AZNAR
OFRECE A PUJOL HASTA CUATRO CARTERAS
Noticia
en "La Vanguardia"
del 12 de enero de 2002, por Cristina Sen
El presidente propuso a CiU áreas
básicas de poder y negociar sin restricciones
Con un breve comentario al final (L. B.-B.)
Aznar
quiere que quede claro que su oferta para que CiU forme parte del Gobierno no
es un fuego de artificio sino una proyecto
"histórico". Por ello, trasladó a Pujol que está dispuesto a ceder
áreas básicas de poder y un número significativo de carteras que podrían
alcanzar las cuatro. Ante el silencio del líder nacionalista, el presidente le
recordó esta semana por carta su ofrecimiento.
La
oferta es ilimitada. José María Aznar ha hecho saber a Jordi Pujol que su
invitación a que CiU forme parte del Gobierno es una apuesta de máximos en la
que estaría dispuesto a ceder hasta tres o cuatro ministerios. La amplitud de
este ofrecimiento responde a la filosofía que el presidente del Ejecutivo
quiere impregnar a su propuesta para intentar trasladar la idea de que está
invitando a los nacionalistas catalanes a protagonizar un "cambio
histórico" en España con su participación en el Gobierno de Madrid.
Aznar comunicó a Pujol que está abierto a cualquier negociación, según
explicaron fuentes del entorno presidencial, y estaría dispuesto a
"sacrificar" áreas importantes de poder si CiU decidiese dar el sí.
Incluso la Moncloa considera que estas carteras podrían ser de peso: ¿Por qué
no podrían tener el Ministerio de Economía, o la de Interior, o una vicepresidencia?",
comentaron ayer representantes del entorno del presidente, subrayando que Pujol
conoce estas condiciones. Es evidente que Aznar sabe que ahora la respuesta va
a ser negativa, pero no por ello quiere dejar claro que su oferta es seria y
"va más allá de una operación cosmética".
En esta línea, el número uno del Gobierno espera una respuesta del president no sólo al ofrecimiento genérico de que forme
parte del Ejecutivo, sino a la propuesta de que esta colaboración sea negociada
sin límites. Por ello, envió esta misma semana una carta al líder nacionalista
en la que no sólo le respondía a la petición de la Generalitat de que se
celebre una nueva reunión, sino que le recordaba expresamente que su invitación
a formar Gobierno, después de más de dos meses, aún no ha recibido respuesta.
La intención del Ejecutivo es vincular esta propuesta a su nueva filosofía
lanzada en la ponencia congresual sobre "patriotismo constitucional".
Es decir, una vez culminado el desarrollo autonómico, el PP busca ponerse a la
cabeza de una reformulación ideológica basada en la estabilidad del modelo de
Estado y la defensa de una idea de España que vaya más allá de las fronteras
del PP.
Es en este contexto en el que el Gobierno considera que Pujol no puede
mantenerse en la fase reivindicativa y le señala que quizás la mejor manera de
defender los intereses de España y de Cataluña sea participando en el Gobierno.
Para ejemplificar esta tesis, fuentes gubernamentales señalan que si los
nacionalistas en la polémica Madrid-Barcelona acusan al Ejecutivo de beneficiar
la concentración de poder en la capital, lo mejor que podría hacer es venir a
Madrid a participar e influir en la toma de decisiones. Además, cree que
algunos dirigentes de la federación pueden gobernar en función de los intereses
de toda España.
De esta manera, Aznar también prepara el terreno de la estrategia del PP en
Cataluña, donde su implantación es escasa. Si CiU, como ya ha señalado, rechaza
el ofrecimiento, el Ejecutivo considera que puede tener un discurso claro que ofrecer
al sector de los ciudadanos que verían con buenos ojos una amplia influencia
catalana en Madrid. "Tendríamos todo el derecho a reivindicar este
espacio", señaló un miembro del Gobierno.
Aunque es improbable que la fórmula de Aznar llegue a cuajar, el entorno del
presidente ha pensado incluso en cómo podría afectar a su electorado en el
resto de España. El Ejecutivo cree que sería fácil dar a entender que la
incorporación del nacionalismo supone un paso definitivo en la cohesión de
España.
