UPYD NECESITA CAMBIOS PARA CONSOLIDARSE

Editorial de  “El Mundo” del 10 de julio de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web

Con un breve comentario al final:

INCOHERENCIA DEMOCRATICA

Luis Bouza-Brey, (11-7-09, 8:30)

La experiencia demuestra que crear un partido político es bastante fácil. Lo difícil es lograr que se consolide. Éste es el reto que afronta en estos momentos Unión, Progreso y Democracia (UPyD), el partido fundado por Rosa Díez, que atraviesa su primera crisis interna tras la salida de Mikel Buesa y el expediente disciplinario abierto a 14 dirigentes que se oponían a la línea oficial y que no han sido invitados al Consejo Político de mañana.

UPyD nació a finales de 2007 para concurrir en las elecciones generales de marzo de 2008, en las que sacó unos estimables resultados que se tradujeron en el escaño de Rosa Díez en el Congreso. En las recientes europeas sacó medio millón de votos y un escaño para el catedrático Sosa Wagner. No está mal para un partido sin apenas estructura, pero también se puede hacer la lectura de que UPyD ha desaprovechado una gran ocasión para superar a IU y convertirse en la tercera fuerza política nacional.

En las dos elecciones de ámbito nacional a las que ha concurrido, UPyD se ha presentado como un partido de centro izquierda, con una firme defensa de un modelo de Estado basado en la unidad de España y de valores constitucionales como la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos y la cohesión territorial. Ello le ha reportado el apoyo de votantes desencantados del PSOE y del PP, que han visto cómo Rosa Díez decía en público con claridad muchas cosas que deseaban escuchar hace tiempo.

La cuestión es ahora si UPyD ha tocado techo o puede convertirse en una formación alternativa a los dos grandes partidos, para lo cual necesitaría dar un importante salto electoral en los comicios de 2012. Ello depende en buena medida de cómo haga a partir de ahora las cosas, de la coherencia de sus mensajes y del comportamiento de sus dirigentes. No lo tendrá fácil porque la tendencia al voto útil juega en su contra.

Ahí está como ejemplo negativo lo que ha sucedido con Ciudadanos de Cataluña, una formación muy similar a UPyD, que ha entrado en una crisis que puede provocar su desaparición por la absurda lucha de poder entre sus dirigentes, fruto del cesarismo de Albert Rivera y de su sospechosa alianza en las europeas con grupos de ultraderecha.

El sector más crítico de UPyD ha denunciado que Rosa Díez ejerce de forma muy personalista su liderazgo. Ello es tan cierto como inevitable, ya que es la única figura que puede arrastrar votos entre el electorado. Ahora bien, parece llegado el momento de que UPyD deje de ser el partido de Rosa Díez y se transforme en una organización con responsabilidades definidas en un organigrama elegido democráticamente. El congreso convocado para el 20 de noviembre es una excelente ocasión para proceder a esa institucionalización del partido.

Ello no significa que Rosa Díez abandone el liderazgo de UPyD, lo cual es impensable, pero sí que sería bueno que el electorado pudiera visualizar que el partido dispone de un buen plantel de personas preparadas para ocupar un espacio de primera línea en el debate político. En este sentido, se echa en falta que intelectuales identificados con sus ideas como Fernando Savater y Albert Boadella asuman un mayor protagonismo.

UPyD es el único partido fundado desde el fracaso del CDS de Adolfo Suárez que ha podido abrirse camino a nivel nacional. Ha suscitado grandes expectativas entre sus votantes y ha asumido un espacio electoral que han dejado huérfano los dos grandes partidos. Sería muy bueno para la democracia española que se consolidara, pero ello supone cambios que pasan en primer lugar por una menor dependencia del liderazgo de Rosa Díez y por un fortalecimiento de la organización interna.

Breve comentario final:

INCOHERENCIA DEMOCRATICA

Luis Bouza-Brey, (11-7-09, 8:30)

UPyD necesita libertad, estructuras democráticas, participación, y controles políticos y jurídicos de los dirigentes: sin todo eso, está muriendo.

Hay demasiado miedo a la libertad: si los dirigentes fueran coherentes hubieran democratizado las Agrupaciones locales en lugar de transformar el partido en una red clientelar del núcleo del Consejo de Dirección, y hubieran concurrido al Congreso Constituyente a defender su modelo de partido y conseguir su aprobación por la Asamblea, en lugar de aprovecharse de su red clientelar y del servilismo prefabricado del Consejo Político (el órgano deliberativo actual) para imponer su modelo al Congreso Constituyente, impidiéndole deliberar y votar sobre el mismo.

No se puede defender la Regeneración Democrática mediante el caudillismo, la represión, el servilismo dedocrático, la bunkerización de las estructuras y la imposición de los Principios Fundamentales del Movimiento, a estas alturas. Eso ya lo hemos vivido antes, y algunos estamos hartos y vacunados contra dictaduras.

En Cataluña, los afiliados no han podido reunirse en Asamblea desde noviembre de 2007, sin que en aquella Asamblea se hubiera decidido nada. ¿Vale esto como hecho revelador de la aberración en que consiste UPyD? Pues hay muchos más.