EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA
ESPAÑOLA, FRENTE AL NACIONALISMO ETNICO Y EL OPORTUNISMO TRAIDOR
Luis
Bouza-Brey
(20-10-08,
17:30)
A
fecha de 21-10 he añadido un comentario intercalado.
1.- LA EMERGENCIA DEL MOVIMIENTO CIUDADANO Y
CONSTITUCIONALISTA.
En los últimos años, desde el ascenso del
PSC al gobierno de Cataluña y la llegada de Rodríguez Zapatero al Gobierno de
España, se ha desarrollado un proceso acelerado y aberrante de degradación de
la democracia española. Ante ello, se ha producido un movimiento ciudadano de
indignación y rechazo frente a la alianza destructiva de la denominada
izquierda con los nacionalismos periféricos. Este movimiento ciudadano,
cristalizado primero en Ciudadanos de Cataluña y luego en UPyD, se ha activado
en defensa de los valores
constitucionales de la democracia
española, contra el nacionalismo étnico y la degeneración de la izquierda.
Es necesario elaborar esquemas que den
rumbo teórico y estratégico a la oposición del movimiento ciudadano a este
proceso destructivo, impulsado por el nacionalismo étnico mediante la
persistente y sinuosa subversión constitucional. Subversión apoyada en el
sectarismo u oportunismo de los dos grandes partidos de ámbito español en
alianza con aquél, aún a costa de destruir la Nación, desarbolar el Estado y
hundir el sistema democrático.
2.- El ETNONACIONALISMO COMO POLÍTICA DE LOS
NACIONALISMOS PERIFÉRICOS
Los
nacionalismos periféricos vienen desarrollando persistente y sinuosamente una
política general consistente en la “construcción nacional”, que se concreta en
las políticas siguientes:
a)
Hacia el exterior, en el rechazo de la Nación española y de la
unión entre los pueblos de España; la desvertebración política y la
fragmentación del país; el desmantelamiento y la generación de impotencia
institucional del Estado común; la balcanización, el desorden, el privilegio y
el enfrentamiento entre territorios; la
consecución de la secesión soberanista y la instauración de nuevos Estados
independientes.
b)
Hacia el interior: en el desarrollo de un
patriotismo ---catalán, vasco, gallego--- fundamentalista y excluyente; en la
imposición cada vez más coercitiva del nacionalismo obligatorio a una sociedad
compleja y abierta; en la mutilación de la identidad plural característica de
los españoles; en la imposición del monolitismo identitario y la uniformidad
forzosa; en la exclusión y marginación de los que defienden una identidad
compuesta; en el rechazo del pluralismo identitario en los ámbitos cultural,
educativo, mediático, administrativo e institucional.
3.- LA ALTERNATIVA QUE DEBERIAMOS DEFENDER:
EL PATRIOTISMO ESPAÑOL PLURALISTA, EL NACIONALISMO CIVICO, El COSMOPOLITISMO Y
EL EUROPEISMO.
a) Aspectos de
cultura política:
El estudio de nuestra Historia nos
demuestra que es necesario encontrar una solución equilibrada y estable al
penduleo histórico entre particularismo y uniformismo, que desestabiliza
permanentemente el país.
Esta solución equilibrada debe consistir
en un posicionamiento general de rechazo del nacionalismo étnico,
segregacionista y particularista y de afirmación de la unión plural del
conjunto de España.
Para ello es esencial definir un
patriotismo español abierto e integrador, que recupere la tradición histórica
liberal-democrática de nuestra cultura política contemporánea. Un patriotismo
abierto que cristalice en un nacionalismo español democrático, cívico, y
respublicano, que defienda a la Nación española como una Unión plural de todos
sus pueblos en un Estado compuesto fuerte.
Esta integración, realizada mediante el
pluralismo cultural y democrático, ha de ser capaz de sintetizar diversos
ámbitos de intereses generales: el local, el autonómico, el nacional y el
europeo. Y ha de ser capaz, mediante esta síntesis, de establecer el predominio
del interés general sobre los particulares.
La esencia constitutiva de este
nacionalismo es la libertad y la ciudadanía, que dan forma a un nacionalismo
abierto y no fundamentado en el rechazo de los otros, la exclusión y el
fundamentalismo, sino en la integración de las diferencias en una síntesis
comunitaria. Este nacionalismo ha de estar abierto, por consiguiente, a la
construcción de unidades políticas más amplias, que pueden superar la Nación y
el Estado nacional mediante la integración a un nivel continental Europeo o
Hispanoamericano. Abierto, por ende, a una concepción cosmopolita y humanista
de la unión política.
La identidad española resultante de este
patriotismo es una identidad común, abierta y plural, basada en el respeto a
nuestro pasado histórico, y en el reconocimiento del importante papel de España en la Historia de
la Humanidad. Una identidad y unidad capaz de superar nuestras patologías del
pasado, mediante la defensa de la
libertad, el talento y la igualdad en el orden interno e internacional.
