MENSAJE NAVIDEÑO DEL REY
24/12/2004
El formateado es mío (L. B.-B.)
"Todos los
años espero este momento con gran ilusión, pues me permite dirigirme a vosotros
en la Nochebuena y desearos de corazón, junto a mi Familia, paz, alegría y
prosperidad.
Nuestro mayor afecto y comprensión se dirigen, en particular, a quienes sufren
por cualquier causa en estas fechas tan emotivas y familiares.
Unos sentimientos que, junto a nuestra cercanía, apoyo y solidaridad, deseamos
expresar muy especialmente a los familiares de las víctimas de los abominables
atentados terroristas del pasado once de marzo y a cuantos heridos causó esa
enorme tragedia.
Aquel día toda España lloró con rabia y dolor, de forma unida y solidaria, a sus
ciento noventa y dos ciudadanos que tan brutalmente perdieron la vida. Dedicamos
un emocionado homenaje a todas las víctimas del terrorismo y a sus familias que
merecen nuestra mayor entrega.
Nuestros corazones siempre permanecerán ligados a su memoria. Su recuerdo, y el
sufrimiento de tantos heridos, nos debe llevar a reforzar nuestra
unidad para acabar con el terrorismo,
con sus intolerables asesinatos, amenazas y extorsiones, desde la fortaleza del
Estado de Derecho y la cooperación internacional.
Contamos para ello con la abnegada labor de la Justicia y de las Fuerzas Armadas
y Cuerpos de Seguridad que se entregan día y noche - y esta noche también- a la
defensa de nuestros derechos y libertades.
Estos días de Navidad son propicios para la reflexión sana y constructiva. No
podemos mirar hacia delante sin antes recordar cómo
hemos logrado
construir la España plural y diversa
que hoy disfrutamos. En poco más de una generación, con gran esfuerzo, de manera
responsable y generosa, los españoles hemos forjado el más largo período de
convivencia democrática y crecimiento de nuestra Historia.
Como dije hace poco más de un año,
las profundas transformaciones vividas por España no
hubieran sido posibles, ni tampoco lo serían hoy en día, sin la estabilidad
política, social y económica que asegura la vigencia y el respeto de nuestra
Constitución.
Veintiséis años de estabilidad y prosperidad en democracia es, sin embargo, un
periodo corto, comparado con el vivido por las naciones más avanzadas de nuestro
entorno. Tenemos la
responsabilidad de consolidar y ampliar lo que juntos hemos conseguido. Estoy
convencido de la voluntad y capacidad de los españoles para seguir trabajando en
dicha dirección.
En esa tarea, la Corona nunca escatimará esfuerzos. Siempre
alentará y preservará la
unión solidaria de las diversas tierras de España;
trabajará con tenacidad para armonizar intereses, moderar y arbitrar el
funcionamiento de las Instituciones, y
fomentar el interés general por encima de ambiciones
particulares.
Mantengamos los principios y
valores de nuestra Constitución y el preciado consenso en que se basa.
Tras las elecciones generales del pasado mes de marzo, se abría una nueva
Legislatura y un Gobierno era relevado por otro de distintos signo político,
ambos guiados por el afán de servir leal y eficazmente a España. La alternancia
política es siempre escenario de nuevos proyectos y debates. Debatir es algo
propio del buen funcionamiento de toda democracia. Las diferencias políticas
deben resolverse con prudencia, buscando la concordia y el interés colectivo,
dentro del respeto a la Constitución
Una sociedad abierta, madura y
moderna como la española, una democracia estable como la nuestra, necesita
mantener instituciones sólidas y debidamente apoyadas, así como fomentar los
planteamientos integradores.
Los españoles piden que sigamos construyendo juntos y con la misma ilusión, una
España mejor cada día. Un país
socialmente más justo, que crezca en bienestar individual y colectivo, con más y
mejor empleo, mayor seguridad ciudadana y más amplias prestaciones sanitarias y
sociales.
También demandan viviendas
asequibles, un entorno natural protegido y un creciente esfuerzo investigador.
Una España que asegure la
efectiva igualdad de derechos y oportunidades para todos, la plena equiparación
de hombres y mujeres, y una justicia con recursos para ser más ágil y eficiente.