Al mismo tiempo, siempre en el terreno de la hipótesis, el presidente está
dispuesto a asumir el riesgo de que una respuesta afirmativa a la invitación
dejase sin espacio al PP catalán. Pero este riesgo tiene cara y cruz. Existen
precedentes en Europa en el ámbito del centroderecha, como es el caso de la
Unión Cristiano Demócrata alemana (CDU), que renuncia a presentarse en Baviera
asumiendo su representación la Unión Cristiano Social (CSU). Esta idea ya se ha
planteado en otras ocasiones y aunque mantendría la soberanía de CiU, los
nacionalistas la han rechazado sistemáticamente.
El presidente del Gobierno también quiere subrayar que el futuro de CiU en
Cataluña no está nada claro ante la posibilidad de que el socialista Pasqual Maragall gane las próximas elecciones. Por ello,
entiende que su propuesta es una forma de ofrecer a Jordi Pujol la posibilidad
de que su proyecto "vaya más allá" de sus 22 años al frente del Govern de la Generalitat.
LA CARTA
He
aquí los párrafos más significativos de la carta enviada por José María Aznar a
Jordi Pujol esta misma semana:
La
Vanguardia - 04.15 horas - 12/01/2002
Como
ya le planteaba el pasado mes de octubre, creo que se repite la ocasión de
profundizar en una relación que mantenemos, aunque con algunos altibajos, desde
1996. Conservo en la memoria el apoyo que nos dio entonces cuando nuestro
partido obtuvo una mayoría parlamentaria insuficiente
Quisiera reiterar mi postura favorable a su entrada en el Gobierno como eje de
una nueva etapa para España y para Cataluña
Esta propuesta desborda el ámbito estricto de nuestras siglas y constituye el
inicio de un nuevo proyecto de futuro para el país.
Pujol
pidió a Aznar pactar más autonomía antes de responder a la oferta de
ministerios
Carta
del president: "Como usted ya sabe, nuestro
objetivo es la mejora de la autonomía"
El
presidente de la Generalitat no ha contestado todavía directamente a la oferta
de Aznar de incorporar ministros nacionalistas al Gobierno de España porque
pretende antes abrir negociaciones para aumentar el autogobierno de Cataluña.
Primero más autonomía y después ya se
hablará del Gobierno. ESTE ES EL PLANTEAMIENTO DE CIU frente al
"primero entren en el Gobierno y después hablaremos de todo lo
demás", que plantea Aznar.
JORDI
BARBETA
El 27 de diciembre pasado, coincidiendo con el último Consejo de Ministros del
año, llegó al palacio de la Moncloa una carta del presidente de la Generalitat,
Jordi Pujol, dirigida al presidente del Gobierno José María Aznar. En esa
carta, Pujol obvió responder a la oferta que le había planteado Aznar el 25 de
octubre para que Convergència i Unió incorporara
ministros nacionalistas al Gobierno de España.
En la carta Pujol señalaba que "el Govern de la
Generalitat cree sobre la base de estudios de juristas competentes e independientes
y en ocasiones sobre la base incluso de sentencias del Tribunal Constitucional,
que la Constitución y el Estatuto permiten una aplicación de la autonomía que
daría a Cataluña unas competencias políticas y administrativa sensiblemente
mayores de las que ahora tiene. Y ello sin necesidad de modificación
alguna...".
En esa misma carta, Pujol, sin rechazar concretamente la propuesta de Aznar,
planteaba la prioridad de los nacionalistas: "Como usted ya sabe, es
nuestro objetivo negociar, a partir de este planteamiento constitucional, la
mejora de nuestra autonomía".
En la carta Pujol planteó asimismo la necesidad de un encuentro entre ambos
mandatarios para profundizar en las peticiones del president
y responder directamente a la oferta de Aznar.
Esta misma semana, Pujol conversó telefónicamente con el presidente del
Gobierno para confirmar que había recibido su mensaje y para reiterar la
conveniencia de un encuentro de ambos presidentes. Tras esta conversación,
Aznar respondió inmediatamente por escrito considerando que primero era Pujol
quien debía responder si CiU está dispuesta a incorporarse al Gobierno. Pujol
sigue mostrándose muy remiso a la incorporación de ministros nacionalistas. La
historia se repite. Esta fue una de las razones principales que provocaron la
crisis interna que CDC vivió a principios del decenio de los noventa, que acabó
con la dimisión de Miquel Roca como secretario general.
