CRISIS GRATUITA EN EL PEOR DE LOS MOMENTOS

Artículo de José Javaloyes en “La Estrella Digital” del 24 de marzo de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Podría haberse evitado el incidente político, diplomático y militar entre España y sus aliados, principalmente Estados Unidos, de haber concurrido la exigible profesionalidad y el buen funcionamiento en la operativa ministerial. La descoordinación -nucleada por ZP- entre la titular de Defensa, Carme Chacón, y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dio pie funcionalmente a un lamentable episodio, resumible en dos palabras: ridículo manifiesto.

Pero ya nos podríamos dar con un canto en los dientes si todo quedara ahí. La relación hispano-norteamericana sufriría aún más profundo quebranto que el habido con la retirada de nuestros soldados de Iraq, por lo menos en el plano de los malentendidos, si el cambio súbito de actitud respecto a la presencia de nuestros soldados en Kosovo se asociara a la reciente presencia en Madrid del presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, con quien el profeta de la Alianza de Civilizaciones suscribió otra, una alianza estratégica.

Y todo sea señalado en el contexto en que ello se ha producido: dentro de unas condiciones ciertas de deterioro en la relación global de Rusia con el bloque atlántico, al que acusa, nítida y frontalmente, de pretender acogotarla estratégicamente, por adelantar una vez y otra, de forma programáticas, las infraestructuras militares en torno a sus propias fronteras.

La cuestión kosovar es todavía y por mucho tiempo para Rusia, en los Balcanes, lo que la reciente guerra de Georgia ha sido para la OTAN en el Cáucaso. Poco menos que un casus belli. Pero las simetrías llegan al punto de que la amputación de Osetia del Sur y Abjasia -a las que Moscú dio también la independencia- ha sido como la réplica de la amputación de Kosovo de la nación serbia.

Ocurre entonces, tal como digo, que el desafortunado movimiento hecho al alimón por el presidente Rodríguez y la ministra de Defensa no sólo ha generado un proceso de desadecuación en el seno de la Alianza entre la iniciativa española y los mecanismos de solidaridad atlántica, sin los cuales la operativa de ésta se vuelve impracticable. Sobre eso, además, concurre la circunstancia de que la relación occidental con Rusia está muy fuerte y muy negativamente condicionada, en su origen, por el problema de Kosovo. La inoportunidad es estridentemente manifiesta.

Resulta así muy verosímil que puedan haberse ido a pique las expectativas de que se pudieran haber normalizado a niveles satisfactorios las relaciones del Gobierno socialista con la Administración del presidente Barack Obama. Habrá que esperar a que escampe.

Algo se podrá avizorar desde la cumbre de la Alianza ahora cuando comience abril. Pero lo que no cabrá medir entonces es el daño cualitativo que habrá sufrido la ya deteriorada imagen internacional de España. Socios así tienen más oscuro el futuro. Es justo lo que nos faltaba en medio de la crisis económica.