LAS RATAS ABANDONAN EL BARCO

 

Las pesquisas de Marcello”  en “La Estrella Digital” del 29.11.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

En el bar Manolo próximo al Congreso de los Diputados, los intoxicadores de Moncloa no venden una escoba voladora de las que dicen que fabrica Zapatero cuando se pone un gorro lleno de estrellitas plateadas como el de Merlín. Ahora los cazadores de primos que le escriban al presidente, en vez de copas gratis y confidencias infundadas —“fíate del presidente, el proceso va bien”, dicen incautos—, llevan escondido en cápsulas de acero el polvo mágico de Polonio 210 como el que le dieron al espía/sicario Litvinenko, porque ahora la consigna del Kremlin español es la de, a falta de aplaudidores, eliminar las ratas que abandonan la nave de Zapatero como si fuera la goleta del holandés errante a punto de naufragar. Porque como dice el hagiógrafo de los distintos presidentes y que en la Moncloa han sido: “Zapatero vive su peor momento, se le ha estropeado la brújula y ha perdido de vista el faro”.

Paco Umbral lleva unos días sin escribir en el diario El Mundo e imaginamos que no será por discrepancias con Pedro J. sobre la conspiración del 11M, sino por motivos de salud o de viaje, que suele ser la misma cosa cuando la primera empeora demasiado. Y el vacío de la columna de la contraportada, donde aterrizó Umbral sobrado de méritos, despierta toda clase de suspicacias y ambiciones entre los que se consideran legítimos herederos del escritor, ahijado de Cela y proscrito por las huestes cebrianistas de la Real Academia, donde no están todos los que son y sobran muchos de los que están, Janli el primero, el espadachín alatonta después y el doncel tontuelo, Muñoz Molina, en tercer lugar, y eso sólo para empezar. En la letra C debería sentarse, desde hace tiempo, don Julio Cerón, o Lujo Cierno para los lectores de ESTRELLA DIGITAL, que es gloria de las letras españolas y, con Noam Chomsky, uno de los mejores lingüistas del orbe.

Por ahí, tras las huellas y el sitial de Umbral, andan unos pocos a la espera. Ansón, con su literatura de la erótica/política —“los pezones en punta bajo la bata, poca polla para tanto arroz; y el bálano embravecido”— con la que le ha dado un baño de sales y puerta a la niñata de Cayetana, ideóloga de Acebes, a la que Pedro J. dijo un día que sería la líder del PP mientras el Pichi Zaplana le hacía requiebros al atardecer balear en la cubierta de estribor del Clara, el segundo yate del Pocero puesto a los pies del clan de Pula y de la piscina de Puig, en la que tantas veces se bañó Matas, hoy en un ay por lo de Andratx, en cuyo puerto deportivo el Pocero libra una batalla que ríete de Lepanto y que tarde o temprano caerá en las manos de los civiles, y entoncesa más de uno se le van a atragantar los cruceros y los vuelos privados gratis total, o las mansiones con mármoles de Pakistán y jardines en la calle del Buda, como la de MAR.

Por el sillón de Umbral, que podría devenir en columna rotatoria, también suspiran Del Pozo y Gistau, que es la joven promesa del periodismo literario y desgarrado de Madrid, un Miller de asfalto caliente que escribe poemas al pie del ring y que, a igual que Del Pozo (lo suyo es el golf), no sabe una papa de política. Pero Gistau tiene valor y buena pluma y no se deja impresionar por los ricos de palco, callejón y pelotazo ni tampoco por el poder, como se vio en su fantástico “Código Rojo” el mismo día que la Vampira de Malasaña, Esperanza Aguirre, le dio un mordisco en el cogote a Cronkite, mientras Del Pozo se hacía el cojo y echaba a voleo un puñado de citas sobre la Roma imperial, o los armaos de la Macarena, que tan bien desfilan por Sevilla luciendo plumeros y peluco con cronómetro, sumergible y calendario. Paco Umbral, ¿estás ahí? Escríbenos otra vez aquella magnífica historia que titulaste “Glez.”

Las ratas abandonan el buque fantasma de Zapatero, porque en Prisa le han visto la peana al santo y ni siquiera es de caoba. Están hartos de taparle las vergüenzas y de cubrirle las espaldas a todas sus tonterías y se ha levantado la veda en El País, al toque de silbato de su director, y en las tertulias de la SER, donde la que era la fiel infantería mediática de los GAL y la corrupción felipista ha empezado a despotricar. Han olido la sangre y van por él. Y, o Zapatero deja de hacer el indio con Pepiño y Moratinos y se postra ante los santones activos del felipismo, Rubalcaba y Solchaga, en el altar de El País, o no tendrá un coronel, ni un sargento que le escriba, por más que Moraleda, el falso Fernandel, ponga cara de pavo de Navidad a las puertas de la Moncloa.

Lo del vídeo de Aznar, siendo cierto, le saldrá mal a Zapatero porque el objetivo de la operación no era tanto criticar al PP como echar carnaza a sus desafectos publicistas, que saben que esto es comida para hoy y hambre para mañana, porque lo importante está en el posible fracaso del proceso negociador y del empeño de Zapatero de pactar con ETA al precio que sea como hizo con el Estatuto catalán y esta vez no van a pasar. Y vemos al presidente atribulado en la sonora soledad del poder llamando a J. Eguiguren a ver si hay alguna novedad:

—ZP: ¿Se ve algo?

—JE: Nada, presidente, hay mucha niebla.

—ZP: ¿Has llamado a Otegi?

—JE: Sí, pero no contesta.

—ZP: ¿Le mandaste la cesta de Navidad, con el jamón?

—JE: La cesta sí, pero el jamón se lo quedó Patxi López, dijo que era demasiado.

—ZP: Mándale un jamón y una cinta de lomo para De Juana, y vuélvele a llamar.

Las ratas, a la menor señal de humo en la sentina, saltan del barco y empiezan a nadar despavoridas hacia tierra firme, en tanto que en el camarote de popa del capitán, convertido en una timba, el líder juega a mus con sus íntimos colaboradores mientras la banda del barco, que navega con rumbo firme hacia el iceberg, toca en cubierta la Internacional.