DOS ENFERMEDADES DEL PP

 

Artículo de Pío MOA en “Libertad Digital” del 5-3-08

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con un breve comentario al final:

IMPRESIONES PREELECTORALES

Luis Bouza-Brey, 6-3-08, 19:30

 

A fuerza de eludir la batalla de las ideas, el PP ha terminado quedándose sin ninguna. Con alguna razón se burla de él Zapo: “ustedes siempre van a rastras de lo que nosotros hacemos, poniendo obstáculos y pegas, para terminar aceptando de mala manera nuestras iniciativas, sean los nuevos estatutos, el matrimonio homosexual, la ley de paridad o casi cualquier otra cosa. Son ustedes puramente negativos”. El PP se ha convertido en un partido que no defiende nada propio y claro, excepto su aspiración a ganar poder presumiendo de una gestión económica mejor y promocionando el inglés. Ah, y la igualación del número de hombres y mujeres en el mercado laboral, otra idea muy zapesca. Sus votantes le atribuyen, además, ideas firmes en cuanto a la unidad de España, la defensa de las libertades o la lucha contra el terrorismo, pero ni siquiera eso está muy claro: no solo ha imitado el estatuto catalán, sino que ha aplicado en Galicia y Valencia políticas de enseñanza muy similares a las de los separatistas y anunciado su voluntad de entenderse con ellos para gobernar… Sin duda algunas corrientes dentro del partido defienden la democracia española, pero otras no, y estas no solo diluyen el mensaje, sino que parecen hegemónicas en el partido.

El PP, pues, vive de unos votantes que en su gran mayoría quieren y defienden la unidad de España y las libertades, y son sensibles a los peligros que estas sufren, los mayores desde la época del Frente Popular. Ante la situación, los jefes del PP podían haber optado por una campaña de denuncia, explicación del peligro y planteamiento de alternativas claras, tratando de ganarse a la masa de población anestesiada por la demagogia, en el fondo simplona, de la izquierda y los separatistas. En cambio ha elegido una política de “bajo perfil”, evitando defender con energía cualquier postura, imitando muchos rasgos de la política de Zapo y colaborando así a desmovilizar a la sociedad. Con esta línea de acción ha buscado no alarmar a las izquierdas más extremistas y ganarse a un sector intermedio de votantes indecisos, a quienes suponía interesados únicamente en el bolsillo. La crisis económica ha venido en su auxilio, pero sospecho que no será suficiente.

A esta política, completamente alejada de los peligros y retos reales, suele llamársele centrismo, y se completa con el futurismo, consistente en huir del pasado, esconderlo y perderse en divagaciones ni siquiera estimulantes sobre el porvenir. Dos auténticas enfermedades morales, a mi juicio. Si el PP gana las elecciones no será gracias al voto de los ciudadanos supuestamente afectos al bajo perfil, sino al de la gran masa que mira con horror la posibilidad de que Zapo continúe su labor siniestra. Y si pierde se deberá justamente a ese centrismo y futurismo, que ha permitido a los liberticidas maniobrar a su gusto, arrebatando al PP cualquier iniciativa.

Si el PP pierde no quiero ni imaginar su depresión de ánimo y peleas internas. Coincidiendo en eso con quienes dan prioridad absoluta a desplazar a Zapo, solo puedo expresar mi deseo de que gane Rajoy, aunque sea por poco, y de que UPD y Ciudadanos salgan como fuerzas capaces de sustituir a los separatistas en cuanto a la gobernación del país. Gane quien gane, será preciso un movimiento de regeneración democrática.


Breve comentario final:

IMPRESIONES PREELECTORALES

Luis Bouza-Brey, 6-3-08, 19:30

 

Todo está muy turbio, por lo que los pronósticos son inútiles. Pero las impresiones pueden servir para algo, y las voy a exponer:

Ya hace días indiqué que si el PP y Rajoy no denunciaban la situación de crisis de la democracia derivada del Gobierno ZP, sus alianzas y sus políticas, los ciudadanos no se enterarían de la gravedad de la situación, y por ello el PP perdería las elecciones. Y creo que eso es lo que puede suceder: el “perfil bajo” que define Moa en el artículo que comento es la opción tomada por el PP, y las consecuencias pueden ser letales. Porque  puede suceder que el perfil bajo, combinado con alguna agresividad, induzca a muchos ciudadanos a pensar que lo que el PP quiere es echar al PSOE del Gobierno para ocuparlo él, a base de agresiones. Y ese es el fallo del último debate: Rajoy dijo verdades como… puños no, sino como flores, combinadas con agresiones a ZP, acusándolo de mentir y diciéndole que no se enteraba. Y eso, para los que conocemos  la gravísima situación en que estamos, es definición perceptible y acertada de la situación, pero para muchos ciudadanos, que no saben que el Estatuto de Cataluña es inconstitucional, que la Constitución ha sido violada, que las alianzas frentepopulistas del PSOE nos destruyen la democracia, y que la inconsciencia de ZP nos irá hundiendo cada vez más aceleradamente, no es entendible nada más que como puro electorerismo cizañero y ambicioso. Con lo cual, Rajoy contribuye a la táctica de anestesiado de ZP, que dice que todo está muy bien y que lo que sucede es que el PP está en la “extrema derecha” y en la crispación, dirigida a hacer daño a un Gobierno del país lleno de buenas intenciones e ideales nobles.

Por eso, creo que Rajoy se ha equivocado, y con el perfil bajo, la agresividad aparentemente colateral  y “ad hominem” y el  énfasis en la economía y no en la política, que le hubiera obligado a enfrentarse a los nacionalismos y rechazar potenciales pactos con ellos, se ha plegado a la táctica anestesiante de ZP, incentivando sus efectos, y posiblemente lo pague en las elecciones y nos lo haga pagar a todos.

Por todo ello, creo que la próxima legislatura será agónica, más que constituyente, y nos va a conducir a una situación muy grave antes de cuatro años. Ojalá me equivoque, y los ciudadanos sean más inteligentes de lo que parece y voten contra el PSOE, a pesar del “perfil bajo” y la agresividad “injustificada” de Rajoy y el PP. Ojalá me equivoque, y este país se merezca una democracia de calidad, ni pervertida, ni corrupta, ni demagógica, ni bananera. Ojalá me equivoque.