SIETE DE UN GOLPE

En las autonómicas catalanas, Montilla puede ocupar el sexto lugar entre las siete víctimas del golpe de Gómez

Artículo de M. Martín Ferrán  en “ABC” del 05 de octubre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Aunque fueran moscas, el sastrecillo valiente de los Hermanos Grimm mató siete de un golpe. Como Tomás Gómez. Siete, cuando menos, son las víctimas directas de su victoria en las primarias socialistas para la Comunidad de Madrid. Rodríguez Zapatero es el más notable de todos. Quiso, en su constante confusión entre deseos y realidades, invertir los valores del juego y ha salido trasquilado en un momento en el que el PSOE acumula una expectativa de voto menor que la que tuvo en 2000, cuando Aznar obtuvo la mayoría absoluta.

José Blanco es, jerárquicamente, la segunda de las víctimas del éxito del que fue el más votado de los alcaldes españoles. De poco le va a servir al gallego su nueva imagen de chico bien. Ha evidenciado su descontrol del partido y eso, que era su fuerza, le deja para el arrastre. Lo mismo le ocurre a la tercera víctima del golpe de Gómez, Alfredo Pérez Rubalcaba. Junto con Blanco, uno de perro y otro de liebre, corrían la carrera sucesoria del líder desmoronado por los acontecimientos y los genios tenebrosos pierden su fuerza cuando se les nota que lo son.

Trinidad Jiménez no puede faltar entre las víctimas de las primarias. Fue de lista, como acudió a las municipales en que quiso arrebatarse la vara a Alberto Ruiz-Gallardón, y salió perjudicada. Ahora seguirá al frente de Sanidad como para demostrar que los héroes de Zapatero no corren riesgos. Después de treinta años de empleo socialista haría bien en reconsiderar su propia biografía y entregarse a labores de provecho. Con menor cuantía, debe incluirse en la lista de afectados a Leire Pajín que, aunque intentó ponerse de perfil cuando las vio venir, no deja de ser secretaria de Organización del PSOE y, por acción u omisión, cocinera de este guiso.

Dada la proximidad de las elecciones autonómicas catalanas, José Montilla puede ocupar el sexto lugar entre las siete víctimas del golpe de Gómez. Sus potenciales votantes de cariz nacionalista le afearán con mayor fuerza su dependencia de un líder español tan enclenque y los otros, los auténticamente socialistas, acusarán el peso de una derrota que se sustenta básicamente en los modos caprichosos, huecos y erráticos con que gobierna Zapatero.

Al final, pero no el último de los siete, hay que apuntar a Íñigo Urkullu, el presidente del PNV que, después de su censurable —y censurada— presencia en la manifestación abertzale del sábado en Bilbao, se presenta como único avalista de Zapatero para sacar adelante un Presupuesto que no tiene más interés que el precio que el País Vasco recibirá por ello. Se queda de náufrago en la balsa del de León. Grandes estrategas.