¿HAY RAZONES DE FONDO PARA LA CRISIS DE UPyD?

Artículo de Luis Bouza-Brey (17-10-09, 10:30)

Hay algo que no consigo entender de la crisis de UPyD: ¿cuáles son  las razones determinantes de tanta torpeza y despilfarro de ilusiones y recursos humanos por parte de la Dirección? ¿Por qué pudiendo hacer algo decente lo hicieron indecente? ¿Por qué, si contaban con un amplio margen de confianza, lo han destruido gratuitamente?
Y las razones simplistas no me convencen: no me vale la explicación única del egoísmo de los intereses particulares para ocupar poder; tampoco la de que hayan estado desarrollando el objetivo de crear una organización eficaz no sometida a los zarandeos de afiliados peleones y anárquicos, porque han tenido año y medio de sumisión total; tampoco la de que tengan un modelo de partido elitista, jerárquico, disciplinado y  no democrático; ni tampoco la de que lo que sucede es que no tienen capacidad intelectual para entender la situación, porque la tienen.

 

Todas estas razones podrían ser elementos de un síndrome que combinados produjeran el resultado que se está produciendo, pero si así fuera, a la vista de los malos resultados, hubieran cambiado el rumbo: porque si fueran los intereses particulares la razón predominante, darían un giro para defenderlos desde el momento en que se estuviera viendo que las cosas iban mal; porque el objetivo de la eficacia frente a afiliados peleones y anárquicos no puede ser la razón justificante de este desastre inoperativo; y tampoco me sirve la razón de que tienen un modelo de partido elitista, jerárquico, disciplinado y no democrático, porque si así fuera, ya se habrían dado cuenta de que el modelo no les servía para que el partido funcionara.

 

Tiene que haber otra razón más profunda que sea la sobredeterminante de un comportamiento tan demencial, y la única que encuentro es la que a veces aflora en el discurso oficial: el partido es instrumental; hay unos objetivos que cumplir y entonces el partido desaparecerá. Y esta es la justificación y explicación que encuentro más verosímil para tanto dislate, porque esto ya lo hemos vivido antes en Ciudadanos: el sector de la izquierda fetén que motivó la crisis concebía el partido como algo instrumental... para hacer cambiar al PSC de Maragall, es decir, sólo como un partido regenerador en sentido limitado: regenerador del PSOE, y cuando éste cambiara, Ciudadanos dejaría de tener sentido. Por eso la idea de la transversalidad también es instrumental: una vez conseguido el objetivo de la Regeneración del PSOE, cada uno a su casita, es decir, unos al PSOE y otros al PP, pero al PP en Cataluña no tenía mucho sentido, por lo que los liberales más o menos conservadores-progresistas no eran más que instrumentales para conseguir el objetivo principal de la Regeneración del PSOE. Y extender la acción de Ciudadanos hacia fuera de Cataluña era un objetivo que no parecía suficientemente motivador, o muy ambicioso para los recursos disponibles y el tiempo necesario.

 

Pues bien, tengo la intuición de que en UPyD sucede algo análogo, pero en una dimensión de ámbito nacional, lo que cambia alguna de las características de la situación. Pero el objetivo sobredeterminante parece ser el mismo: cambiar al PSOE, para de ese modo conseguir la Regeneración de España. Por eso, UPyD se concibe como una herramienta instrumental y temporal que debe mantenerse bajo control, sin permitir su expansión o consolidación potente desde el punto de vista estructural-organizativo: su función es transitoria, hasta que Zapatero y su gente pierdan el poder. Por eso hace falta mucha jerarquía y control: una cúpula muy articulada y con poderes omnímodos para definir los objetivos y pasar el partido a estado de latencia cuando sea necesario.

Visto así, tiene mucho más significado la relevancia dada a los de Socialistas en positivo, o el temor a dejar UPyD de Cataluña bajo el control de los exiliados de Ciudadanos, porque esos parecen tener objetivos más duraderos y ambiciosos que los de la Dirección y los de los de Socialistas en Positivo.

En su conjunto, esta explicación me parece bastante potente, pero el esquema motivacional de los dirigentes me parece también profundamente erróneo, por las razones siguientes:

 

Porque lo que estamos viendo es una crisis radical del socialismo y de la izquierda en su conjunto, por estancamiento y corrupción. Corrupción a la que acompaña la de la derecha, porque cuando la motivación fundamental de los partidos es la lucha desnuda por el poder, sin valores y principios, la corrupción se extiende a todas las células de la organización, y al final ya sólo queda la lucha por ocupar posiciones para obtener prebendas, personales, familiares y clientelares. Y en España el sistema se está hundiendo por este vaciamiento de la acción política, que se ha transformado en un pozo sin fondo de corrupción del que se ha evaporado el interés general. No hay más objetivo que la ocupación del poder por el poder, con todas las ventajas particulares que ello implica.

Pero además,  la corrupción de los dos grandes, dispuestos a conseguir el poder como sea, también acentúa el poder de los etnonacionalismos y la centrifugación del Estado, pues para conseguir el poder el PSOE o el PP siempre están ahí los nacionalismos para echar una mano....y arramblar con lo que puedan.

Y así llevamos años, vendiéndose al mejor postor para conseguir el poder. Y el mejor postor siempre son los nacionalistas.

Por eso hay que buscar soluciones para la corrupción de la política, en todo el mundo occidental, pero principalmente en España. Y la solución más urgente es la de la Regeneración de la política, porque eso regenerará el país. Y para regenerar la política hay que volver a los valores, principios y objetivos fundacionales de la democracia, como son el interés general, el sentido de la respublica, la honestidad política, la virtud ciudadana y la atención gratuita y sin excesiva profesionalización al interés del conjunto de los ciudadanos. Y la transversalidad, y la creación de un tercer espacio, en ese sentido, es esencial, porque para desatascar y limpiar de corrupción hay que acabar con el sectarismo ideológico y con el de grupo o partido, porque son sectarismos agónicos y obsoletos, producidos por la decrepitud de las situaciones de los dos siglos anteriores. La renovación tiene que ser total, en los valores y principios, en la ideología, en las motivaciones y en los comportamientos. Hay que renovarse totalmente, pero paradójicamente, volviendo a los valores iniciales que motivaron la lucha por la democracia, la libertad y la igualdad.

 

En síntesis, esto es lo que veo, y en lo que podría extenderme más, pero a riesgo de ser todavía más pesado, y por eso prefiero dejarlo aquí.