EL DECLIVE SOCIALISTA /El PSOE (y III)

UN PSOE EN 'DECONSTRUCCIÓN' NO SABE REACCIONAR ANTE EL PP

El partido se ha quedado sin papel político, a la espera de que termine la Presidencia de la UE y se abra la pugna electoral

Informe de  Marisa Cruz. Manuel Sánchez en “El Mundo” del 08 de diciembre de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web



El PSOE acaba de terminar una ingente campaña explicativa, con casi un millar de actos por toda la geografía española, para fijar su posición política en torno a la grave crisis económica. Leire Pajín, como secretaria de Organización del PSOE, se ha volcado. Sin embargo, tras esta iniciativa, los socialistas han sido encerrados en los cuarteles de invierno. La decisión de Zapatero de no hablar de candidaturas ni de elecciones hasta después de la Presidencia Europea, ha puesto al partido en hibernación. Pero, el PSOE, además, está en proceso de cambio y ya no es la poderosa maquinaria política que ha funcionado durante ocho años. Pajín tiene todavía que hacerse con las riendas, Blanco definir su papel, Zapatero saber qué quiere hacer con un partido que es todo suyo, pero que no se encuentra.

 

«Los factores de desgaste que están erosionando al PSOE no son de fácil reversión». «El PSOE debería atender prioritariamente a los factores de desgaste que afecta a su propio electorado». «Hay que profundizar en el análisis de los factores específicos que dan lugar a que en estos momentos el PSOE tienda a perder más apoyos electorales que el Partido Popular». «El PSOE está perdiendo la ventaja que tenía respecto al PP, en apoyos de los electores jóvenes y los trabajadores».

Estas reflexiones, que suscribiría entusiastamente cualquier dirigente del PP, pertenecen al artículo y al informe del sociólogo y director de la revista Temas, José Félix Tezanos, de este mes de diciembre, donde aporta una encuesta que sitúa al PP a cinco punto por encima del PSOE con una alta participación, y ¡a más de siete! si la participación electoral es baja. La revista, que siempre se ha vinculado al guerrismo, hace un amplio informe sobre el sondeo electoral y una reflexión: «El PP está sacando réditos políticos, en una forma que a veces deja desorientado a algunos líderes del PSOE».

Todo esto, sin embargo, se niega en el PSOE. La dirección del partido parece estar refugiada en los cuarteles de invierno, sólo admite que pintan bastos, pero que el tiempo lo puede curar todo.

Hasta ahora, el PSOE se consolaba con que dada la grave crisis económica, la distancia del PP no era definitiva. Pero, los llamados brotes verdes, lejos de reducirla, parecen ampliarla y no se ve capacidad de reacción en el partido.

El PSOE, además, parece estar como mero espectador, sin capacidad de tener discurso propio, salvo de acompañante de todo lo que haga el Gobierno. Los problemas tienen nombres y apellidos. Es un partido en deconstrucción... y no está Ferrán Adriá.

Leiree Pajín y su consolidación. Ha asumido la dirección del partido con todas sus consecuencias. A favor tiene que la militancia la adora, su inmensa capacidad de trabajo y que no hay conflictos internos. En contra, que le falta consolidarse en un cargo con tanta relevancia como es ser secretaria de Organización del PSOE.

Leire Pajín, disciplinada y fiel, no ha logrado todavía tener una voz con peso, un papel protagonista, un poder político interno y externo.

Quienes la defienden, y son muchos, piden que se recuerde cómo fueron los inicios de Blanco. Sin embargo, no faltan opiniones de que son ya demasiados meses para no haberse hecho un hueco.

Los resultados de las elecciones gallegas y europeas le pasaron una alta factura que, al menos en su totalidad, no le tocaba pagar a ella. Además, también cometió errores, aunque algunos fueron magnificados. No obstante, le pese a quien le pese, buena parte del futuro del PSOE pasa por ella. Las elecciones municipales y autonómicas serán su gran examen.

Blanco no sabe conciliar. La conciliación de la vida ministerial con seguir siendo número dos del PSOE no está siendo fácil para José Blanco. No es porque el dirigente socialista no tenga capacidad, sino porque no sabe si dedicarle más tiempo a los niños o al trabajo.

Su ausencia en el partido se nota. Tras ocho años como secretario de Organización, hizo un PSOE a su medida que, en buena parte, todavía controla. De hecho, no son pocos los dirigentes socialistas que, con conflictos internos, deciden llamar al ministro de Fomento.

Pero Blanco tampoco ha logrado encontrar el sitio en esta nueva etapa. Como el Guadiana, aparece y desaparece. De pronto, sale en tromba con temas de actualidad, marcando la agenda política y el mensaje del Gobierno y del partido; como se entierra en los túneles del AVE.

El mejor ejemplo fue en su almuerzo en los encuentros de Europa Press. Los más importantes empresarios acudieron al acto. Blanco hizo una intervención dedicada a sus competencias ministeriales. Y, después, no hubo una sola pregunta sobre su gestión en Fomento. Una periodista económica, dedicada a la materia, protestó.

- ¿Pero qué hace el ministro de Fomento hablando del aborto?

Y otra periodista, dedicada a la información del PSOE, le contestó.

- Es que es Pepe Blanco, vicesecretario general del PSOE.

Una Ejecutiva sin peso... A todo esto se une una Ejecutiva sin peso político. No es que se trate de una Ejecutiva de «pelotas» del jefe -como, por cierto, dicen varios de sus propios miembros-, ni que no haya debates en profundidad sobre los temas políticas -hay sesiones de varias horas, según fuentes de la dirección del PSOE-. Es, simplemente, que nadie en la dirección del partido quiere ejercer como miembro de la dirección del partido. Fue el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien lo dijo más alto y más claro, en un artículo a las puertas del último Comité Federal del PSOE.

Sólo Elena Valenciano y Antonio Hernando tienen algo más de protagonismo y dan la cara. Mientras que nombres de peso como Jesús Caldera, Juan Fernando López Aguilar o José Andrés Torres Mora pretenden pasar sin ruido. Están, intervienen y dicen lo que piensan. Pero hace ya mucho tiempo que no se identifican o, al menos, no salen a decirlo.

... y un partido sin 'barones'. A demás, es un clamor que no hay contrapesos al liderazgo de Zapatero. El PSOE ya no tiene barones que, con sus aciertos y errores, fueron un impulso político importante y, tal vez, los que aguantaron durante cuatro años a un partido agonizante de 1996 al año 2000.

José María Barreda, miembro de la Ejecutiva Federal, podría ser el único que conserva cierto poderío. Pero, Guillermo Fernández Vara se ha refugiado en Extremadura; Marcelino Iglesias está despidiéndose; a José Antonio Griñán le falta todavía hacerse con el partido en Andalucía; y Vicente Álvarez Areces y Francesc Antich nunca alcanzarán dicho estatus. Sólo José Montila y Patxi López, por diversas y variadas circunstancias, tienen también peso específico.

Zapatero es quien mejor conoce a su Gobierno, al Grupo Socialista y a su partido. Salvo que haya dejado de leer los periódicos y ya se haya pasado a los libros de Historia, debería hacérselo mirar.