A PUNTO DE NIEVE

 

 Artículo de J. Félix MACHUCA  en  “ABC” del 28/01/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

CUANDO el año estaba doblando su última esquina, desde Talarn (Lérida) nos asustaban con el desafecto de una noticia antipática. A la Academia de Suboficiales de tan hermosa tierra la habían obligado a limpiar la falda de la montaña donde se leía, en letras confiadas y sinceras: «A España servir hasta morir». Al parecer, la leyenda trasminaba relinchos imperialistas y sablazos castellanizantes, por lo que al influjo de la fina sensibilidad nacionalista del tripartito se aconsejó borrar de la falda del monte tan insultante caligrafía, toda vez que España quieren algunos que, por aquella zona, termine en Molina de Aragón. A nuestro más patriótico ministro de Defensa, el señor Bono, señor, sí señor, debió de pillarle la corrección caligráfica con la bandera en la mano. No debe de ser fácil izar la gran bandera de España de la Plaza Colón e impedir desde el Ministerio que borren de Talarn «A España servir hasta morir». En Madrid somos más españoles que el toro de Osborne. Pero en Cataluña los toros están casi prohibidos...

El temporal de nieve que estos días ha convertido al país en una sucursal meridional del Ártico ha sacado a la luz tan incómoda leyenda. La naturaleza, políticamente incorrecta como sabemos, ha vuelto a escribir sobre la falda de la montaña lo que algunos hombres no pudieron evitar que otros hombres, en nombre de la nada, borraran con absoluto desprecio constitucional. Debió de ser un borrón contra natura porque es la propia Naturaleza la que ha vuelto a dejar esa leyenda de Talarn visible, muy visible y a punto de nieve. En Belmez aparecen caras parasicológicas. En Talarn lo hace una leyenda borrada por la parasicología política...

No se confirma que Carod-Rovira se haya entrevistado con el hombre del tiempo al otro lado de los Pirineos. Pero se rumoreaba con insistencia por Cataluña que iba a hacerlo para exigirle que las nevadas cayeran de Molina de Aragón para allá y que sobre Cataluña lloviera café. Ya saben cómo se las gasta Carod cuando de repartir calamidades se trata. Toma café y que truene por España. Es posible que mañana mande a los mossos de esquadra a que ataquen el monte. Demasiado tarde: la montaña ha vuelto a hablar dejando claro que «A España servir hasta morir». El que sirva, claro.