EL BAILE DE SAN VITO

Artículo de Marcello  en “Republica.es” del 07 de mayo de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Mientras Zapatero hablaba en el palacio de la Moncloa tras reunirse con Rajoy para un reparto equitativo de las Cajas de Ahorro de España, por personas interpuestas –Rato por el PP y Fainé por el PSOE-, amén de para poner un cortafuego a la crisis de liquidez y solvencia de muchas de estas entidades locales y regionales, el presidente no cesaba de mover las piernas como si estuviera ensayando unos pasos de la inolvidable película de Fred AstaireSombrero de copa“. En realidad, Zapatero sufría de un tic nervioso llamado “el baile de San Vito”, a consecuencia del estrés al que está sometido el presidente por el cúmulo de sus errores y vacilaciones que tienen a España en vilo, y a punto de sumarse al patético tren de la escoba, o de los pobres del euro, que lidera Grecia camino de los precipicios que bordean la quiebra de los estados, y que muy pronto contará con nuevos vagones nacionales como los de España, Portugal, Irlanda e Italia, en la zona Euro.

El presidente está perdido y desencajado y se agarra a los brotes verdes a los que riega con su devaluada propaganda  a ver si por un milagro se convierten en esbeltas palmeras del desierto español. Pero mientras tanto los tiburones de las finanzas y reyes de la desconfianza no cesan de dar mordiscos a los cerditos (PIGS) del euro, convencidos de que tarde o temprano caerán ante los ojos impasibles y despiadados de las grandes potencias europeas, Alemania y Francia, que dejan pasar los días y las horas convencidos, quizás, de que esto no tiene arreglo y de que cada uno debe atender sus propios problemas, y sálvese quien pueda.

Ayer fueron los italianos los que se dieron el batacazo en la Bolsa, pero España lleva una caída acumulada de 14 puntos en los últimos cuatro días y nada anuncia que se vaya a frenar porque el gobernador del BCE, Trichet, ni baja los tipos de interés ni compra deuda soberana, y porque las brujas de Moody´s han señalado a los bancos como elementos de debilidad, además de los Estados. Y los bancos españoles no están nada bien –cargados de deuda y “ladrillos”), a pesar de que Zapatero se deshace en elogios (si están tan bien ¿por qué esta urgencia en “sanear” las Cajas?) del sistema financiero español. Sin darse cuenta que esa propaganda levanta más sospechas que alegrías, como le pasó cuando se ofreció el solo y el primero a darle a Grecia en nombre de España  3.670 millones de euros y al poco tiempo le avisaron desde Bruselas que la parte de España era de unos 10.000 millones de euros (sic).

Este hombre, Zapatero está perdido. No puede con el Gobierno que está hecho unos zorros, no puede con la crisis económica y financiera –ayer el FMI le pidió un recorte urgente del déficit que es exactamente lo que le dijo Rajoy en Moncloa-, y encima tiene al pobre de Montilla con la matraca imposible del estatuto y del Constitucional, a Garzón en capilla en el Supremo, a Pepiño Blanco a palos con Tomás Gómez en Madrid, al ministro Gabilondo estrellándose otra vez contra la pared del PP porque presenta una reforma de la Educación que excluye el idioma castellano –entre otras cosas-, a los jefes sindicales atrincherados en el despacho del ministro Corbacho como los dueños del ministerio y de la reforma laboral, al ministro Rubalcaba con su sospechosa –con ayuda de Garzón- liberación de presos de Batasuna (ayer mismo trasladaron a Otegui a Logroño, cerca del País Vasco) a ver si ETA se apiada de ellos y les da otra tregua, o un regalo mayor.

Y mientras tanto el vicepresidente Chaves llorando por las esquinas porque el PP no se pone a las órdenes de este Gobierno desarbolado y desprestigiado, cuyo principal problema no es otro que el mismísimo José Luís Rodríguez Zapatero. ¿A qué espera el PSOE para sustituirlo? No se sabe, puede que al final de la presidencia europea que está resultando, en lo que a Grecia y demás países tocados del euro se refiere, un auténtico acontecimiento planetario como nos anunció Leire Pajín. Y sólo falta imaginar que en vísperas de la cumbre europea de Bruselas de finales de Junio y de la solemne fiesta de gala de la presidencia española en Madrid, el Estado español esté preso de patas en el portentoso pastel de la crisis financiera y del euro que tiene a Grecia sumida en el caos y situación de emergencia nacional.

La última ocurrencia de este Gobierno para frenar -o aumentar- el descrédito de España fueron las declaraciones del fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, acusando a los especuladores de delinquir. Y sólo nos falta que el juez Garzón se lance contra ellos con la misma fiereza y entusiasmo que la desaparecida vicepresidenta De la Vega atacó días atrás a Standar&Poor´s,  y a las pocas horas la citada agencia rebajó a España la calificación. No hay nada que hacer, al presidente se le van las piernas hacia no se sabe dónde, y puede que no lo sepa ni él.