Batua y, en general de IU, jamás será perdonado por el pueblo español y más concretamente por los militantes de izquierda andaluces, extremeños, castellanos. O ¿acaso piensan Alcaraz y Romero que sus antiguos votantes no son conscientes de que la persecución a los castellano hablantes, la limpieza étnica, la discriminación sistemática... no han sido consentidos por el PNV y no han sido aplaudidos por EH/HB con los que firmaron el pacto de Estella?

Con la conquista de este par de hipotéticos escaños muere virtualmente el PCE. La muerte real será una historia prolongada, patética, de sedes que se cierran, de luchas indignas por las últimas representaciones en Parlamentos regionales. El PCE va a recibir la puntilla final por el viejo vicio del autodeterminismo, por su tozuda fidelidad a las teorías estalinistas de las nacionalidades, por su deslumbramiento ante las regiones periféricas, ante las burguesías industriales con las que siempre soñó vencer a la España tradicional e interior y a la épica y a los mitos españoles, literarios e históricos.

Pocas carreras tan autodestructoras como la de los comunistas españoles en este último cuarto de siglo. En unos años el PCE despilfarró el capital que había conseguido en los tiempos de oposición no tanto, o al menos no sólo, por sus desaciertos como partido de izquierda en este nuevo mundo del desclasamiento y los avances tecnológicos, cuanto por sus desaciertos en la cuestión nacional. En Cataluña consumió el 18 por ciento que había conseguido en las primeras elecciones por entregarse a unas batallas nacionalistas que iban a redundar lógicamente en favor del PSC, de ERC y de CiU. Quien esperaba ser la vanguardia del nacionalismo catalán terminó por desaparecer, por entregarse de forma ancilar, casi servil, a tareas que para nada tenían que ver con los intereses de las gentes más necesitadas económica y culturalmente. El PSUC es ya un recuerdo como las canciones de Raimon o Guillermina Mota. Lo del PCE en Galicia nunca superó el patetismo. Respecto al comunismo vasco siempre tuve la sensación de que era subsumido por las organizaciones filoetarras. ¿Cómo explicar, si no, que el voto del PCE en el País Vasco fuera tan bajo? La apuesta de los comunistas vascos por la causa nacionalista indujo desde el principio a la militancia en organizaciones abertzales.

No deja de ser curioso que un partido que se ha inmolado en buena medida por las causas nacional/regionales consiga ahora este dudoso protagonismo el 13 de mayo. Será, como digo, un fulgor pasajero, pero, en todo caso, un desquite después de tantas humillaciones electorales. Si el domingo la votación llega a dar un empate entre los nacionalistas y los constitucionalistas, la dirección de IU podrá tomar una decisión realmente histórica. Podrá castigar «a la derecha» y premiar al nacionalismo. Será la gran venganza de estos humillados y ofendidos ya que, a partir de tal decisión, se abriría una etapa de inestabilidad sin precedentes: una excesiva desproporción entre la inanidad de Madrazo y la entidad de la tragedia.

 

Con un breve comentario al final

Luis Bouza-Brey

Existe un mecanismo psicológico, creo que propio de las personas que envejecen despacio, al que llamo "desconexión terapéutica". A algunos nos sucede que cuando nuestras intuiciones nos indican que algo o alguien se va irremisiblemente al fondo, desconectamos, salvo que estemos tan implicados en el proceso, por razones sentimentales, intelectuales o morales, que el desgaste energético que implica no hacer esa desconexión nos resulte obligado. Este mecanismo creo que nos permite mantener nuestro equilibrio psicológico de fondo,  estar abiertos a la realidad y a nuevas metas y defendernos de la depresión y la derrota moral.

El mundo académico universitario, la dirección actual del PNV, IU, e IU-EB son, para mí,  ámbitos de "desconexión terapéutica" hace ya tiempo. La rigidez, el anacronismo, la involución selectiva, el desorden moral, van conduciendo a estas entidades al declive marasmático o catastrófico.

Al hilo del artículo de De los Ríos, y recuperando la conexión inmediata con el mismo,  querría comentar las incoherencias pertinaces de IU-EB. Su modelo de "federalismo de libre adhesión" les lleva a estar siempre en el lado equivocado, pues coinciden en la estrategia de desestabilización y ruptura de HB. La "libre adhesión" no se puede ejercitar a tiros. Con los que disparan no se debe coincidir ni en el camino al lavabo.

Pero la incoherencia se redondea con su última propuesta: dicen no ser partidarios de gobiernos "frentistas" para Euskadi, pero llevan años instalados en el "frente" nacionalista. Y dicen ser partidarios de gobiernos de integración y le piden al PSE que se meta en el avispero de un gobierno PNV-EA-EB. ¿Pueden dar alguna razón coherente para excluir al PP y UA de los gobiernos de integración? En fin, como organización, IU-EB continúa por la senda de las propuestas sin sentido, de la inutilidad de sus alternativas para resolver los problemas de Euskadi. Sólo faltaba, para rematar la faena, que fueran "decisivos" a partir del 14 de mayo. El deterioro de la situación del País vasco se incrementaría. Que el pueblo vasco nos libre de semejante suplicio.

Es curioso: a pesar de la fuerte tendencia existente en Euskadi a irse al fondo, y del difícil equilibrio que pronostican las encuestas para el día 14, nunca he tenido la propensión a la "desconexión terapéutica" con Euskadi. Seguramente porque no es necesario ---creo en la posibilidad de reenderezar la situación--- ni posible: está en juego la vida de muchos vascos; está en juego la libertad; está en juego la democracia; está en juego el sentido de la lucha del pueblo español durante muchos años; está en juego la lealtad personal a unas ideas y principios, la dignidad.

En fin, valga este breve comentario como epílogo a mis análisis de este período de Euskadi. ¡Suerte!