LA CRISIS DE LA DERECHA
Editorial de “El Manifiesto” del 6-4-08
Por su interés y
relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Con
su proverbial habilidad para convertir en calamidad cualquier accidente, el PP
ha terminado transmitiendo a la sociedad española una idea inequívoca: la
derecha atraviesa por una honda crisis. No aprenderán nunca.
Es difícil saber qué está pasando exactamente. Limitémonos a las
constataciones. Uno: Rajoy no se fía de nadie. Dos: los supporters
de eventuales candidatos alternativos, y en especial de Esperanza Aguirre,
azuzan el fuego. Tres: pese a todo, ningún notable del partido se ha señalado
como alternativa (notables que no quieren hacerse notar).
Lo que sale de los pasillos de Génova es una humareda densa y de aspecto poco
recomendable. Todo parece agotarse en fulanismos –ese
vicio clásico de la derecha española-, un puro juego de ambiciones personales.
Nada de ideas, nada de proyectos, nada de discursos, nada que el ciudadano
pueda reconocer como algo en lo que sentirse reconocido.
Lo más grave que le pasa a la derecha española es que ya nadie sabe exactamente
por qué está ahí. Más precisamente: nadie en el interior de la derecha política
parece saber cuál es su sitio. La precisión es importante porque fuera de los
pasillos de Génova, en la calle, la gente que ha votado al PP sí sabe
aproximadamente lo que quiere: unidad nacional, un discurso común para toda
España, presencia internacional fuerte de España, firmeza (y no retórica)
contra el terrorismo, impuestos llevaderos, menos inmigración, que el Estado no
se meta donde no debe, respeto a la familia, respeto a la religión, libertad de
educación… Pero de eso hablan bastante poco los próceres de la derecha. Tienen
la crisis que se merecen. Quizá porque ellos son la crisis.