LA EXTRAÑA VISITA A LA MONCLOA

 

 Artículo de José Javaloyes en “La Estrella Digital” del 04.10.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Extraña por demás la visita del primer ministro británico a la Moncloa. Dicen oficialmente que de este encuentro espera el presidente del Gobierno español informaciones útiles por parte del Gobierno británico de lo que fue el proceso de negociación con el IRA, hecha la salvedad de que el problema de Irlanda del Norte se parece a la cuestión planteada por el nacionalismo separatista vasco lo mismo que un huevo a una castaña.

Pero si nada se parece un asunto al otro, ni en el fondo ni en la forma, y si, además, lo primero que se hizo allí para alcanzar finalmente los acuerdos fue que los terroristas irlandeses entregaran las armas, a cambio de unas meras concesiones político-administrativas por parte de Londres que no alcanzan, ni de lejos, el calado de una autonomía descafeinada, ¿qué sentido tiene este despliegue escénico?

El sentido es más que sospechable: envolvente de imagen internacional para la aventura negociadora de José Luis Rodríguez con los etarras. El coste de la operación, concesiones a todo trapo en el ex contencioso español sobre la colonia de Gibraltar, al renunciar, en beneficio de los británicos, a los términos establecidos en el Tratado de Utrecht, puesto que se dobla la legitimación británica en el pleito, al otorgar graciosamente la condición de parte a los gibraltareños. Pero no sólo eso: permitir también que se normalice el uso, como aeropuerto compartido, del espacio español correspondiente al istmo, ocupado por el Reino Unido posteriormente y al margen del Tratado por el que se cedió la soberanía.

No acaban ahí, sin embargo, las concesiones graciosísimas contenidas en la extrema estupidez de esta gestión de los destinos de España. También es el erario nacional el que se adelanta a pagar los derechos de jubilación devengados por los trabajadores españoles en el Peñón. Y al propio tiempo, se elevan a la máxima potencia las concesiones en telecomunicación que se hicieron, durante los Gobiernos del PP, por el ministro Piqué, para que la lavadora gibraltareña limpiase sin tasa caudales oscuros de todo origen, presumiblemente, en una parte muy significativa, de los chanchullos, enjuagues y mordidas inmobiliarias de la Costa del Sol.

La diferencia entre aquella concesión de un Gobierno de la derecha y las actuales es que entonces la hipótesis de trabajo general era la inversa a las prácticas ahora cumplidas, pues de hablarse de cosoberanía como marco de transición al regreso plenario de Gibraltar a España se ha pasado a consolidar la enajenación plena del Peñón, por entrega a los llanitos de una segunda llave. Si al sepulcro del Cid no se le han puesto siete llaves, como Costa pedía, el hecho colonial británico en la provincia de Cádiz queda preservado, cerrado y blindado con una llave más.

Por qué tantas dádivas a Albión? Para que Albión apadrine la impresentable legitimación política de un grupo terrorista que estaba internacionalmente desahuciado. Ésa es la razón del precio desorbitado, cosa que al propio tiempo testimonia la clave de coherencia que vertebra el propósito desnacionalizador del poder social-nacionalista. Ya sabemos todos que a cuantos así protestamos, el pastor de los huidos hombros de mentiroso pretende incluirnos en el redil de la extrema derecha. No importa ni poco ni mucho. No importa nada. Gibraltar le vale menos a este Gobierno que el destino de Hong Kong.

Y, lo que es todavía más: la unidad nacional y constitucional le importa menos todavía a Rodríguez que la preservación de las ecuaciones de canje con el nacional-separatismo, mediante las cuales Rodríguez entiende asegurada su continuidad en el poder, si las elecciones del 2008 no las gana el Partido Popular por mayoría absoluta.

Todo lo pondrá, por tanto, al servicio del proceso de claudicación que exigen los nacionalistas. Así fue con el Estatuto de Cataluña y así será para el anunciado sometimiento al proceso de autodeterminación que exigen los etarras y sus afines.

Dentro de la estrategia socialista de internacionalización del asunto del separatismo, en la que se incluye la pasada de los etarras por el Parlamento Europeo, ha podido saberse ahora, con las cesiones en Gibraltar y la visita de Blair a la Moncloa, que figuraba el apoyo de la Escuadra británica…