MORATORIAS

 

 Artículo de Federico Jiménez Losantos en “El Mundo” del 02.11.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Dice medio Gobierno, aunque lo desmienta el otro medio, que España va a imponer una moratoria de dos años a los rumanos y búlgaros que se empeñen en instalarse en España. Y lo dice porque, a partir del año que viene, sus indígenas podrían circular libremente por toda la Unión Europea y en Gran Bretaña e Irlanda ya han proclamado la moratoria de marras. Moratinos, por el tirón gibraltareño, ya se ha unido a la estrategia moratorial y Caldera ya ha desmentido a Moratinos. Asegurada la coordinación ministerial, ya sólo queda instrumentar la tecnología de verjas fronterizas.

El problema es que no tenemos verjas fronterizas. Teníamos la de Gibraltar y hasta ésa la hemos abierto, así que España es un solar laboral accesible por tierra, mar y aire, es decir, por autobús, patera y avión de turistas. Hace un par de meses, Rodrigo Gavilán, portavoz de la Confederación Española de Policía, denunció que las bandas criminales del este de Europa estaban entrando a España con armas y ordenadores, con la infraestructura delictiva al completo y las familias anejas al negocio dispuestas a arrimar el hombro a la pistola en cuanto les den la orden. El gran coladero para estas mafias son los Pirineos, que nos separan de Francia y nos acercan a Bulgaria, Rumanía y hasta Rusia, gran cantera delictiva y delictuosa gracias a la fértil tradición del KGB. Y ahí sí que tenemos una moratoria indefinida de vigilancia fronteriza que ha convertido a España no sólo en una meca del delito, sino también en la sala de espera del eurodelito, porque si la moratoria fuera eficaz en Gran Bretaña, cosa harto dudosa con París como descalzadero, bastaría esperar dos años en Marbella antes de irse a Harrods, a las rebajas de armería para la caza del zorro y de la zorra.

El problema de España es el de la dimisión del Estado de todas sus obligaciones, la primera de las cuales es proteger el origen de la soberanía, que es la nación española. Si el Estado se dedica a organizar cualquier actividad, desde la sanidad al deporte, desde la política exterior a la numismática, desde la casi nada al casi todo, con la excepción de cuidar la vida y la hacienda de los españoles, mal vamos. Si en España se crean 17 fronteras interiores y en levantarlas invertimos todo nuestro esfuerzo, ¿cómo vamos a guarnecer las fronteras exteriores? Si los nuevos Pirineos están entre Lérida y Huesca, ¿cómo vamos a atender a La Junquera?

Aquí se ha decretado la aduana interior generalizada en función de la lengua relativamente autóctona (todas menos la española) y el lugar de origen, donde queda confinada la población indígena. Si esto sigue así, para ser libre en España habrá que pedir la nacionalidad rumana. O búlgara.