LA METAMORFOSIS DE EUSKADI
Luis Bouza-Brey, 26-1-99
En una entrevista publicada por El
Periódico de Álava, Arzalluz defiende que "los
que vamos avanzando somos los demás, LOS QUE ESTAMOS COLABORANDO PARA QUE
ETA SE VEA POLÍTICAMENTE REALIZADA EN LO QUE LLAMAN LA CONSTRUCCIÓN NACIONAL.
Ésta es la batalla, y, hoy por hoy, la llevamos PNV, EA, IU y HB. Los demás no
hacen más que poner chinas en este camino".
Yo le pediría al Foro de Ermua que hable, que acuda a sus psiquiatras y les pida
diagnóstico y terapia, ya que los que estamos a distancia y no somos más que
politólogos con escasos conocimientos de psiquiatría sentimos que nos hace
falta la ayuda de los especialistas.
Porque lo único que se me ocurre es muy
fuerte, y es la idea de que Euskadi enloqueció, que existe una patología en la
conexión entre la sociedad y la política, que hace que un sector clave de la
élite política de Euskadi haya entrado en una crisis esquizofrénica, encerrándose en una burbuja de
delirio que flota fuera de la realidad y terminará estrellándonos a todos.
¿Por qué hago una afirmación tan fuerte?
Porque los datos de las encuestas y la
observación de la opinión pública vasca revelan una sociedad madura y sensata,
cuyas aspiraciones y prioridades son muy semejantes a las de cualquiera otra de
las sociedades avanzadas, mientras que los objetivos, estrategias y prioridades
del sector hegemónico de su élite política divergen radicalmente de los de
aquélla.
¿Cómo es posible que mientras las
encuestas revelan que la mayoría de los vascos se sienten también españoles y
están a favor de la Constitución y el Estatuto, el objetivo del sector
hegemónico de la élite política vasca sea el de realizar una ruptura con la
Constitución y el Estatuto y constituir un Estado independiente?
¿Cómo es posible que aunque el periódico
vasco más leído constituya un prototipo de equilibrio y capacidad analítica,
los votos de los electores den la mayoría al sector de la élite que define su
orientación demencialmente, a través de mitos, misticismos y delirios
anacrónicos?
¿Cómo es posible que la persona que dirige
Euskadi sea la que cuenta con menos simpatías de entre la élite política, según
recogen las encuestas?
¿Cómo es posible, en fin, que los vascos
den la mayoría electoral a un nacionalismo que los está llevando hacia donde no
quieren ir?
¿Qué es lo que pasa aquí?
Existen varios factores que componen y
producen el síndrome de la esquizofrenia de Euskadi:
--- En primer lugar, el "efecto
burbuja": tanto el nacionalismo terrorista como el que no lo es comparten
los mismos objetivos de independencia y rechazo de España, derivados de los
mitos fundacionales de su ideología.
El mundo, Europa, el Estado, las ideas
políticas, la economía, han cambiado radicalmente, pero el nacionalismo sigue
erre que erre, flotando en el delirio del siglo pasado, el etnicismo, los
fueros y el carlismo.
El sector moderado del PNV, por otra
parte, carece de fuerza. Está constituido por un grupo de gestores más o menos
eficaces que no son capaces de hacer predominar el principio de realidad que
les exige su rol sobre el delirio mítico del sector radical, elaborando una
alternativa al mismo. El mismo Atutxa, por ejemplo,
siempre condenó los "medios" de los terroristas, pero nunca rechazó
los fines.
Por otra parte, las contadísimas
personalidades individuales que podrían plantear una alternativa política
global al sector radical del PNV da la impresión de que están marginadas.
--- En segundo lugar, el deseo de acabar
con el terrorismo, el deseo de paz de la sociedad vasca, han promocionado al
sector radical-delirante del PNV, subordinando la estrategia del nacionalismo a
la de ETA. Releamos la cita de Arzalluz que encabeza
este artículo. ¿Hace falta recordar que ETA es un grupo totalitario que lleva
cuarenta años matando y no ha renunciado a considerar a la mitad del pueblo
vasco como enemigo de Euskadi? ¿Se va a transformar el PNV en el brazo político
derecho de ETA, para que ésta "se vea políticamente realizada" en su
delirio de construcción nacional? ¿No sería hora ya de que eligierais entre el
mito y el pueblo, hermanos?
El problema es que, en el interior del
nacionalismo vasco, a medida que va desapareciendo la violencia, se van
unificando los radicales, puesto que sus objetivos son los mismos.
