UPYD: ASÍ ES LA ROSA

Artículo de Cristina Losada en “Libertad Digital” del 04 de mayo de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con un breve comentario al final:

HIPOCRESIA DESCARADA

Luis Bouza-Brey (4-5-10, 19:00)

 

El exceso verbal de Díez corona un triste episodio que muestra cuán fácil es el contagio. Ni siquiera un partido recién nacido escapa a los males que aquejan a los antiguos, y eso que se fundó con el propósito de regenerar la democracia.

 

Perpleja me dejaron, días atrás, unas líneas que Rosa Díez plasmó en un chat realizado en el diario La Razón. Explicaba allí los motivos por los que había llamado "batasunos" a los miembros de su partido que presentaron una candidatura alternativa en el primer Congreso. La acusación, desde luego, era gravísima. Batasuna es indisociable del terrorismo. ¿Qué actos de violencia extrema habían cometido los militantes revoltosos? "Son comportamientos batasunos", escribía Díez, "los de aquellos que creen que si amenazan con bronca o chantaje se les permitirá que se salten las normas". Inquietante. Con tal definición, meteríamos en el mismo saco proetarra a quien le monta un cirio a un guardia de tráfico para que no le ponga una multa.

De las palabras de Díez se infería que las normas contra las que se rebelaron los facciosos eran las fijadas para el Congreso de su partido. A un observador puede parecerle poca cosa, pero cuestionar esos reglamentos constituye el peor de los atentados posibles a ojos del aparato partidario. En cuanto al chantaje, habría consistido en que los taimados "batasunos" ofrecieron deponer las armas si les daban unos puestos en la candidatura oficial, extremo que desmintieron los aludidos. En cualquier caso, un incidente que debería ser habitual en un partido, como un desacuerdo sobre las reglas internas, lo presentaba la líder de UPyD cual si fuera un acto filoterrorista, una coacción similar a las que ejercen Otegui y compañía desde la connivencia con los que matan. Caramba.

El exceso verbal de Díez corona un triste episodio que muestra cuán fácil es el contagio. Ni siquiera un partido recién nacido escapa a los males que aquejan a los antiguos, y eso que se fundó con el propósito de regenerar la democracia. Una barrunta, desde hace tiempo, que la democracia interna es incompatible con nuestros partidos y el concepto mismo, un oxímoron. Figura en la Carta Magna, pero habrá que incluir ese precepto en la lista de los principios constitucionales que se incumplen. Y es que las condiciones objetivas, como antaño se decía, no favorecen la virtud, sino el vicio. No tenemos una partitocracia por casualidad, sino por obra del sistema electoral y lacras parejas. Dejar el funcionamiento democrático de los partidos en manos de la buena voluntad de sus dirigentes es no conocer la humana naturaleza.

Cristina Losada es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.

 

Breve comentario final:

HIPOCRESIA DESCARADA

Luis Bouza-Brey (4-5-10, 19:00)

 

Pero lo peor de todo este incidente estúpido es la hipocresía de que hace gala Rosa Díez: quien ha violado las normas del partido ha sido la cúpula dirigente, que desde su fundación ha seguido la pauta de la ley del embudo (para mí lo más ancho y para ti lo más agudo).


Y en el caso del Reglamento del Congreso todavía peor: han sido ellos mismos los que han violado los Estatutos Fundacionales, modificándolos arbitrariamente y sin respaldo de los afiliados, consumando un fraude normativo en el diseño del procedimiento de convocatoria y de adopción de decisiones del Congreso, y preconfigurando los órganos de dirección sin aprobación del propio Congreso. Eso es  golpismo: la vulneración de las normas constitucionales por aquellos que detentan el poder mediante el uso de la fuerza.

Y para preparar el golpe han practicado con los afiliados políticas liberticidas y antidemocráticas durante los dos años anteriores, reprimiéndolos ilegal e inconstitucionalmente para privarlos de su libertad y derechos, suprimiendo la democracia y la participación interna y expedientando al que protestara, con suspensión cautelar de sus derechos como afiliado, y condena al ostracismo o expulsión. Todo ello aderezado con insultos.

El problema es que la Justicia en este país funciona tan lentamente y es tan costosa que resulta totalmente ineficaz para resolver estas vulneraciones de la Constitución y las leyes que la desarrollan.

Hipocresía, golpismo y represión política es lo que ha caracterizado el comportamiento del Consejo de Dirección desde la fundación del Partido. En los momentos fundacionales nos prometieron un monte comunal abierto a la participación de todos y lo han transformado en un cortijo monopolístico en el que las promesas de Regeneración Democrática se han vulnerado sistemáticamente.

Han parido un ratón fraudulento y constituiría complicidad en ello no denunciarlo. El fraude político de UPyD reúne el agravante de alevosía y traición a los impulsos generosos de la mayoría de los afiliados. Es preciso que la sociedad española conozca esto, y se le exponga con el máximo de claridad y rotundidad, a fin de impedir que el fraude continúe.