LA MENTIRA DE LOS INCAPACES

Artículo de M. Martín Ferrand en “ABC” del 26 de abril de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Aunque no faltan quienes aseguran que Celestino Corbacho es un personaje virtual, sin existencia corpórea, fruto de la imaginación política de José Luis Rodríguez Zapatero, Corbacho está ahí y es ministro de Trabajo en el Gobierno de España. Una lumbrera. Hace sólo tres meses, con ínfulas de oráculo clásico, declaró que «no llegaremos a los cuatro millones (de parados) de ninguna de las maneras, nos quedaremos por debajo». Dado que resulta imposible, en tan corto periodo de tiempo, un cambio de tendencias tan notable y que eran muchas las voces autorizadas que ya nos anticiparon la catástrofe, puede concluirse que el ministro nos mintió con todo el descaro o, peor todavía, que es incapaz de entender el problema que tiene en sus manos. El primero de los supuestos exige, por sí mismo, la dimisión. El segundo, su cese fulminante.

Sólo puede decirse en defensa de tan ilustre extremeño recriado en Barcelona que su jefe político, Zapatero, hace sólo un año, en su segunda investidura, aseguraba con el desparpajo engañoso que acostumbra: «Aunque tengamos por delante un incremento de la tasa de desempleo, estamos en niveles mucho mejores que cuando llegamos al Gobierno». Esa frontera «imposible» de traspasar -el 11,2 por ciento- ya ha superado el 17. La única diferencia de Corbacho con Zapatero es que en éste no cabe el dilema: miente y es incapaz. Las dos cosas.

La situación es desesperada. Tanto que la voluntariosa Elena Salgado, la vicepresidenta que en lugar de tapizarse se viste, ya ha tenido que reconocer: «No llegaremos a los cinco millones de parados». Valga como expresión de un deseo; pero, de verdad, ¿cuánto tardaremos en sobrepasar esa nueva meta establecida con más entusiasmo que análisis? En varias regiones españolas ya se ha sobrepasado el 20 por ciento, y en Andalucía el porcentaje alcanza el 27.

Es un problema de muy difícil solución. Técnicamente es abordable; pero la contumacia política de Zapatero y sus muchachos/as, que pretenden hacer tortilla sin romper huevos, nos aleja de cualquier solución. El equilibrio de fuerzas en el Parlamento descarta una moción de censura con efectos fulminantes y, en consecuencia, sólo cabe esperar que la responsabilidad del PSOE, de sus militantes y sus cuadros, exija un cambio de rumbo al Gobierno que respalda. Las tres primeras cabezas del partido están en la nómina del Gobierno. ¿Leire Pajín?