NO ES ZAPATERO QUIEN DEBE PLANTARSE, SINO RAJOY

 

  Editorial de   “Libertad Digital” del 05.11.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

El Gobierno ha vuelto a rehuir el desafío de ETA sobre cómo debe discurrir el llamado "proceso de paz" y, sobre todo, en qué debe concluir: la autodeterminación del País Vasco y la anexión de Navarra y de los departamentos del sur de Francia que los terroristas reclaman para su Euskal Herría utópica y totalitaria. En el ultimátum terrorista publicado en el último Zutabe [boletín interno] no hay ningún mensaje nuevo. La banda insiste en reclamar al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero el cumplimiento de supuestos compromisos que la sociedad española desconoce pero que ETA define como "pasos visibles" hacia la legalización de Batasuna-ETA, la creación de la llamada "mesa de partidos" extraparlamentaria y la "desactivación del Estado" frente a las manifestaciones ilegales, la violencia callejera y demás actividades proetarras. Como en pronunciamientos anteriores, los terroristas concluyen con el único lenguaje que saben declinar, el de la amenaza de volver a matar. No es la primera vez que ETA expone sus condiciones, recuerda al Gobierno letras pendientes de pago y advierte con más muertes si no se satisfacen sus exigencias. Desde el comienzo de la de "tregua", el 24 de marzo, se ha pronunciado en este sentido en seis ocasiones. Lo ha dicho hasta pegando tiros, como se supo el pasado 24 de septiembre, tras la irrupción de dos encapuchados en un acto clandestino de exaltación terrorista celebrado impunemente, como tantos otros, en el País Vasco, en el que leyeron un mensaje de la banda muy similar al que ahora se publica en Zutabe y en Gara, y que entonces rubricaron con siete tiros al aire.

 

Si la amenaza de ETA es recurrente, poniendo en evidencia que no estamos ante un "proceso de paz", como lo llama el Gobierno, sino ante un "proceso de chantaje" al Estado, la insistencia del presidente Rodríguez Zapatero en negociar con la banda, a pesar de las clamorosas evidencias de que ni se arrepienten, ni aceptan la ley ni se conforman con menos de todas y cada una de sus exigencias políticas, se revela, a estas alturas, como el auténtico peligro para la integridad del Estado y la justicia a las víctimas.

 

Si algo han percibido los terroristas, es la debilidad de una nación dirigida por el Gobierno que les ha dejado rearmarse, volver a tomar las calles y pasar del aislamiento en el que se encontraban cuando se aplicaba la Ley de Partidos y funcionaba el Pacto Antiterrorista, a regir de hecho la política y el futuro de España. Han comprendido fácilmente que, o consiguen con Zapatero sus objetivos políticos, o no volverán a tener una oportunidad como ésta. Sus comunicados, cada vez más apremiantes y llenos de promesas sangrientas, no producen en el Gobierno otro efecto que el de la sumisión a los plazos, los ritmos y la agenda de la banda terrorista.

 

ETA ya es un actor político internacional, como querían los terroristas, gracias a que Zapatero introdujo en el Parlamento Europeo a una banda que acaba de robar 350 pistolas. ETA ya está en las calles del País Vasco con total impunidad, tal y como querían. La mesa de partidos es un hecho clandestino por ilegal y antidemocrático, pero un hecho al fin y al cabo, reconocido por todos los comensales que participan en ella. La autodeterminación ya se asume por el PSE, PNV y Batasuna-ETA como un derecho del pueblo vasco, y sólo falta que decidan si se aplica según el modelo de Quebec o el de Montenegro. Los presos ya consiguen imponer sus condiciones al fiscal del Gobierno, como se ha visto en el caso De Juana Chaos.

 

Evidentemente, con este botín en la saca, ETA no tiene la intención de volver a matar, porque en sus cálculos opera el dato de la absoluta dependencia que Zapatero siente respecto de los movimientos de la organización asesina. Mientras el Gobierno siga cediendo (de forma subrepticia o despótica, pero siempre, siempre, de espaldas a los españoles), la banda va a seguir marcando el paso con su chantaje. Y mientras pase otro día más sin que los terroristas maten, el presidente del Gobierno va a seguir especulando electoralmente con la expectativa la paz y no moverá un solo dedo ante los desafíos de ETA, ya se trate del robo de un arsenal o de un nuevo comunicado amenazante. En ese juego de tramposos consiste la estafa de esta paz. Ése es el acuerdo que Zapatero y la ETA ya han alcanzado. El día en que ETA decidiera matar a su primera víctima después de la tregua, Zapatero sería historia y, con un Gobierno del PP como alternativa, las opciones de ETA de conseguir sus objetivos políticos, también. Por eso no parece probable que vaya a haber más muertos, sino más extorsión, por parte de ETA, y más cesión y más mentiras por parte del Gobierno títere de Zapatero.

 

En este contexto, la respuesta del PP, como única fuerza política de Oposición a un cambalache fraudulento y dañino para la soberanía y la seguridad de España, no puede seguir siendo la de instar, exigir, denunciar, pedir o brindar al sol ofertas de pacto y de apoyo que el PSOE y el Gobierno siempre desdeñan. Su papel debe ser, sin más tardanza, tan activo y emprendedor como el de las asociaciones de víctimas, intelectuales, políticos disidentes del PSOE, que están forjando un potente frente de resistencia a esta negociación mendicante. El PP debe colocarse al frente de ese movimiento civil creciente contra la paz de los terroristas. Zapatero no contaba con el activismo indignado y valeroso de la sociedad civil, a la que su Gobierno pretende dividir, como lo intentó con las víctimas nombrando a Gregorio Peces-Barba como alto comisionado. Iniciativas como las de los lectores de Libertad Digital, previniendo a los eurodiputados, mediante el envío masivo de correos electrónicos, sobre la engañosa resolución a favor de ETA que les propuso el Gobierno español y el Grupo Socialista, han dado su fruto, como quedó de manifiesto con la fractura del voto de la Eurocámara. Iniciativas como la de la AVT, denunciando ante la Justicia la reunión de Arnaldo Otegi y Patxi López, y que el Tribunal Superior del País Vasco ha aceptado investigar; iniciativas como la de manifestarse en las calles tantas veces como sea preciso y allí donde sea oportuno hasta conseguir que el Gobierno de España vuelva a perseguir y encarcelar a los terroristas... La causa de la justicia, la libertad y la dignidad de los españoles no se ganará sirviendo de coartada a este Gobierno taimado para sus tratos con ETA, sino plantándose con firmeza ante él y denunciándole ante la Justicia y en la calle.