EL
'ZETAPERISMO'
Artículo de Federico Jimenez Losantos en “El Mundo” del 24.03.08
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Las elecciones del 9-M han sido,
en cierto modo, un plebiscito sobre la política de ZP. Y ha demostrado que
España está partida por la mitad entre los que consideran al ilusionista del
PSOE una de las siete plagas de Egipto y los que lo defienden como el antídoto
contra el peor de los males de la Derecha española, que es el de empeñarse en
existir, como si esto fuera un país más de Europa y no la reserva moral de la
izquierda universal. Pero si Zapatero ganó a Rajoy tras reabrir la zanja
cainita de la Guerra Civil y la desmemoria histórica programada, la más
profunda que haya dividido a los españoles desde 1977, ha sido gracias al voto
militante de los comunistas y separatistas de extrema izquierda que han votado
a ZP contra Rajoy. Unos, para que media España se jorobe; y otros para que toda
España se hunda. Conviene subrayarlo, porque desde 1977, ningún presidente del
Gobierno de España había sido votado para acabar con España. ZP es el primero,
que, al salir ileso de las urnas, sigue habilitado para negociar con los
terroristas de ETA, multar a los comerciantes que rotulan su comercio en
español en determinadas zonas de España, impedir a los padres la libertad de
elegir la lengua de escolarización de sus hijos y, en fin, acabar con la
igualdad de los españoles ante la Ley a través del nuevo Estatuto de Cataluña,
entre otras medidas disolventes del régimen constitucional del 78.
Se dice que una gran
mayoría de los votantes de izquierda no está a favor de la discriminación de
los ciudadanos y de la destrucción de España. Tal vez, pero mientras respalden
a ZP, o sea, mientras prefieran la alianza política con IU, ERC, BNG, PNV y
hasta ANV y ETA a la compañía de la media España que representa el PP,
demuestran lo contrario. Si cambian de conducta cambiará el juicio. Pero tras
el 9-M es imposible, porque salvo los de UPyD ninguno
de los votantes de ZP en 2004 puede decir que le ha engañado. O le gusta o
acepta que lo engañen. O, como en el bolero, «va viviendo ya de las mentiras»
de ZP. La pertenencia a una secta de masas, mixtura de nacionalismo e
izquierdismo y archilegitimada por una gran mayoría
de medios audiovisuales, se ha impuesto a cualquier consideración moral o
nacional en el votante de izquierdas. Esto es el zapaterismo
o zetaperismo: una forma de sectarismo, suicida a
largo plazo; a corto plazo, criminal para la nación española y para la
libertad. Parodiando a Fidel Castro, su lema es: con nosotros; todo; contra
nosotros, nada.
- ¿Y si ZP cambia?
-dirá el buenista.
- ¿Y por qué, si no
lo ha hecho antes? -responderé yo. Y añadiré con Casimiro:
- ¿Por qué destruir
la base de su poder, ese sectarismo antiliberal y antinacional convertido en
monopolio contra la libertad política? No. Nadie, al menos de izquierdas, se presenta
a las elecciones para perderlas. Ninguna estatua, salvo de derechas, destruye
su pedestal.