EL DESAHOGO DE GONZÁLEZ

 

 

 Artículo de José María MARCO en “La Razón” del 06.08.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

En una entrevista publicada ayer, Felipe González se permitía lo que llamaba «un desahogo». Contra Aznar, en apariencia. Según González, la institución monárquica sufrió un «grave y delicado ninguneo» entre el 96 y 2004, es decir en la época de Aznar en el Gobierno, como aclara la entrevistadora a la que Felipe González contesta con el silencio. La entrevista entera rezuma rencor, un resentimiento infinito, imposible de aplacar. Se deduce de ella algo que mucha gente no quiere ver. Que el PSOE de Felipe González no era sustancialmente distinto del de José Luis Rodríguez Zapatero. Hubo un cambio de táctica,

en torno al año 2002, cuando los socialistas comprendieron que el Partido Popular se podía consolidar en el poder. Ese es el dato nuevo, que varía la situación. Lo que ya venía de antes es la convicción visceral, convertida en seña de identidad, de que el centro derecha, o la derecha española no tiene derecho a gobernar en España.

El «desahogo» de González recuerda a la actitud de la izquierda ante el único ensayo realista de democratización de España, protagonizado por Antonio Maura a principios del siglo XX. Lo analiza Joaquín Romero-Maura en su extraordinario prólogo a una nueva edición de las Memorias de su abuelo Miguel Maura, el famoso «Así cayó Alfonso XIII». Toda la izquierda se unió contra don Antonio, el Rey cedió, echó a Maura pasando por encima de los usos de la Restauración, y allí se acabó la posibilidad de la democracia en España hasta muchas décadas después. La cosa sigue igual. El PSOE, probablemente el conjunto de la izquierda española, no está dispuesto a aceptar que el principio básico de la normalidad democrática es la alternancia en el poder. Para evitarla no dudará, como demuestra el «desahogo» de González, en recurrir a cualquier método, incluso el de intentar utilizar a la Monarquía para impedirlo. En una sola frase, y en un silencio siniestro, ha quedado sintetizada la historia de España de los últimos doscientos años. Con eso mismo tendremos que lidiar en el futuro. Todos, por cierto.