"COMO ESTE MORO HABLE..."

 

  Editorial de   “Libertad Digital” del 08.03.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con un breve comentario al final:

 

EL 11M, EL OLOR A CHAMUSQUINA Y LAS TESIS DE LUIS DEL PINO

Luis Bouza-Brey, 8-3-07, 19:30

 

Sin nada que ganar para sí y mucho que perder, con gravísimas y detalladas acusaciones a agentes policiales identificándolos con nombres y apellidos, y con un testimonio tan coherente como escalofriante, el testigo protegido 11304, apodado "Cartagena", ha dado un brutal y espeluznante vuelco al juicio y a la investigación del 11-M.

El que fuera confidente de la Policía e informante de algunos de los supuestos responsables de la masacre, ha empezado su comparecencia ante el tribunal desmintiendo gran parte de sus anteriores declaraciones judiciales que constan en el sumario. El testigo ha asegurado que los agentes de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE), además de marcarle los objetivos que tenía que vigilar, también le dictaban lo que tenía que declarar en sus informes, bajo amenaza de enviarle de regreso a su país.

Asimismo, el testigo ha denunciado que, cuando tuvo que declarar ante Garzón en la operación Nova, sus contactos con la UCIE le prohibieron mencionar la relación de los islamistas con ETA; una relación de la que Cartagena ha dado detalles tan concretos como el de la relación en prisión de Mohamed Achraf y Rego Vidal, etarra que, según el testimonio de Cartagena, habría facilitado a los islamistas teléfonos de contacto con la organización terrorista vasca.

Con todo, lo más novedoso de la declaración de Cartagena ha sido su afirmación de que, un año antes de los atentados y cuando ya no colaboraba con la Policía, vio a El Tunecino sentado con agentes de la UCIE en el mismo Vips, cerca de la parada de metro de Colombia, donde él había mantenido sus contactos como confidente.

Si resulta espeluznante que uno de los supuestos organizadores de la masacre que murieron en la explosión de Leganés pudiera haber sido también un confidente policial, más escalofriante resulta aun el relato de Cartagena de cómo el día antes de aquel supuesto suicidio colectivo los agentes de la UCIE se volvieron a poner en contacto con él, lo trasladaron a toda a prisa a Madrid y trataron de que el propio Cartagena fuera a ese piso, horas antes de que se produjera la explosión. Según su relato, al llegar a Madrid en la mañana del 3 de abril de 2004 le hicieron relatar ante un supuesto comisario lo que sabía del grupo de El Tunecino. Cartagena se lo contó a esa persona, no sin dejar de mostrar su extrañeza por que le preguntaran por una información que ya había facilitado a los agentes. Después dijo que oyó cómo este supuesto comisario decía por teléfono a un tercero "como este moro hable, la hemos cagado". Fue entonces cuando le dijeron a Cartagena que el grupo de El Tunecino estaba en un piso de Leganés y le pidieron que fuera a visitarlos con la excusa de ver si había alguien nuevo, además de los que ya conocía. Cartagena ha declarado al tribunal que se olió algo raro con esa petición y que se negó a acudir al piso de Leganés con el coherente argumento de que El Tunecino le preguntaría que cómo sabía que estaban escondidos allí.

No hace falta que expliquemos el gravísimo e histórico vuelco que se produciría en la investigación y el juicio del 11-M si las espeluznantes declaraciones y acusaciones de este testigo contra los agentes policiales resultasen ciertas. Si, desgraciadamente, la historia de nuestra democracia tiene precedentes –algunos muy recientes– de agentes que, con su comportamiento, han deshonrado a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, no menos alarmante resulta reparar también en que Cartagena ha dado su testimonio en condición, no de acusado, sino de testigo. Eso por no recordar que, según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, si Cartagena mintió en declaraciones judiciales anteriores, pero se retracta antes de que se dicte sentencia, entonces, no hay delito. Un delito en el que sí que incurriría, y por el que este testigo tendría que pagar, si dijo la verdad en declaraciones anteriores y su escalofriante relato de ayer fuese mentira.

 

Breve comentario final:

 

EL 11M, EL OLOR A CHAMUSQUINA Y LAS TESIS DE LUIS DEL PINO

Luis Bouza-Brey, 8-3-07, 19:30

 

 

Acabo de terminar la lectura del libro de Luis del Pino "11M. Golpe de régimen"("La Esfera de los Libros, 2007"), en el que apunta tesis interesantes acerca del atentado del 11M. Uno no ha seguido en el día a día las investigaciones e incidencias judiciales y mediáticas acerca del atentado, pero siempre me ha olido a chamusquina la explicación oficial de los hechos.

 

Alberto Buitrago, en su diccionario de dichos y frases hechas, define el significado de la expresión "Oler a chamusquina o a cuerno quemado" como referido a algo que despierta sospechas.

 

Y el hecho es que existen en el asunto de la autoría del 11M un conjunto de pruebas que parecen un montaje por el que se pretende dar una apariencia preconcebida a los hechos del 11M: la mochila de Vallecas, la furgoneta Kangoo, el Skoda Fabia y la identificación de los explosivos de los trenes, además de las irregularidades policiales en la aportación de informes y pruebas al sumario, levantan sospechas, que Luis del Pino intenta analizar en el libro que comento. Y en las páginas veintisiete a veintinueve del mismo formula dos hipótesis alternativas acerca de la autoría de los atentados, la conexión entre las tramas islamista, asturiana, etarra, ¿y policial?, y las manipulaciones de todo el proceso investigativo por parte de los actores políticos.