Ha de ser una identidad española
compuesta, integrada por identidades individuales plurales y compatibles, que
encuentran su sentido en el marco de esa identidad plural común. Identidad cuya
esencia es la libertad y la integración de la pluralidad en una síntesis
comunitaria.
Esta concepción implica el rechazo de la
mutilación identitaria derivada de los nacionalismos autoritarios: el rechazo
del nacionalismo autoritario uniformista y dictatorial para el conjunto de
España, que niega la complejidad del país mediante la imposición coercitiva; y
el rechazo del nacionalismo étnico, particularista y segregacionista propio de
los nacionalismos periféricos, que intenta imponer subversivamente su
concepción reaccionaria, anacrónica y destructiva, anticonstitucional y
antidemocrática, contra la libertad, la igualdad, la cooperación y la solidaridad.
b) Aspectos
constitucionales:
El proyecto de este patriotismo abierto se
concreta en la defensa de un Estado compuesto, autonómico-federal, que
desarrolle el modelo constitucional de 1978 mediante la reforma del Senado, la
clarificación de la distribución de competencias, la recuperación por el Estado
de las competencias esenciales para el desarrollo de la libertad e igualdad
entre los españoles, y el cierre del sistema, a fin de impedir la centrifugación
y destrucción de la democracia española.
Dada la situación de desarticulación en
que nos encontramos, es vital el fortalecimiento del Estado para conseguir la
unión, la libertad y la igualdad frente a la desvertebración, el autoritarismo
etnonacionalista, la mutilación identitaria y la disminución de la libertad.
Es vital, asimismo, convencer al conjunto
del pueblo español y a cada uno de sus componentes territoriales, de que el
rechazo del independentismo, el soberanismo el
confederalismo y el particularismo cantonal y caciquil, es
imprescindible para la sobrevivencia de la democracia española y la libertad.
Por ello, la reforma del sistema
democrático ha de fijarse como objetivo general el establecimiento de límites al
autogobierno a fin de mantener la Unión de la diversidad.
c) Aspectos de
política cultural y lingüística:
La concepción
que acabamos de formular implica la defensa de una cultura abierta y plural,
así como del bilingüismo, la cooperación y la intercomunicación mediante el
idioma común, sin menoscabo de los idiomas específicos de cada territorio.
Implica también la ejecución de políticas lingüísticas que consoliden una
educación bilingüe e integrada, que respete la libertad de opción educativa.
Todo ello en el marco normativo de la
obligatoriedad del aprendizaje escolar (1) de las lenguas cooficiales y la libertad
del uso de cualquiera de ellas.
(1).- Me han hecho
algún comentario crítico a este artículo referente a la obligatoriedad del
aprendizaje de las lenguas cooficiales. He añadido la palabra “escolar” para
indicar que, a mi juicio, lo que es obligatorio es el aprendizaje por parte de
los niños en la escuela de ambos idiomas cooficiales, y nada más. No es
constitucional establecer la obligatoriedad de uso, sino que en el resto de la
vida social debe regir el bilingüismo en uso de la libertad de los ciudadanos.
Sobre el aprendizaje escolar y el
bilingüismo existen expertos en este tema y largos años de debates sobre
él. No es asunto que deba tratarse en detalle aquí.
4.- LA ESTRATEGIA DE LA TRANSFORMACION.
Es necesario activar mecanismos políticos
de defensa de esta alternativa mediante la crítica del oportunismo de los dos
grandes partidos; la movilización del movimiento ciudadano
y la creación de un espacio político plural
(un bloque político o un tercer partido) que represente a la tercera
España frente al sectarismo y oportunismo de los dos grandes partidos españoles
y al fundamentalismo anacrónico de los nacionalismos secesionistas.
Esta configuración política tiene como
característica esencial la transversalidad del movimiento ciudadano y del
bloque político o tercer partido que lo representen. La transversalidad como
democracia de base, síntesis integradora de las posiciones políticas del liberalismo
progresista y la socialdemocracia y unión equilibrada de la diversidad mediante
el rechazo del uniformismo y el
particularismo.
Para conseguir la realización de estos
objetivos es preciso impulsar un cambio de los equilibrios políticos generales
del país, a fin de acabar con el chantaje minoritario de los nacionalismos
periféricos sobre la mayoría del pueblo español. Es necesario, como instrumento
para ello, un Pacto de Estado entre los dos grandes partidos y el movimiento
Ciudadano, a fin de realizar una reforma constitucional, electoral y del
sistema de partidos que acabe con la centrifugación y fortalezca el Estado, sin
imponer el uniformismo ni ceder ante el particularismo.