¿QUIÉN REPRESENTA QUÉ?
Artículo de Federico Jimenez Losantos en “El Mundo” del 19 de septiembre de 2008
Por su interés y
relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Sólo un sectario patológico como Zapatero puede andar diciendo gansadas en
Turquía mientras se desentiende de la catástrofe de la economía española. Y no
sólo la economía. Hay cosas mucho peores que la ruina económica. Por ejemplo,
cuando una nación llega al crimen de lesa ciudadanía de prohibir la
escolarización de los niños en la lengua común, y lo hace nada menos que al
comienzo de curso con el beneplácito del Jefe del Estado, el aplauso del
presidente del Gobierno y la colaboración entusiasta de una ministra que sólo
defiende una asignatura: Educación para la Tiranía. El descrédito de las
instituciones representativas, que no democráticas, es vertiginoso. Contemplar
al Congreso y al Senado piropeando obscenamente a los politijueces que les
garantizarán impunidad y legalizarán «lo que en cada momento aconseje la
jugada» (eso decía Bermejo defendiendo la legalidad de ANV) abochorna a
cualquier persona que aspire a ciudadano. La ruina de la nación y la
deslegitimación del régimen constitucional avanzan a velocidad de vértigo. Una
casta política, mediática y judicial carente de la menor sensibilidad
patriótica, insaciable en sus gastos y anoréxica en sus obligaciones está
liquidando a toda prisa y a traición los fundamentos mismos del sistema
político, empezando por lo que legitima a todas las instituciones. que es la
soberanía del pueblo español. Y sin esa soberanía, ¿quién representa qué? ¿Los
verdugos a sus víctimas?
Sólo faltaba el espectáculo de los llamados agentes sociales, pandilla bifronte que a los contribuyentes hace bicornes: unos sindicatos que respaldan incondicionalmente al Gobierno para seguir viviendo del dinero público que los trabajadores se niegan a darles voluntariamente; y una patronal tan subvencionada como los sindicatos que pide «hacer un paréntesis en la economía de mercado» para afrontar el paro. Será el parón de los beneficios a la sombra de los políticastros, que es la ideología de estas dos ramas del sindicalismo vertical retrofranquista. Esta es la paz social: unos empresarios que aspiran al peronismo y unos sindicatos que aspiran a la legendaria comodidad mejicana a la sombra del PRI. Ese es, y no por casualidad, el modelo al que más se está asemejando todo el entramado institucional español. Y no sólo el PSOE, ojo, aunque ya cuando llegó al Poder en 1982 se jactó de refundarlo. Lo perpetró el empleado de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, pero el que primero presumió de esa hazaña envilecedora fue un ex diputado andaluz que ya disfruta en su tierra de esa miseria subvencionada que garantiza la perennidad de los regímenes tercermundistas. ¿Puede pensar en serio quien no viva de esta vasta empresa de demoliciones, antes llamada España, que un sistema enemigo de sus propias leyes y una economía sin mercado sobrevivirán? No lo merecen.