EL TRIPARTITO CONGELA CATALUÑA
Editorial de “El Imparcial” del 13 de marzo de 2010
Según
el último barómetro del CIS, la tercera preocupación de los españoles es su
clase política, por delante incluso de problemas como el terrorismo. Traducido
al roman paladino, se teme más a un político que a un terrorista; así están las
cosas. Que se lo pregunten si no a los catalanes, muchos de los cuales llevan
más de cuatro días sin suministro eléctrico, a causa —se alega- del temporal de
nieve que cayó sobre la comunidad autónoma a principios de semana. Negocios que
han tenido que tirar a la basura todo el género perecedero, hogares sin
calefacción y un largo etcétera de calamidades, más propias del tercer mundo
que de una de las regiones más importantes de España y de Europa.
En
este tipo de situaciones no suele haber un único culpable, por lo que conviene
asignar a cada uno su cuota de responsabilidad. Por lo que se refiere al caso
concreto de Cataluña, no parece que las eléctricas tengan más culpa que la
derivada de ciertas mejoras técnicas que quizá podrían haberse previsto con
anterioridad. Pero, claro, dicen las eléctricas (ENDESA), las mejoras hay que
autorizarlas: no puede uno (la Generalitat) rechazar un tendido de alta tensión
y luego quejarse cuando se apaga la luz. Por eso, si hay alguien a quien los
ciudadanos catalanes han de pedir explicaciones es al Govern de Montilla y sus
socios de ERC e ICV. Primeramente, porque de no haberse opuesto al trazado de
alta tensión entre Francia y España -un proyecto, por lo demás, aprobado hace
más de diez años-, es muy posible que en estos momentos gran parte del tendido
eléctrico que aún no funciona estuviese ya reparado.
Pero
es que además, en un acto de irresponsabilidad política sin precedentes,
Montilla decidió prescindir de la ayuda del Ejército justo cuando más falta
hacía. Tan es así que hasta los propios vecinos de las localidades afectadas se
lo reclamaron insistentemente, pero la estrechez de miras nacionalista -gran
parte del PSC lo es- tiene estas cosas. Cataluña lleva colapsada toda la
semana, ante la pasmosa inoperancia de una clase política que se dedica a
multar a quienes rotulan en castellano y a debatir sobre las corridas de toros,
en lugar de velar por los problemas que aquejan a sus conciudadanos. El mundo
al revés. Si los políticos socio-nacionalistas se oponen a los tendidos, a la
energía nuclear y a los trasvases, a nadie debe sorprender que luego —cuando
vienen mal dadas- falten la luz y el agua. Aunque, eso sí, ahora hay una
variante: resulta que el “culpable” ya no es Madrid. Ahora el malo es Francia.
Todo menos asumir responsabilidades por parte de quienes gobiernan. Es tan
absurdo como intolerable.