LA QUE SE VIENE ENCIMA

 

 Artículo de José Javaloyes  en “La Estrella Digital” del 14.11.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

A dos años del bicentenario de los procesos de emancipación americana cobra inquietante sentido el montaje bolivariano, la encerrona de que fue objeto la delegación española, con el Rey a la cabeza, en la fase final de la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada en Santiago de Chile. Sólo hay que reparar en los sucesivos comentarios, en dos días seguidos, del Comandante Castro. El dictador cubano saluda como victoria histórica de los pueblos de América el incidente provocado por Hugo Chávez, determinante de la réplica del Rey, seguido de las acusaciones de Daniel Ortega, que llevaron a que Don Juan Carlos abandonara momentáneamente la reunión.

Los comentarios del Comandante vienen a confirmar lo que por otra parte era obvio: todo era un montaje preparado para explotar la ocasión deparada por el encuentro de los pueblos hispánicos a través de sus representantes. De ahí la necesidad de insistir en que la situación creada no requiere, precisamente, de paños calientes por parte de la diplomacia española. El problema es otro, bastante más grave de lo que se ha querido presentar por parte del Gobierno.

No se trata de un suceso puntual. Estamos ante la aflorada preparación de una campaña ideológica y política, de gran magnitud, amplísima financiación venezolana y sostenida duración, contra la crónica de España en América. Será el magno testamento revolucionario del dictador comunista Fidel Castro.

La trama, naturalmente, no ha comenzado con lo que termina de suceder en la capital de Chile, nación donde el dictador parasitó mortalmente la aventura de la Unidad Popular, pactada por el socialista Salvador Allende y el democristiano Radomiro Tomic. Un mes de injerencia revolucionaria por parte de Castro, con mítines y arengas por los campos y en la mina cuprífera de El Teniente, cerró la pinza hecha por el socialismo radical sobre el cuello del experimento. Algo que, por otra parte, avanzaba a trancas y barrancas en violación sistémica de la legalidad establecida. Hasta que llegó el general Pinochet con la rebaja y el golpe de Estado.

 

Lo que viene ahora con la indigenista “revolución bolivariana” —¡que tiene bemoles la cosa”, pues los indios, sabedores de lo que se les venía encima al alejarse la protección de la Corona, reiteraron su alineamiento contra los criollos en las batallas capitales de la emancipación americana!—, lo que viene, digo, es la negra nueva del evangelio castrista, consistente en la sustitución o reemplazo del proletariado por los indios como agentes de la Historia nueva que viene.

Tales son los destilados ideológicos de los “talleres” cubanos con los que se indoctrina a los pupilos desde la desaparición de la Unión Soviética. Y tales y no otros son los materiales políticos con los que se está municionando a los gobiernos adictos a Chávez o, más propiamente dicho, subvencionados con el petróleo de Venezuela a través de las más diversas fórmulas.

Pues bien, tales materiales y tales planteamientos son los que se van a emplear contra la memoria de España con ocasión del bicentenario del proceso de emancipación. Esperan dos años que van a requerir de la diplomacia española todo un despliegue de tesón, firmeza e inteligencia. Y los encuentros o choques en esta primera fase, definidos y planteados han sido en la Cumbre Iberoamericana de Santiago. Nadie debe llamarse a engaño. De ahora en adelante, si es que aguantan, las cumbres iberoamericanas van a ser cumbres borrascosas.