ZP O DE LA CONSTITUCIÓN AL CAOS

 

 Editorial de  “Libertad Digital” del 19/12/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

La propuesta de reforma de Estatuto de Autonomía aprobada por los socialistas vascos este domingo, por mucho que su secretario general, Patxi López, lo haya querido desmarcar del Plan Ibarretxe, constituye la consumación de un gravísimo paso más de acercamiento al nacionalismo vasco que, por sí mismo, entra en confrontación directa con el modelo de Estado recogido en nuestra Carta Magna. Si nuestra Constitución dice fundamentarse en la nación española, los socialistas vascos se suman ahora a la cantinela nacionalista de que España es un “Estado plurinacional” y Esukadi, una “comunidad nacional”. Los socialistas vascos, en lugar de fortalecer junto al PP un frente común ante al envite secesionista de los nacionalistas, pretenden ahora erigirse como una falsa y no menos inviable tercera vía que, en lugar de venir a fortalecer los principios constitucionales, va a excitar todavía más el radicalismo del nacionalismo gobernante.

 

De hecho, se trata de una propuesta casi calcada de la que quiere llevar a cabo Maragall de la mano de los independentistas catalanes. El presidente socialista de la Generalidad ha vuelto este domingo a declarar su deseo de que el nuevo estatuto de autonomía declare a Cataluña como “nación” y a España como “nación de naciones”. Para colmo, Maragall ha confesado que no se contentará ni con su propia “solución” al supuesto problema autonómico, pues “si esto sale bien hay para 25 años, pero nunca cerraremos el modelo de Estado”.

 

Frente a la consumada deriva nacionalista de socialistas vascos y catalanes, resulta o una burla o un hipócrita intento de maquellaje que el ministro socialista Bono se haya descolgado este domingo con unas declaraciones en las que reivindicaba "más España", "más Constitución", "más igualdad" y "más sentido común" frente a los que "quieren dividir lo que nos une" o "exhibir más derechos que el vecino".

 

Lo que impone el sentido común o el más elemental sentido de la coherencia es que en un partido como el PSOE, que además ejerce el Gobierno de la nación, no existan voces tan dispares en asuntos tan fundamentales para nuestra convivencia política como es el modelo de Estado. Permitir que las autonomías puedan erigirse como “comunidades nacionales” o como “naciones” significa, ni más ni menos, la fragmentación de la soberanía del pueblo español y acabar con la nación española. Una nación, ni política, ni legal, ni lógicamente puede estar constituida por varias naciones, y pretenderlo supondría no ya una reforma de la Constitución sino su final y el de la nación en la que se fundamenta.

 

Ante esa abierta deriva del principal socio del PP en el Pacto contra el Terrorismo y por las Libertades —que viene, además, a sumarse a las recientes declaraciones de representantes socialistas partidarios de legalizar a Batasuna— cabe que Rajoy solicite una reunión de urgencia del Pacto o bien que interpele públicamente a Zapatero sobre esta cuestión. Ya es lamentable que el presidente del Gobierno tolere este desgobierno tanto de España como de su partido, pero lo que tampoco es admisible es que el líder de la oposición vuelva a las andadas del perfil bajo manteniéndose impasible ante un caos que no sólo afecta al PSOE sino a los fundamentos constitucionales de España.