"TIERRA QUEMADA" POPULAR

 

 Artículo de Antonio Martín Beaumont en “El Semanal Digital” del 03.01.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con un muy breve comentario al final:

 

 ¡ES POR LA ENTROPIA, RECORCHOLIS, ES QUE ZAPATERO ES CHOLLO! (L. B.-B., 3-1-06, 15:30)

 

 

Nuestro sistema electoral presenta ciertas peculiaridades. Por más que la Constitución garantice un modelo proporcional, en las elecciones al Congreso de los Diputados el resultado es "casi" mayoritario. En las provincias pequeñas, con pocos escaños en juego, sólo los dos grandes partidos nacionales tienen opciones. Pero el "casi" en este peculiar sistema viene dado porque, en provincias con fuertes partidos nacionalistas o regionalistas, sus votos tienen un valor añadido. Tanto que un puñado de votos bien concentrado puede definir la gobernabilidad del país. En esta Legislatura, por ejemplo, se dice que es Carod quien manda, pero en anteriores lo mismo se decía de Pujol.

En este terreno el PSOE ha jugado históricamente con ventaja: hay fuerzas a su izquierda con las que aliarse y los nacionalistas asimismo pueden esperar de los socialistas concesiones que los populares nunca harían. Así que no se trata sólo de una proporcionalidad falsa o de un sistema mayoritario regionalmente sesgado, sino que, encima, es asimétrico. Es decir, que el PP, tal como están las cosas, o consigue una mayoría absoluta o la gobernabilidad queda en manos de otros. Y pedir la reforma de la Ley Electoral no es la solución, pues difícilmente en este terreno van a ponerse de acuerdo PP y PSOE, al menos a corto plazo.

Hay que recordar que a José María Aznar, en 1996, no le asustó la soledad y gobernó, eso sí, con algún "brindis al sol" como el de "hablar catalán en la intimidad" tras los gritos bajo el balcón de Génova de "¡Pujol, enano, habla castellano!". Gobernó asumiendo el reto de su exigua mayoría y con el apoyo ocasional de unos partidos nacionalistas y regionalistas, que vieron en él un político capaz de negociar, pero firme en lo innegociable.

En el cuartel general de los populares a estas alturas no deberían andar demasiado preocupados ante el supuesto aislamiento de su partido. Porque señalar que el PP "está solo" y practica una política de "tierra quemada" es parte, en primer lugar, de la estrategia del PSOE; y porque, después, no hay que olvidar que, si se prescinde del factor nacionalista, la mayoría de las pequeñas fuerzas periféricas –la propia Convergència i Unió, Coalición Canaria, Partido Aragonés Regionalista y Partido Regionalista de Cantabria- son de corte centroderechista. Pero sí debería preocuparse Mariano Rajoy de analizar los motivos por los que esas y otras fuerzas han caído rendidas en brazos socialistas.

 

muy breve comentario al final:

 

 ¡ES POR LA ENTROPIA, RECORCHOLIS, ES QUE ZAPATERO ES CHOLLO! (L. B.-B., 3-1-06, 15:30)

 

La entropía es el grado de desorden de un sistema, y ZP es el ácido corrosivo que la aumenta. Martín Beaumont afirma que el PP debe preocuparse por analizar los motivos por los que las fuerzas nacionalistas de centro derecha han caído rendidas en brazos socialistas.

Para uno está muy claro cuáles son los motivos: un sistema desvertebrado, en el que el centro se diluye, resulta altamente rentable a corto plazo para las miopes oligarquías locales. Oligarquías  que se mueven con tropismos de satisfacción de su adicción inmediata: el poder onanista.

Vístan esta narcofagia con el disfraz mítico o mandanga que les parezca: "interindependencia", "hecho diferencial", "derechos históricos", "derecho a ser y decidir".... todo son cuentos, mandangas o milongas que envuelven esquizofrenias rentables por el momento.

Pero si esta dinámica degenerativa se consolida y desarrolla, pronto vendrá el llanto y crujir de dientes: el Estado español y con él España (toda ella, que quede claro) se constituirán en un problema europeo en el que la unidad de mercado, la convivencia y la eficacia administrativa se diluirán en un caos sin centro resolutivo; en el que el país en su conjunto, pero principalmente  Euskadi y Cataluña, se balcanizarán ineluctablemente en reyertas multidireccionales; y en el que la libertad se destruirá irremisiblemente por la insolidaridad, el privilegio, la oligarquía, la corrupción y la represión.

De Euskadi ya sabíamos que el nazionalismo se había transmutado en "conflicto político", pero ahora estamos descubriendo que el oasis catalán era un espejismo que ocultaba el "blindaje" endogámico de su clase política y paniaguados mediáticos e intelectuales. 

Pues bien, todo esto es lo que está alentando ZP, el "chollo" por antonomasia de los nacionalismos. Pues, como él mismo dice, "ahora o nunca".