Al mismo tiempo, la sociedad española reclama
erradicar las causas de pobreza, marginación y exclusión
social, proteger y asistir a menores y discapacitados y proporcionar a nuestros
mayores la atención y amparo que merecen.
Destinemos los mejores
esfuerzos contra la droga
y sus efectos devastadores y
colaboremos para reducir los
accidentes de circulación
que tantas muertes y heridos provocan. Miles de voluntarios, en estos y en otros
campos, nos dan el ejemplo de su generosa labor al servicio de los demás.
Valoremos el trabajo de los
inmigrantes venidos a
nuestro país en busca de mejores condiciones de vida, y que contribuyen a
nuestro desarrollo económico y social.
Deseo expresar mi reconocimiento a las
familias españolas. Constituyen un soporte básico para
transmitir nuestra identidad, cultura y tradiciones, así como valores éticos,
morales o religiosos, conforme a sus creencias.
El futuro de España requiere
una sustancial mejora de los niveles educativos de sus hijos,
lo que reclama la estrecha y respetuosa cooperación entre autoridades, padres,
profesores y alumnos.
España se juega su seguridad y bienestar, en buena medida, fuera de nuestras
fronteras. Trabajemos unidos
para desarrollar nuestras relaciones internacionales
pues, al sumar fuerzas, fortalecemos la credibilidad y eficacia de nuestra
política exterior en la defensa de nuestros intereses.
Dirigimos nuestro
reconocimiento y gratitud a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, Cuerpos de
Seguridad, Servicio Exterior y cooperantes
que, lejos de sus familias, trabajan al servicio de la paz, la cooperación y el
bienestar de tantos países en el mundo.
Damos nuestra más cordial
bienvenida a los diez nuevos estados
que este año se incorporaron a la Unión Europea. El próximo año se inicia con la
ratificación del Tratado que establece una Constitución para Europa. Como
españoles y como europeos, debemos abordar con altura de miras las oportunidades
y responsabilidades que dicho Tratado nos plantea.
La Cumbre Iberoamericana de Salamanca, a celebrar los días 14 y 15 de octubre de
2005, nos permitirá reforzar nuestros lazos con las naciones hermanas del otro
lado del Atlántico.
Un mes más tarde, el 29 de noviembre, los países mediterráneos y europeos se
reunirán en la Ciudad Condal en una Cumbre del Proceso de Barcelona.
Deseamos ayudar leal y eficazmente al
logro de la paz en Oriente Medio.
Me llena de orgullo la ilusión colectiva de los españoles ante los grandes
acontecimientos culturales o deportivos que se celebran en España. Hemos acogido
con gran alegría la designación de Valencia para la Copa América de Vela 2007 y
la más reciente elección de Zaragoza para albergar la Exposición Internacional
de 2008. Iniciamos un año marcado, entre otros eventos, por el Cuarto Centenario
de El Quijote y por los Juegos Mediterráneos de Almería. Ahora debemos trabajar
codo con codo en favor de la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos de
2012.
España, como
nación labrada durante siglos por nuestros antepasados, es la tierra a la que
pertenecemos y el hogar común que, progresivamente, hemos ido mejorando. Una
tierra que encierra un cúmulo de riquezas históricas, artísticas, culturales y
lingüísticas, así como tradiciones y valores, que debemos proteger y promover.
Servir al bien de España y de
todos los españoles,
es el norte que inspira la labor de la Corona. Una labor que me estimula a
diario y por la que siempre estaré dispuesto a entregar lo mejor de mí mismo
para poder dejar un país aún mejor a las generaciones venideras. Una labor,
además, con la que los Príncipes de Asturias sellaron un firme compromiso de
continuidad con motivo de su enlace.
Tenemos un país
envidiable, capaz de alcanzar nuevas metas si ponemos la voluntad y los medios
necesarios para ello, desde el respeto a nuestras normas de convivencia
democrática. Al ser España nuestra patria común, todos debemos contribuir con
ilusión, desde el entendimiento y la concordia, a asegurar su futuro.
A todos los españoles, especialmente a quienes os encontráis fuera de nuestras
fronteras y a los extranjeros que residís con nosotros, todo mi afecto y mis
mejores deseos de felicidad para esta Navidad, y de paz y bienestar para el Año
Nuevo. Buenas noches.