EL NIÑO MALO DE LA MONCLOA

Artículo de Marcello  en “Republica.es” del 07 de febrero de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Están todos un poco de los nervios con Zapatero, el niño malo, niño malo del palacio de La Moncloa al que antes le daba por romper los cristales del palacio a pedradas, o por reírse de la nación española –“discutida y discutible”-; o por cachondearse de la crisis económica –“no existe”-; o por apoyar la ruptura confederal de España –su “España plural”-; o por negar a la UE las reformas del déficit y del mercado laboral –“en España ya hay brotes verdes”-; o por ofrecer a ETA autodeterminación –“derecho a decidir”-, etc. El niño malo de La Moncloa era como el anuncio de la furgoneta que se emite por televisión: “se lo carga todo”.

Pero de pronto al niño malo de Zapatero se le apareció la Virgen de los Desamparados, le tiró de las orejas, le dio un par de capones, le roció con agua bendita para expulsar los demonios de su cuerpo, y el niño malo, muy malo, de la Moncloa empezó a poner cara de niño bueno. Y a decir que se había equivocado, que iba a rectificar –“me cueste lo que me cueste”-, e insinuó que se retiraba de la primera línea de la política y que ya se lo había dicho a Sonsoles y a un dirigente del PSOE.

A partir de entonces se armó el follón y el felipismo tomó a Rubalcaba como abanderado, y Zapatero pareció cederle el poder del gobierno y casi el cartel electoral del PSOE. Y el niño malo y converso de La Moncloa se lanzó en tromba a las reformas económicas y sociales y apoyó a Sarkozy contra los rumanos expulsados de París, y al rey Mohamed VI contra los saharauis, y a Mubarak contra la revolución egipcia, y a los mercados frente a sindicatos, y a Merkel para lo que quiera la canciller, y empezó a hablar mucho y bien de España, y le dijo a ETA que la tregua permanente no servía, y prometió a los banqueros regalarles las Cajas de Ahorro. Y el niño malo de La Moncloa se nos apareció como un pastorcito de Fátima, un angelito de ojos azules y alitas blancas que acababa de hacer la primera comunión.

Y entonces empezó el desconcierto de unos y de otros. El de González –ayer dijo Felipe que a Zapatero le queda muy poco tiempo para decir que no será el candidato del PSOE-; el de Rubalcaba que teme que ahora Zapatero se quiere quedar y liderar las elecciones de 2012, e incluso el desconcierto de Rajoy quien se despertó sudoroso por la noche porque una extraña aparición le dijo: “Mariaaaano, ETA le va a entregar las armas a Zapatero; los mercados le van a aplaudir las reformas; en mayo el PSOE aguantará el tirón electoral del PP; en septiembre llegarán por fin los brotes verdes del crecimiento y el empleo; y tu te quedarás tocando el violón, mientras Paco Cascos ganará Asturias, Aguirre volverá a la carga contra Gallardón, Camps se va a sublevar en Valencia como Miláns del Bosch y Font os va a arruinar las eleccines en Baleares. Mariaaaano, no te duermas, ¿estás ahíííí?”

El líder del PP aterrorizado con la aparición y los mensajes sobre Zapatero se va a la cocina a beber un vaso de agua y a secarse el sudor cuando de pronto le suena el móvil y al otro lado se escucha la voz angustiada de Rubalcaba: “oye Mariano, ¿tu tienes pesadillas como yo?” El de Pontevedra responde: “bueno, pesadillas o cosas raras, ¿por qué me lo dices?”. Y Alfredo concluye: “porque este tío no se va y nos va a estropear el baile a los dos”.

Mientras tanto el niño malo y ahora bueno duerme como un angelito en su cunita de la Moncloa, con su osito de peluche abrazado, con una foto de Bob Esponja sobre la pared y una sonrisa de oreja a oreja que delata su alegría y su satisfacción.