SÍ HAY NOVEDAD, SEÑORA BARONESA.
Si de verdad ZP
quisiera hacerle un favor al PSOE se iría ya, renunciando a perpetuarse vía
Chacón.
Artículo de Joaquín Leguina en “La Gaceta” del 26 de mayo de
2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Ya se
vio la noche del desastre que Rodríguez Zapatero y sus amigos (nunca hubo en
España tamaño nepotismo en partido alguno desde la Restauración hasta la fecha)
no estaban dispuestos a realizar un solo ejercicio de autocrítica. En lugar de
asumir responsabilidades y dar paso a otra etapa, el domingo por la noche
Zapatero le echó la culpa al empedrado y añadió que él sigue. Si de verdad ZP
quisiera hacerle un favor al PSOE –con o sin adelanto electoral– se iría ya,
olvidándose de la pretensión de heredarse a sí mismo a través de Carme Chacón
mediante unas primarias. Mientras los turcos rodeaban Constantinopla, los
dirigentes cristianos discutían acerca de los genitales de los ángeles. Ante
parejas circunstancias, el PSOE anuncia primarias.
Lo ratificó al día siguiente el vicetodo, José
Blanco: “La culpa de esta derrota la tiene únicamente la crisis y ni un solo
voto socialista ha ido a parar al PP”. Dos axiomas de los cuales los
partidarios de la matemática variable pretenden extraer
un solo teorema: “No hay nada que cambiar”… y una vez que se vaya la crisis,
como ya escribió Bécquer: “Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus
nidos a colgar…” y poco importa que la realidad sea tozuda, ellos lo son mucho
más. Y a uno, en su optimismo antropológico, sólo le queda recordar los versos
de Quevedo:
“¿No
ha de haber un espíritu valiente? / ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? /
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?”.
¿Y qué siente la militancia del PSOE? Tengo para mí que –aparte de los
paniaguados, que no sé cuántos son– la gente normal del PSOE lo que quiere es
que Zapatero y sus viudas se vayan a sus casas.
¿Será
alguien capaz de hablar sin lengua de madera en el Comité Federal convocado
para el sábado? ¿No habrá nadie dispuesto a decirle al rey que está desnudo?
Existirá algún justo –pienso yo– que quiera recitarle, si no completa, una
parte de la ya recordada aquí Epístola satírica y censoria contra las
costumbres presentes, y muy concretamente estos versos:
“No he de callar por más que con el dedo, /Ya tocando la boca o ya la frente, /
silencio avises o amenaces miedo”.
Y parece que sí, que algo se mueve en las hoy agitadas aguas del PSOE. No podía
ser de otra manera, pues ha llegado la hora de la verdad, de decir la verdad,
pues el silencio ya no será –como hasta ahora– cobardía o seguidismo. El
silencio en el interior del partido es, desde el domingo pasado, traición o
suicidio.
Lo ha escrito Ignacio Camacho –uno de los analistas que más calado tienen al
personaje–: “Zapatero ha perdido en todas partes, incluidas las comunidades
tradicionalmente más enfeudadas como Extremadura y Castilla-La Mancha, y ha
recibido un terminante correctivo en los territorios clave donde Zapatero
cimentó sus dos victorias electorales: Cataluña y Andalucía. Ninguna de estas
señales catastróficas, sin embargo, ha merecido una asunción de responsabilidad
al uso democrático. Incapaz de una autocrítica responsable, descargó sobre la
crisis socioeconómica la explicación de la derrota y se agarró al calendario
preestablecido para tratar de ganar un tiempo del que hace mucho que dejó de
ser dueño. Tampoco se le ha oído al presidente una palabra sobre la
intranquilizadora situación desencadenada en el País Vasco por su penúltima
maniobra aventurerista: la legalización de Bildu”.
He recurrido a estas certeras palabras prestadas porque si escribiera lo que yo
pienso de ZP podría sonar a desbarre, a vendetta personal, y no es el caso. El
primero en hablar –y bastante claro– ha sido Patxi
López, pidiendo un congreso extraordinario, es decir, reclamando la salida
inmediata de la cúpula zapaterista.
Sin embargo, la propuesta de López deja abiertas algunas importantes
incógnitas. En primer lugar, el tiempo (¿no convendría tomarse las cosas con
más calma?). El PSOE tiene que tomar, al menos, dos iniciativas: a) analizar
los fiascos cometidos durante la última década y b) tratar de cómo repintar los
blasones y recuperar un discurso serio, solvente y creíble… y eso no se hace de
un día para otro. Por otro lado, la propuesta de López, que, seguramente,
cuenta con el apoyo de otros líderes regionales, nada dice acerca de la
situación en que quedaría el Gobierno. ¿No sería mejor ir a una nueva
investidura con otro candidato que no fuera Zapatero?
Un nuevo presidente que, a mi juicio, no tendría problemas para sacar adelante
la investidura (los diputados nacionalistas no sumarían sus votos a los del PP
para decir no) y que podría formar un Gobierno más pequeño en número de
carteras y compuesto por personas de reconocido prestigio profesional y social.
Un Gobierno que enviara a la sociedad un mensaje de solvencia. Un Gobierno que
concluyera la legislatura sin los bandazos y las ocurrencias propias del zapaterismo… Claro que también se pueden convocar ya
elecciones, pero mucho me temo que, en las actuales circunstancias, unas
elecciones, por ejemplo, en octubre y con el actual Gobierno, llevarían a
cosechar unos resultados desastrosos para el PSOE.
*Joquín Leguina
es escritor.