TIEMPOS DE DESCONFIANZA, HORAS DE RECELO

Artículo de José Javaloyes en “La Estrella Digital” del 15 de marzo de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

En tiempos de crisis, económica o política, lo propio es la desconfianza y el recelo. Cuando la crisis es financiera en condiciones como las actuales, todos los agentes del mercado desconfían, tanto en general, respecto del mercado en sí, como entre sí mismos: todos juegan al póker, calculándose la bazas. Y cuando la crisis -entendida en términos de cambio de situación- es política y llega la hora de los pactos, los jugadores también se miran con recelo, temerosos de errar o de que el primer paso resulte de negativas consecuencias irreversibles.

Ahora, en paralelo al recelo de los banqueros hemos pasado a la desconfianza de los políticos, después de las elecciones vascas, tan descabalantes para el nacionalismo vasco en todas sus manifestaciones. Los "abertzales", porque no pudieron votar, y los del PNV, porque perdieron la sinecura de 30 años. Pero tampoco los llamados "constitucionalistas" tienen un debate del todo sosegado. El "popular" Basagoiti advierte del riesgo de una infidelidad post-pacto y los socialistas de López amagan con una cláusula de reserva en pro del fuero peneuvista. Como si los de Arana fueran titulares de un "ius ad rem", de una suerte de título extraordinario, entre eclesial y derecho de pernada, sobre el autogobierno de los vascos en el sistema de las Autonomías.

Pero el discurso de los recelos políticos no acaba ahí, entre nacionalistas y "constitucionalistas" dentro del ámbito autonómico, sino que trae desde lo que sucede en éste consideraciones de fuerza mayor: sobre el juego de la entera política española. Por ejemplo, sobre la duración de la propia legislatura. Josu Erkoreka, el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, ha hecho un amago merecedor de toda atención por el radio de consecuencias que implica.

Es la primera vez que desde la periferia nacionalista se esgrime la posibilidad de que por causa de las elecciones de 1 de Marzo se deshiciera el engrudo parlamentario que mantiene en el poder al Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. Más allá de un aviso sobre el precio y las consecuencias de que la Lehendakaritzia pase a manos no nacionalistas, las declaraciones de Erkoreka suenan casi como un "a mi la legión"(nacionalista), a la vista de que cómo estaría cambiando la brújula de Rodríguez en lo tocante a su relación con los nacionalistas y a sus preferencias confederelistas respecto de un texto constitucional que no es así.

No son problemas lo que sobra. Si los nacionalistas comienzan a no fiarse de ZP, tampoco los "populares" están por la labor de tomarlo a ZP en serio. El recelo y la desconfianza se podrian estar moviendo ahora a impulsos de una transversdalidad -que es viento de mucha moda- que pudiera desembocar, por atasco presupuestario, en una convocatoria de elecciones anticipadas. Atención, por tanto, a qué puedan traer verdaderamente debajo del brazo las declaraciones del portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados. Los Idus de Marzo no sólo traen riesgos cardinales para los césares. También pueden acarrear desenlaces infaustos para tribunos de menor cuantía.