El error, que la mayoría del pueblo vasco
y el sector racional del PNV, si es que existe, están cometiendo, es que en el
intento de acabar con la violencia pactando con los terroristas están falseando
la democracia, conduciendo a Euskadi hacia objetivos no deseados.
El fallo, la incongruencia, es ésta: que
el PNV, en lugar de conducir el proceso con sentido de la realidad y hacia
objetivos viables, se está dejando conducir por ETA-HB hacia el delirio,
imponiendo a la sociedad algo que, según las encuestas y los programas
electorales no quiere.
De manera que, si este curso de acción
triunfa, la paz será un espejismo. Se abrirá camino un proceso de división
social y territorial de Euskadi, y una situación de inestabilidad en la que el
país no encontrará su lugar en una Europa que no está para historias de este
tipo.
Lo malo es que las llamadas a la razón no
producen efecto: estos días hemos estado a punto de que la lógica demencial de Arzalluz atribuyera al CESID los ochocientos muertos de
estos años. Para ETA, que afina algo más, los muertos son enemigos del pueblo y
representantes del enemigo exterior español y francés.
¿Por qué, entonces, el nacionalismo gana
las elecciones?
Pues creo que, en primer lugar, porque
existen unas lealtades partidarias tradicionales que no se rompen fácilmente, y
ello hace que el PNV, con sus largos años de historia, todavía represente mucho
para muchos vascos. Pero es que, además, la metamorfosis del PNV, su
radicalización, se ha hecho con nocturnidad, alevosía y premeditación, a fin de
no prescindir de su rentable ambigüedad electoral antes de las elecciones.
Pero, en segundo lugar, porque ante los
deseos de paz de la mayoría del pueblo vasco, y frente al inmovilismo de los
nacionalistas radicales, el PP y el PSOE no se atreven a plantear
aceleradamente un procedimiento de consulta al pueblo que rompa la inciativa de los radicales y acabe con la alternativa
independentista.
El remedio a la esquizofrenia y al
"efecto burbuja" es el referéndum.
Claro está que, ante la colusión del
nacionalismo radical, cabe la esperanza de que el pueblo comience a reaccionar
privándoles de hegemonía en las elecciones municipales. Pero si esto no se
produce, no se debe esperar más: referéndum y que sea lo que el pueblo quiera.
NOTA: Extracto de la enciclopedia "Encarta"
ESQUIZOFRENIA, denominación común para un grupo de
trastornos mentales con variada sintomatología. En sentido literal,
esquizofrenia significa "mente dividida". Sin embargo, a pesar de la
concepción popular que se tiene de este trastorno, no se produce una
disociación de la personalidad (el paciente no se comporta como dos personas
distintas).
Síntomas
Los síntomas de la
esquizofrenia no aparecen de manera simultánea. Afectan a las áreas del
pensamiento, las percepciones, los sentimientos, los movimientos y las
relaciones interpersonales. Las alteraciones del pensamiento se traducen en la
incapacidad para establecer conexiones lógicas, o en la aparición de delirios.
Las alucinaciones son la principal alteración de la percepción, y las más
frecuentes son las auditivas: el paciente oye sus propios pensamientos en voz
alta, o escucha voces imaginarias que le ordenan realizar ciertos actos, o
realizan comentarios. Las reacciones emocionales son frías o inapropiadas. Las
alteraciones del movimiento se manifiestan de dos formas: la catatonia es una
situación poco frecuente en la que el paciente mantiene una postura rígida
durante largos periodos de tiempo; sin embargo son más frecuentes los
movimientos incongruentes y reiterativos realizados de forma impulsiva. Las
relaciones interpersonales se deterioran progresivamente, ya que el paciente
esquizofrénico tiende a ser introvertido.
La degradación tan
profunda que produce la esquizofrenia no puede ser descrita en términos de la
simple enumeración de sus síntomas: se trata del trastorno mental más
devastador. A pesar de que el discurso incoherente y el comportamiento
extravagante de los pacientes pueden resultar cómicos en ocasiones, existe un
conflicto interior que es una fuente de tormento. El paciente vive con la
angustia de ser incapaz de controlar sus propios pensamientos y de obedecer a
unas órdenes que proceden del exterior, tiene una visión distorsionada de la
realidad que le aísla de los demás.
"Esquizofrenia",
Enciclopedia Microsoft(R) Encarta(R) 99. (c) 1993-1998
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