 

Se ha acusado a Luis del Pino, a "El Mundo", a la "COPE" y a "Libertad Digital" de paranoia o, más literalmente, de "conspiranoicos", pero la realidad es que todo este asunto huele intensamente a chamusquina, como también lo hace la reciente afirmación de Otegui de que

 

" La política antiterrorista del PP no derrota a ETA y concluye con 191 muertos",

 

expresada recientemente en una entrevista en "La Vanguardia". ¿No será que Otegui deja caer esta frase dando a entender que la realidad es otra distinta de la que se nos pretende colar, a fin de presionar al Gobierno en el proceso de  lo que algunos consideran negociación clandestina en curso entre éste y ETA?

 

Pues bien, la declaración de "Cartagena" reseñada en el artículo que comento eleva el olor a chamusquina del asunto. Por eso me parece conveniente dar a conocer desde aquí las hipótesis centrales de Luis del Pino apuntadas en su libro sobre el 11M. Solamente, antes de exponerlas, un  apunte: en este país hasta ahora llamado España ---salvo opinión fundamentada de Maragall,  "companys del tripartit" y fauna nacionalista varia--- todo huele recientemente muy mal, a chamusquina, a perversión y a corrupción. Si supiera dibujar bien, trazaría un mapa de España en trozos sobrevolada por una nube miasmática, para representar la situación política del país.

 

Cito textualmente a Del Pino:

 

"....La hipótesis benévola

Si la versión oficial es falsa de principio a fin, si no hay nada de verdad en lo que nos contaron, entonces estaríamos ante una situación hasta cierto punto benévola. Esa hipótesis «benévola» podría enunciarse de la forma siguiente:

 

Hipótesis benévola: al producirse los atentados, alguien decide que hay que tapar, por algún motivo, a los verdaderos autores. En consecuencia, se ocultan los análisis de los trenes, se colocan pruebas falsas que apunten a la utilización de Goma-2 ECO, se usa a la trama asturiana para explicar de dónde salió la Goma-2 ECO y se emplean más pruebas falsas para convencernos de que esos asturianos entregaron dinamita a unos islamistas.

Dentro de esta hipótesis benévola cabría, por ejemplo, que fuera ETA la autora de los atentados. ¿Cómo se habría producido el 11-M, si esto fuera cierto? La secuencia de acontecimientos habría sido la siguiente:

• ETA, acorralada como estaba por el Gobierno del PP, decide forzar un cambio en el panorama político español.

• Para ello, ETA inicia conversaciones antes del 11-M con el Partido Socialista. En esas conversaciones no se trata en ningún momento, por supuesto, de nada referido al 11-M, pero la sola existencia de esas conversaciones ya compromete al Partido Socialista.

• El 11-M, ETA pone 200 muertos sobre la mesa como órdago al PSOE y, a través de los canales de comunicación ya existentes, invita a dicho partido a tapar la autoría real de la masacre y a iniciar un proceso de diálogo, amenazando con hacer públicas las conversaciones anteriores al 11-M.

• El PSOE se ve entre la espada y la pared: si la opinión pública conoce que es ETA quien ha hecho el atentado y ETA hace públicas las conversaciones anteriores al 11-M, sería imposible convencer a nadie de que el PSOE no participó en un atentado destinado a echar al Partido Popular del poder.

• En consecuencia, el PSOE pone en marcha sus contactos en los servicios de seguridad del Estado y se inicia la orgía de colocación de pruebas falsas.

Es una secuencia de acontecimientos terrible, porque implicaría que el actual Gobierno ha encubierto de manera consciente a ETA, en parte por interés y en parte por simple supervivencia. Pero al menos nos quedaría la tranquilidad de que nadie de los servicios de seguridad del Estado ha participado en la propia masacre.

 

La hipótesis terrible

Si la versión oficial que nos han contado no es enteramente falsa, es decir, si una parte de lo que nos han contado es cierta, entonces el panorama es mucho más tenebroso, porque además de la hipótesis benévola tomaría cuerpo una segunda alternativa:

Hipótesis terrible: al menos una parte de las cortinas de humo que apuntan a los islamistas se preparó con anterioridad al 11-M. El atentado habría sido ejecutado por los propios servicios de seguridad del Estado, que habrían planificado antes del mismo todo lo necesario para poder sacar con rapidez una serie de pruebas que convencieran a la opinión pública de que se trataba de un atentado islamista.

Si una parte de las cortinas de humo y pruebas falsas se preparó antes del atentado, entonces estamos en la peor de las hipótesis: la del golpe de Estado puro y duro. Por ejemplo, si es verdad que los asturianos entregaron Goma-2 ECO a los islamistas antes del 11-M, entonces existiría la posibilidad de que eso se hubiera hecho precisamente para poder construir posteriormente, después de la masacre, la versión oficial de los atentados.

En el resto del libro trataremos, precisamente, de analizar qué es lo que pudo pasar teniendo en cuenta estas dos hipótesis, la benévola y la terrible. Para ello, vamos a tratar primero de concretar un poco algunas de las afirmaciones que hemos hecho hasta el momento. Empecemos explicando por qué estamos en condiciones de afirmar que las pruebas que nos presentaron eran falsas."

 

Ahí queda eso. ¿"Conspiranoia" o audacia investigativa? Yo sólo me atrevo a constatar olor a chamusquina. Den tiempo al tiempo y estén alerta.