FRENO Y MARCHA ATRÁS SOCIALISTA

 

 Artículo de Antonio Jiménez  en “El Semanal Digital” del 08/03/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

8 de marzo.  Gobernar al paso o sobre la marcha, como está haciendo Zapatero, tiene el inconveniente de la improvisación y de la contradicción, decir una cosa y la contraria en el mismo día, pero también la oportunidad de la rectificación. En el PSOE, Manuel Chaves y José Blanco han utilizado los rescoldos del suflé catalán para recordarle a Maragall que ni puede, ni debe comer más y aparte del resto de españoles. La llamada crisis del "3 por ciento" que ha propiciado la caída en desgracia del "compañero Pascual", ha sido aprovechada por el presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE para recoger velas y reconducir el peligroso discurso sobre las reformas de los Estatutos autonómicos hacia posiciones de sentido común y de lealtad con la Carta Magna del 78.

Chaves, que fue de los primeros dirigentes socialistas en encandilarse con el "universo Maragall" e, incluso, hizo causa común con el presidente de la Generalitat, hasta el punto de afirmar que lo que "es bueno para Cataluña, también es bueno para Andalucía", se ha convertido ahora, según el propio Maragall, en el ariete del partido y del Gobierno que lidera el "repliegue" socialista ante las reformas de los Estatutos. Y como nunca es tarde para rectificar, hay que alegrarse de que el presidente andaluz coincida con los que hemos venido defendiendo, frente a las tesis de sus compañeros Patxi López y Maragall, un modelo de Estado que no permita privilegios de unos territorios sobre otros; que garantice las mismas posibilidades de autogobierno a todas las Comunidades Autónomas; y que garantice los actuales equilibrios territoriales en los que se basa la solidaridad de las regiones más ricas con las menos favorecidas, como son Extremadura y Andalucía, entre otras.

Tampoco el artículo 2 de la Constitución, el que subraya la unidad de la Nación española, está ya sujeto a revisión socialista, cosa de la que también nos alegramos. Pepiño Blanco dice ahora que el Gobierno no prevé cambiar el contenido del citado artículo, cuando no hace mucho Zapatero trivializaba el término "nación" para satisfacer posibles demandas reformistas de la "Comunidad Nacional Vasca de López" y de "la Nación Catalana de Maragall". Y es que no hay nada mejor que rectificar para acertar.