QUÉ PAREJA DE DOS

 

 Artículo de Federico Jiménez Losantos en “El Mundo” del 30.11.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Muchos empezaron a dudar o a cuestionar la versión oficial (VO) sobre el 11-M tras la profanación de la tumba del geo Torronteras, cuyo cadáver fue quemado y llevado 100 ó 200 metros más lejos del lugar de su entierro. Parece que estoy viendo al ministro del Interior, José Antonio Alonso, diciendo a las cámaras de televisión muy campanudo que en un máximo de 48 horas se habría detenido a los responsables de tan repugnante acto.

Aún no han pasado 48 meses, pero sí dos años largos; ha dejado Alonso el Ministerio de la Policía a Rubalcaba y, que yo sepa (toda cautela es poca tratándose del 11-M), aún no se ha detenido a nadie. Otros empezaron a dudar de la VO por el suicidio de unos islamistas tan raros, de unos yihadistas tan singulares que, en lugar de ir al paraíso llevándose un montón de infieles por delante, prefirieron ir al infierno, que allí manda el islam a los suicidas.

Claro que algunos de esos pelanas suicidados en Leganés eran tan islamistas como yo hare krishna. Y, por si faltaba algo, ahora resulta que el juez y la fiscal del 11-M ofrecen dos relatos totalmente distintos y contradictorios sobre el modo en que la Parca llegó a Leganés. Con el 11-M, según el restario del juez Del Olmo y la cándida fiscal Valeyá, sucede como con la II República, según Zapatero: que no hay una verdad ni por equivocación.

Pero, al menos, podían haberse equivocado juntos o engañado a medias. Lo descubierto por Casimiro García Abadillo acredita que ni siquiera se han tomado la molestia de cotejar sus respectivas intoxicaciones, ese festín de amanita muscaria que les han servido en paralelo los policías de ZP. Dice el juez Del Olmo que todo parte de un chivatazo a un policía que avisa a la UCIE a las tres y cuarto de la tarde, se cerca el piso a las cuatro y tras avisar a los GEO a las seis, se pone en marcha el mecanismo del asalto. El alquilador les da los datos de la vivienda, aunque creo recordar que ese piso ha sido asaltado tres veces en dos años. O sea, que la Policía se lo sabía de memoria.

Otra laguna en otro agujero negro dentro de otro enigma del 11-M. Pero ¡vale ya de intoxicaciones!. Aquí llega la fiscal aclarando que, en realidad, todo empieza con un rastreo telefónico de uno de los inquilinos del asaltadísimo piso, continúa con un tiroteo a las seis y media en Zarzaquemada, prosigue con la huída de unos moros en un Renault Mégane, desemboca en la sutil entrada de los huídos en el piso cercado por la Policía y culmina en el asalto y la providencial muerte de los raros islamistas, presuntos autores materiales de la masacre.

Ni teléfono, ni chivatazo, ni cerco, ni Policía, ni nada. Ni una coincidencia. Para mentirnos no se han tomado siquiera la molestia de leerse. Qué insulto a las víctimas y a la ciudadanía; qué sucia chapuza. Y qué ocasión, Gallardón.