AGUIRRE HACE AUTOCRITICA Y PLANTA CARA A LAS TRAMPAS DEL PSOE

 

 Editorial de  El Mundo” del 08.04.08

Por su interés y relevancia he seleccionado el  Editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 


El viernes 1 de octubre de 2004, en la apertura del XV Congreso que eligió presidente del PP a Mariano Rajoy, Alberto Ruiz-Gallardón pronunció una frase polémica por lo que tenía de autocrítica de la acción política de su partido: «Algo hemos debido de hacer mal». El alcalde se refería a la implicación del Gobierno presidido por Aznar en la Guerra de Irak. Paradojas de la vida, lo más parecido a aquella intervención del alcalde es el discurso de Esperanza Aguirre ayer en el que hizo un repaso crítico de la estrategia de oposición liderada por Rajoy en la legislatura que acaba de concluir.

La intervención de la presidenta madrileña había despertado una gran expectación, después de que este periódico adelantara en su edición del pasado domingo que Aguirre no descarta presentarse como alternativa en el Congreso del PP de junio, según las decisiones que vaya tomando el único aspirante a la Presidencia, que es Rajoy. En su discurso de ayer, la presidenta del PP de Madrid fue bastante explícita al señalar los errores que, a su juicio, ha cometido su partido frente al PSOE de Zapatero. Concretamente, aseguró que el PP ha caído en «las trampas del PSOE» al renunciar a dar la batalla ideológica y permitir que la opinión pública lo percibiera como un partido «antipático, homófobo, anticuado y franquista».

En efecto, es evidente que los socialistas se han llevado el gato al agua en lo que se refiere a presentar al PP como una formación demasiado derechizada y no cabe duda de que éste es uno de los factores que ha influido -sea poco o mucho- en la derrota electoral del 9-M. Aguirre citó dos de estas «trampas ideológicas». La primera, la Ley del Matrimonio Homosexual. La presidenta madrileña -que era contraria a recurrir la ley ante el Constitucional- sostiene que el PP no supo plantear ante la ciudadanía las contradicciones del PSOE al presentarse como defensor de los derechos de los gays y mostrarse condescenciente con países como Cuba e Irán, donde se encarcela e incluso ahorca a los homosexuales.

Mucho más claro fue el ejemplo de la Ley de Memoria Histórica, en la que la renuncia a plantear la batalla ideológica, dijo, ha hecho aparecer al PP como heredero del Franquismo, cuando los socialistas tienen un pasado del que avergonzarse por su actuación durante la Segunda república. En este argumento coincidía con las declaraciones que, también ayer, realizó en un acto público Jordi Pujol. El ex president de la Generalitat, después de decir que el Gobierno catalán tendría que pedir perdón por las atrocidades ocurridas en Cataluña durante la guerra civil española, aseguró que en la contienda fratricida se mató «a mucha más gente de derechas y de misa que de izquierdas: tres veces más, o dos y media». Y concluyó que no le gusta nada la Ley de Memoria Histórica, «por sectaria».

La presidenta madrileña ha decidido dar un paso importante al plantar cara - «no me resigno», dijo hasta diez veces- a los tópicos que la presentan como una dirigente conservadora. Y lo ha hecho con argumentos sólidos que -como mínimo- deben ser considerados y debatidos en el seno de su partido. Rajoy, y su portavoz parlamentaria, Sáenz de Santamaría, acudieron a escuchar a Aguirre, en un gesto que seguramente demuestra que el líder del PP quiere contar con todos para el futuro. Su planteamiento de un partido «liberal, centrista y moderno» tiene mucho más que ver con lo que defiende Gallardón de lo que sus rivalidad podría hacer creer. Es obvio que la dirigente del PP está asumiendo un riesgo al no descartar una candidatura para el Congreso de junio al margen del aparato del partido, como ella misma reconoce. Pero presentar sus cartas y plantear la necesidad de renovar un discurso que ha fracasado en las urnas tiene todo el sentido por parte de quien se considere comprometido con su partido.