DON «FELICÍSIMO» ZAPATERO

 

 Artículo de Antonio Martín BEAUMONT  en  “La Razón” del 11/01/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)


Aparecen estos días encuestas que destacan el valor que los españoles damos al desafío de Ibarreche. Me imagino que tales encuestas han debido encargarse tras ver la nula importancia que Zapatero da al asunto. «Aquí no pasa nada», dice por activa y pasiva el presidente del Gobierno. ¿No pasa nada?
   Pues para no pasar desde el día 30 de diciembre no ha dejado de ser portada de periódicos, radios y televisiones el dichoso plan secesionista; la oposición, que representa a casi diez millones de españoles, por boca de Mariano Rajoy asegura estar ante el mayor desafío a la democracia desde el golpe de Estado de Tejero; y los españoles encuestados son partidarios de un gran pacto entre PSOE y PP para hacer frente al separatismo y algunos piden, incluso, formar un Gobierno de concentración. ¿De verdad no pasa nada?
   Igual desvelo me asalta cuando compruebo, encima, que no todos los compañeros de partido de Zapatero son tan felices y benéficos como el presidente. El ministro de Defensa, José Bono, no deja de hacer discursos a favor de la unidad de España y hace unas semanas –¿premonitoriamente?– sacó a relucir el artículo 8 de la Constitución que habla de la «misión» de las Fuerzas Armadas de «defender» la «integridad territorial y el ordenamiento constitucional» de España.
   Pero tampoco me deja frío ver a uno de los padres de la Constitución, don Manuel Fraga, presidente además de Galicia, pedir la suspensión de la Autonomía vasca a través del artículo 155 de la Carta Magna; o a otro presidente autonómico, el extremeño y socialista Rodríguez Ibarra, decir lo mismo si bien aplazando el «excepcional» artículo constitucional a cuando Ibarreche convoque su anunciado referéndum ilegal. Y qué decir del presidente de Navarra, Miguel Sanz, que ha pedido la convocatoria urgente de la Conferencia de Presidentes Autonómicos ante la gravedad del momento, apoyado rápidamente por los presidentes de La Rioja, Castilla y León, Valencia, Murcia y Madrid.
   En fin, posiblemente los y millones de españoles representados por todas estas opiniones estemos equivocados y com o cree Zapatero: «Aquí no pasa nada». Después de todo, mi amigo Santi Lucas va a tener razón y a Zapatero, en vez de «Joseluis», hay que llamarle «Felicísimo». Don Felicísimo Zapatero. Pues no suena mal.