EL GOBIERNO COMUNICA A ETA QUE SÓLO ACEPTARÁ UNA TREGUA CON GARANTÍAS


El Ejecutivo envía la advertencia a través de la prensa internacional


El Ejecutivo asegura a la prensa internacional que el final de la banda terrorista puede estar "muy cerca"


El PSOE trata ahora de adelantar el rechazo del Congreso al plan Ibarretxe a primeros de febrero

 

 Artículo de ENRIC JULIANA   en “La Vanguardia” del 18/01/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)


El tiempo político está adquiriendo nuevamente una tremenda aceleración en España. Cuando aún no ha transcurrido un año de los terribles acontecimientos de marzo y del vuelco electoral en parte derivado de éstos, el cuadro de referencias vuelve a parpadear como el tablón de horarios de un aeropuerto en temporada alta.

El Gobierno español se atrevió ayer a dar un paso muy importante al comunicar en Madrid a la prensa extranjera su convencimiento de que el final de ETA puede estar cerca; "muy cerca", según la agencia France Press. Los diarios más importantes del mundo comunicarán hoy a sus lectores que el Gobierno socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero no sólo espera el anuncio de tregua, sino que va a exigir pruebas tangibles de la voluntad de dejar las armas, antes de mover cualquier pieza en el tenso tablero político español. La tregua deberá llevar sello de garantía. Éste el núcleo del mensaje de ayer a los corresponsales extranjeros. "Nos deberán dar pruebas muy claras" son las palabras que las agencias internacionales atribuían anoche a las fuentes gubernamentales informantes.

Qué tipo de pruebas -entrega de armas, localización de escondrijos, cese de las extorsiones...- no fue precisado, pero ha quedado claro que está vez no bastará con un comunicado al diario Gara.

El Gobierno no quiere correr el riesgo de legitimar una tregua táctica, meramente orientada a prestigiar a Batasuna ante las próximas elecciones autonómicas vascas, en las que la coalición Partido NacionalistaV asco-Eusko Alkartasuna aspira a la mayoría absoluta mediante la perforación de la bolsa electoral abertzale con el ariete del denominado plan Ibarretxe. Ilegalizada por la ley de Partidos, Batasuna -ni ningún sucedáneo- no puede presentarse hoy a las elecciones y muchas cosas deberían cambiar en muy poco tiempo para que una lista independiente pudiera concurrir a los comicios como representante oficiosa del independentismo. Pese a ello, en el País Vasco comienza a cundir la sensación de que Batasuna se está reactivando como como sujeto político y que podría estar en condiciones de retener al grueso de sus electores, aunque no le quede otra opción que invitarles a la abstención o al voto nulo.

La "tregua trampa", concepto acuñado en 1998-99 por el Partido Popular, siendo titular del Ministerio del Interior Jaime Mayor Oreja, es una imagen todavía vigente en el léxico político español. El propio ministro de Defensa, José Bono, exponente del alma más nacional española del PSOE, advertía el domingo que los últimos movimientos de Batasuna, concretamente la carta dirigida el viernes por su dirigente Arnaldo Otegi al presidente del Gobierno, deben ser interpretados con extrema cautela. Una óptica plenamente compartida por el Partido Popular, pese a la modulación estratégica decidida por Mariano Rajoy en la ciudad castellana de Sigüenza y plasmada, también el viernes, en el cordial apretón de manos con Rodríguez Zapatero en la Moncloa.

Más movimientos sobre el tablero. Casi a la misma hora que el Gobierno español lanzaba urbi et orbi sus condiciones para la tregua, la permanente de la comisión ejecutiva del PSOE decidía adelantar a la primera semana de febrero el debate parlamentario sobre la toma en consideración del plan Ibarretxe, con el evidente propósito de proceder a su solemne entierro. Sería otro paso más para consolidar un nuevo cuadro político en el que el laberinto vasco ha pasado de una a dos puertas de salida: el plan soberanista amarrado al apellido del lehendakari Ibarretxe y un nuevo diálogo entre nacionalistas y no nacionalistas, fórmula en la que coinciden los socialistas vascos y la citada carta de Otegi. El debate estaba inicialmente previsto para el 8 de marzo.

Como en las grandes partidas de mus, la mano corresponde ahora al PNV, que podría responder a la posible quiebra de su estrategia adelantando las elecciones. Y en el tablero catalán, donde el ajedrez cada vez está más nervioso, los socialistas desplazaban ayer sus torres para evitar que la apertura vasca y la consiguiente entente táctica Zapatero-Rajoy, bendecida por el Rey, aísle a Esquerra, acosada por Convergència, que a su vez teme un jaque de campeonato.