LA COLA DE LA LAGARTIJA

Artículo de M. Martín Ferrand en “ABC” del 12 de mayo de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Torticeramente, pero con pasmosa habilidad, José Luis Rodríguez Zapatero resulta capaz de convertir las lanzas de sus fracasos en cañas portadoras de las banderolas de sus éxitos imaginados. Es único en tan singular proceso de mixtificación y ello le convierte en un gobernante nefasto, pero -que se lo pregunten a Mariano Rajoy- en un adversario difícil de abatir. Europa, toda Europa, acaba de afearle su política económica, su recalcitrante pasividad para reducir el déficit a los límites que exigen los cánones del euro. Sin inmutarse, negándose a sí mismo, el socialista ha reconducido la situación frente a la opinión pública y ya nos vende como un éxito -¡avalado por la euforia de la Bolsa!- el severo varapalo de la Unión. Habrá que verle hoy en el Congreso, como si hubiera ganado una batalla y salvado la Nación.

El problema reside en que las mentiras se alimentan con más mentiras y no es posible mentir constantemente. Europa, Merkel, Sarkozy, el BCE y los notables del Ecofín nos han mostrado una tarjeta amarilla como la que ya le habían enseñado a los griegos y, en plena presidencia europea de Zapatero, nuestra titular de Hacienda y Economía ha quedado a los pies de los caballos. Tanto que ya se cruzan en los mentideros capitalinos los hipotéticos nombres de sus posibles sustitutos. Pero no importa. Zapatero, como los jinetes del Pony Express, va reventando caballos sin piedad alguna para llegar antes a los telediarios y vender su versión de los acontecimientos sin que los colores de la vergüenza se le asomen a la cara.

Zapatero es como las lagartijas. Es capaz, cuando se ve en peligro, de desprenderse de su propia cola -autotomía, le llaman los zoólogos- que sigue moviéndose y centrando la atención de sus atacantes mientras él, a salvo, se reconstruye con gran facilidad. Rajoy, que no consigue tomarle la medida, suele ensañarse con la cola desprendida, pero el líder planetario ya está haciendo de las suyas en otro escenario y con otro afán. En eso estamos. Mientras el líder de la oposición se vanagloria con la cantinela acostumbrada -«eso ya lo decía yo»-, el jefe del Ejecutivo, carente de todo rigor y poco comprometido con la verdad ya está en otras escaramuzas que le permitan aspirar a una tercera legislatura en La Moncloa. Una pequeña remodelación del Gobierno, dos subidas brillantes del Ivex y crisis superada. Los ciudadanos no exigen más.