EL «WATERLOO»DE ZAPATERO

 

 Artículo de Francisco MARHUENDA  en “La Razón” del 12.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Los problemas se acumulan sobre la mesa de Zapatero mientras intenta lograr la paz en el mundo y  acabar con el hambre. De la grandeza al ridículo hay un paso, algo que debería saber el presidente del Gobierno.

La inconsistencia y la soberbia, aunque se escondan detrás de una sonrisa tan amable como meliflua, son malos consejeros para gobernar un país. A estas alturas se ha convencido de que le corresponde llevar a término una serie de transformaciones históricas que van desde reformar la Constitución y los Estatutos, conceder a Cataluña la condición de nación para luego enderezar al nacionalismo vasco, resolver el conflicto entre civilizaciones o liderar la Unión Europea e Iberoamérica mientras pasa los fines de semana en la comodidad del hogar monclovita.

Es evidente que estas tareas sobrepasan a nuestro Hércules leonés que ha encontrado su talón de Aquiles en la reforma del Estatuto catalán. La clave de su «Waterloo» está en las manos de Rajoy. El PP tiene que actuar sin complejos en la defensa de la Constitución. Es una lucha en la que no puede ni dar cuartel ni

mostrar debilidad. Es un lío colosal que ha organizado Zapatero y hay que dejar que se hunda solito. La presión tiene que ser en todas las comunidades, con buen talante y mucho talento.

Rajoy no debería preocuparse por los ataques socialistas o del nacionalismo catalán, porque es algo que han sufrido otros líderes sin que les haya impedido alcanzar la presidencia del Gobierno. Cabe esperar que cuando lo consiga no se cometan los errores habituales. El socialismo catalán está fracturado, aunque no salga a la luz. Es una reforma que no querían, pero que han tenido que aceptar porque así lo ha impuesto Maragall. El PP tiene que recordar las campañas inmisericordes que sufrió del PSOE con el Prestige, la guerra de Irak y tantos otros asuntos.

Zapatero no podrá aguantar una presión firme y continuada del PP. Lo mismo les sucederá a los barones socialistas si se explica en cada comunidad el significado y consecuencias de la reforma.

Con respecto a Cataluña, Rajoy tiene que actuar con habilidad y enlazar con la sociedad que está preocupada con lo que sucede y no con los que se acomodan al sol que más calienta.

Es su gran oportunidad para liderar a esa mayoría de catalanes que también se sienten españoles.