LA NEGOCIACIÓN CON LA ETA VIENE DE ATRÁS, DE MUY ATRÁS
Editorial de “Libertad Digital” del 13.09.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
El que fuese fundador de ETA y
actual líder de la formación independentista Aralar, Julen Madariaga, dio ayer
el último y definitivo argumento a los que, como nosotros, estamos convencidos
de que la negociación con ETA empezó mucho antes de que Zapatero llegase al
Gobierno. Como ya hemos apuntado en otras ocasiones, los contactos entre el
Gobierno actual y la banda asesina se remontan a los tiempos en que los
socialistas decían cumplir y respetar el Pacto Antiterrorista. Nos quedábamos
cortos.
Lo que Madariaga nos reveló ayer es que a Zapatero y compañía no le hizo falta
ni llegar al Gobierno, tenía claro este punto de su programa desde que ocupaba
las bancas de la oposición. No lo hizo público entonces porque sabía que
semejante vileza bien podría pagarla en las urnas y porque, en las semanas
previas al 11-M, la ETA seguía siendo para el PSOE –al menos de boquilla–, un
infame hato de criminales con los que no se debía ni hablar.
Desde el momento en que se hicieron con el poder del modo y manera por todos
conocidos, dio comienzo la maniobra de distracción que ha conducido a la
situación actual, en la que la ETA respira aliviada, se manifiesta por la calle
y sus cachorros vuelven a hacer de las suyas los fines de semana. No existe
precedente de un engaño igual en lo que llevamos de alternancia democrática.
Partiendo del hecho que el terrorismo es una de las principales preocupaciones
de los españoles, llegar a las elecciones con un programa público y otro secreto
es un insulto a todos y cada uno de los votantes socialistas del 14 de marzo,
una golfería de la que nadie parece ruborizarse. Ni en Ferraz, ni en Moncloa.
Hasta que Zapatero anunció formalmente su intención de negociar con los
asesinos, parte del PSOE había dado señales de vivir a disgusto con el pacto que
mantenía con el PP en materia antiterrorista, pero sus líderes se guardaban
mucho de siquiera insinuar que la entrega se terminaría consumando. A día de hoy
la rendición está en curso y un antiguo etarra ha destapado la que quizá sea la
peor y más abyecta mentira de Zapatero hasta la fecha. Nadie ha dado la cara
para desmentirlo, quizá porque Madariaga tenga pruebas de lo que dice y esté,
simple y llanamente, chantajeando al Ejecutivo o tomándose cumplida venganza por
la operación antiterrorista de la juez Le Vert en el mes de junio.
La banda sabe más de lo que a Zapatero le gustaría y, de verse a las puertas de
su desaparición, se ha convertido en factor clave en la gobernabilidad de
España. La mutación empezó entonces, en los meses que antecedieron a las
elecciones de marzo. Las causas las desconocemos, pero bien podemos intuirlas y
cada uno se hace ya sus propios cálculos y sus propias suposiciones. Este
Gobierno trilero y mentiroso, ni en los unos ni en las otras, sale bien parado.