ALEJO, UN CATALÁN Y UN ESPAÑOL DE PIES A CABEZA CONTRA EL SECESIONISMO

 

 Artículo de Antonio Jimenez en “El Semanal Digital” del 21.10.07

 

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

A Vidal Quadras no le molesta en absoluto que le llamen Alejo y no Aleix que es su nombre en catalán. A diferencia de Pepe Luis Carod Rovira, es un catalán que no renuncia a su españolidad.

21 de octubre de 2007.  Además, Alejo es sobre todo un hombre de talante
cierto, con un sentido profundo del Estado, tolerante, inteligente, brillante y además una víctima política de la intransigencia totalitaria que anima la estrategia del nacional-secesionismo en Cataluña y, sobre todo, de la servidumbre del pacto de Aznar con Pujol para poder gobernar en 1996.Alejo lleva peor lo segundo que lo primero dado que fue el jefe político de su propio partido quien entregó su cabeza en bandeja de plata al entonces presidente de la Generalitat a cambio de apoyo parlamentario.

El error cometido por Aznar pudo enmendarlo después cuando el PP ganó las elecciones por mayoría absoluta y sin embargo no lo hizo. En 2000, liberado de la dependencia de los nacionalistas, Aznar debió traerse a Alejo de Bruselas y restituirle al frente de su área natural de influencia política donde se le quiere, admira, apoya y, sobre todo, se le echa de menos desde que fue apartado. De haberlo hecho así, el PP catalán habría recuperado su norte político, perdido desde entonces y aún no encontrado como demuestran sus pobres resultados electorales, y Rajoy tendría ahora al candidato idóneo con el que sumar los escaños catalanes imprescindibles para
conseguir la victoria ante Zapatero.

La herida política que Aznar le abrió a Vidal Quadras no ha dejado de supurar y lamentablemente ya es demasiado tarde para que
cierre y cicatrice antes de la coyuntura electoral de marzo. Esto significa que Rajoy no podrá contar con él como candidato, aunque se lo pidiera, pero sí como apoyo y referente de la campaña electoral de los populares en Cataluña. Para ello sería conveniente que el líder del PP no desdeñara e hiciera suya la propuesta de reforma constitucional que impulsa el propio Vidal Quadras desde la Fundación Concordia junto a otras cuatro asociaciones cívicas más como Foro de Ermua, Convivencia Cívica Catalana, Fundación para la Defensa de la Nación Española y la Fundación Papeles de Ermua, con el necesario propósito de neutralizar políticamente a unos nacionalismos que lejos de integrarse durante los últimos treinta años en que se ha hecho todo lo posible para ello, han devenido en fuerzas, como dice el propio Alejo, "abiertamente secesionistas en rebelión subversiva contra el Estado."

La reforma es ambiciosa y delicada y para ser acometida tienen que darse supuestos y factores coincidentes como la derrota en marzo de Zapatero y su sustitución al frente del PSOE por otro dirigente que tenga el bagaje conceptual y moral para dirigir un gran partido nacional que no tiene el actual inquilino de La Moncloa, y la rúbrica de un gran pacto de legislatura o de gobierno de socialistas y populares, con el fin de que el apoyo de los secesionistas deje de ser imprescindible para la gobernación del Estado. Son demasiadas carambolas pero ninguna imposible y por
tanto susceptible de producirse. Veremos.