La situación ha cambiado. Aunque nadie rechaza por principios la participación
en el Gobierno español, ningún dirigente defiende abiertamente hacerlo ahora
que las relaciones con el PP son más difíciles que nunca.
El propio Pujol manifestó en declaraciones a "Bon dia,
Catalunya" de TV3 que entrar en el Gobierno español "hoy por hoy, tal
como están las cosas, no tendría sentido".
LAS
REACCIONES
JORDI
PUJOL, CiU
"Un ministro de CiU no podría hablar del Gobierno de la nación, porque su
nación es Cataluña"
ARTUR MAS, CiU
"Lo prioritario y lo necesario es alcanzar un nivel satisfactorio de
autogobierno para Cataluña. Cumplido ese objetivo, no hay que descartar por
principio la idea de gobernar con uno de los partidos españoles"
JOSEP A. DURAN LLEIDA, CiU
"Es una oferta a la galería, en principio inaceptable"
ALBERTO FERNÁNDEZ, PP
"La propuesta demuestra el talante dialogante e integrador del PP y
ratifica la sensibilidad catalana del Gobierno"
JOSÉ MONTILLA, PSC
"Es una oferta normal entre dos partidos que mantienen un pacto frente a
un adversario común: los socialistas y Pasqual
Maragall"
JOAN RIDAO, ERC
"Es un torpedo a la línea de flotación de la estrategia de Pujol de
evidenciar el supuesto distanciamiento del PP"
JOAN SAURA, IC
"Es una prueba más de la coincidencia ideológica, política y de forma de
gestión entre CiU y PP"
BREVE COMENTARIO (L. B.-B., 12-1-02)
Este es un comentario muy al bote pronto, que supongo que habrá
tiempo de ir matizando posteriormente. Pero creo que la primera reacción de los
nacionalistas catalanes es inercial y demasiado improvisada: la oferta es lo
suficientemente alta como para que haya que pensársela, pues implica un giro
profundo en la política del Gobierno. Déjense de pensar en términos de
cálculo electoral y cortoplacismo. No se entra a formar parte de un Gobierno de
coalición con carteras varias e importantes sin un programa y un acuerdo de
fondo que implica objetivos compartidos en lo fundamental. Por tanto, por
favor, señores de CIU, piénsenselo, pues esto puede implicar un cambio
significativo en la política de nuestro país.
Las declaraciones iniciales de Pujol sobre que no puede aceptar la
oferta de Aznar pues... "Imagínese
un ministro de CiU en el Gobierno: no podría hablar del gobierno de la nación,
porque España es plurinacional y nuestra nación es Catalunya" ("El
Periódico", 12-1-02)... plantean nuevamente
una cuestión crucial, la del O.V.N.I. llamado España para los nacionalistas.
En efecto, aunque la Constitución establece en su artículo 2 que
España es una "Nación", integrada por "nacionalidades y
regiones", esta definición parece no convencer a Pujol. Para él, España es
plurinacional, pero no nos define qué es. ¿Un Estado solamente?¿Una
"Nación de Naciones", como afirmaba Miquel Roca días atrás en
"La Vanguardia"?¿España es una "Nación", Castilla,
---incluyendo por tanto en ella Canarias, Baleares, Asturias, Andalucía, etc--- que se integra en un "Estado
plurinacional" junto a otras tres "Naciones" como
Cataluña, Euskadi y Galicia?
Lo que parece absurdo es que una palabra bloquee a un país
democrático por los siglos de los siglos, porque tal como se plantean las
cosas, esto no parece tener solución racional. Al final, nuestros políticos
están liados por pleitos, significados y ritos inmemoriales que han perdido
gran parte de su sentido y no son capaces de liberarse de las palabras mágicas
que nos tienen enredados en rituales y sacrificios en ocasiones mortíferos,
como sucede con "Euskal Herría".