LA HISTORIA VIRTUAL
Artículo de C. Martínez Castro en “ABC” del 29.04.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Estos días hemos visto cómo los
más fieros relativistas morales se han puesto a defender los derechos del mono
con un entusiasmo igualmente fiero. Quienes jamás se han querido asomar ni a una
sola de las gravísimas cuestiones morales y filosóficas que plantean los
fenómenos del aborto o la eutanasia han desarrollado a cambio una sensibilidad
extrema hacia los primates. Pisotean a diario todos los principios del derecho
natural pero pueden enternecerse hasta el llanto ante la imagen de un gorila
encerrado en un zoo. ¡Nuestros primos en una jaula! ¡Más que nuestros primos,
nuestros hermanos! Alopécicos y ligeramente más erguidos, pero con el mismo ADN
y supuestamente con la misma dignidad. Los más aguerridos defensores de los
derechos de los simios han desbordado a Darwin: no descendemos del mono, somos
directamente monos.
Algo parecido va a ocurrir con nuestra Historia reciente en virtud de esta ley
urdida entre Jáuregui y Llamazares. La Monarquía democrática del 78 va a
resultar ser heredera directa de la República del 36 como si Franco no se
hubiera muerto en la cama, como si no hubiera designado sucesor a Don Juan
Carlos de Borbón, como si las Cortes franquistas no se hubieran hecho el
harakiri y como si la Guerra Civil no hubiera terminado hasta la noche en que
estos campeones de la frivolidad retiraron una estatua ecuestre de la que nadie
se acordaba.
Pero negar de esta manera el franquismo significa negar también la grandeza de
la oposición al dictador, esforzada, meritoria y exigua. La cárcel, el exilio o
la terrible represión quedan automáticamente degradados en virtud de este
antifranquismo virtual, de efectos especiales. A los auténticos luchadores por
la democracia les roban su historia del mismo modo que quieren hurtar a la
familia de García Lorca el derecho a decidir sobre los restos del poeta. No hace
tanto sus señorías también le escamotearon al Rey todo su enorme protagonismo en
el fracaso de la intentona golpista del 23-F. Los políticos se proclamaron los
héroes de aquella noche para sorpresa de todos los que la vivimos y la
recordamos. Es la historia virtual, tan irreal como el país que cada día se
diseña desde el Congreso de los Diputados
Supongo que muchos votantes del PSOE han empezado a plantearse lo caro que les
está saliendo su castigo electoral al PP. Tenemos a Otegi convertido en un
hombre de paz, Andalucía ha devenido en «realidad nacional» y Cataluña disfruta
de media docena de definiciones en su desnortado Estatut. Ocupan algunos
despachos oficiales ciertos individuos más cercanos al matonismo gansteril que
al noble oficio de la política, la historia se reescribe obscenamente y en los
ratos libres nos quieren hacer pasar por simios. Realmente cuesta mucho creer
que este sea el país que querían 11 millones de personas.