ZAPATERO SALE AIROSO DE UN PÚLPITO DIFÍCIL

Editorial de  “El Mundo” del 05 de febrero de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web

Con un comentario al final:

UNA COÑA MARINERA

Luis Bouza-Brey (5-2-10, 10:30)


Zapatero resolvió bien ayer la difícil prueba que tenía que superar en el Desayuno Nacional de la Oración en Washington, un acto de carácter religioso organizado por el Congreso. Los propios promotores recordaron que este evento se celebra desde los tiempos de Eisenhower y que su sentido es destacar la importancia de la oración.

El presidente, que era el invitado especial este año, hizo un buen discurso plagado de referencias éticas y religiosas, en línea con sus mejores tiempos del comienzo de su mandato. Efectuó un elogio de la tolerancia y la libertad, defendió la solidaridad con Haití, leyó un pasaje del Deuteronomio en el que se aboga por un trato humano a los inmigrantes y condenó el terrorismo y cualquier forma de violencia.

Zapatero empezó su alocución recordando de forma muy oportuna que el español había sido la primera lengua en la que se había rezado al Dios del Evangelio en tierras de Norteamérica. Lástima que haya escuelas en España en las que ya no se puede rezar ni hablar en castellano.

Zapatero estuvo acertado cuando reivindicó «el derecho de cada persona en cualquier lugar del mundo a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien». Fue una apelación a la libertad de conciencia en la que pueden coincidir tanto creyentes como no creyentes. De hecho, como subrayó en su alocución, la nación estadounidense se forjó bajo la idea de la libertad religiosa en contraste con las persecuciones existentes en Europa.

El presidente del Gobierno hizo también una expresa referencia a la Alianza de Civilizaciones y recordó que en España han convivido judíos, musulmanes y cristianos, como acontece en EEUU.

El principal mérito de Zapatero fue ayer conciliar sus convicciones agnósticas con el espíritu cristiano que impregnaba el ambiente y con las demás intervenciones. Hillary Clinton expresó su admiración por Teresa de Calcuta y habló de la importancia de la oración en su vida y en su crisis matrimonial por el caso Lewinsky.

Las palabras de Obama estuvieron igualmente orientadas por un profundo tono religioso, con invocaciones tan significativas como cuando dijo que en los soldados de Lincoln veía la cara de Dios.

En este contexto tan marcadamente cristiano, Zapatero lo tenía a priori mucho más complicado que si el invitado hubiera sido Aznar o Rajoy. Pero logró articular una intervención basada en valores éticos universales que conectó con la sensibilidad del auditorio. No desaprovechó, así, la ocasión y se apuntó un éxito personal y político en un escenario en el que estaba la clase dirigente estadounidense y en un acto al que jamás había sido invitado un jefe de Gobierno en ejercicio y menos una persona agnóstica. Ello da la razón a quienes habían defendido su asistencia a este importante evento, que cuenta con la cobertura de los grandes medios estadounidenses.

Zapatero pudo darse cuenta ayer del papel cohesionador de la religión en EEUU, donde conviven sin problemas creencias distintas. Así debería ser en España, donde ha habido una fuerte tensión entre el Gobierno y la Iglesia católica por cuestiones como el aborto, la educación y el matrimonio homosexual.

En cualquier caso, hay que valorar positivamente la presencia y las palabras de Zapatero en ese púlpito. En los momentos más complicados desde que llegó al poder, el presidente español sorprendió con un discurso laico en el que brilló lo mejor de sí mismo.

Comentario final:

UNA COÑA MARINERA

Luis Bouza-Brey (5-2-10, 10:30)

 

Este país se está ganando a pulso el Apocalipsis: llevamos seis años a la deriva, gobernados por un partido degenerado y un Presidente inepto aliados con los enemigos de España, violando repetida y alevosamente la Constitución, negando la realidad de la catástrofe global que nos destroza, y este botarate se va a hacer el paripé a EEUU, mientras la Bolsa cae un 5%, el paro aumenta a cuatro millones y pico de desempleados, el déficit y la Deuda públicas se multiplican exponencialmente, y la UE amenaza con intervenir nuestra economía para evitar el fracaso de la eurozona.

Y el editorial de hoy de “El Mundo” se entretiene en analizar los méritos del discursito de Zapatero.

En lo que tiene que reflexionar el país urgentemente es en cómo salir del atolladero: cómo cambiar al inepto que preside el país, y formar un gobierno que sea capaz de reorientar el rumbo hacia algún puerto seguro, en lugar de seguir azotados por la borrasca sin rumbo ni timonel.

¿Cuáles son las FÓRMULAS CONSTITUCIONALES POSIBLES para cambiar el Gobierno?

1.- Zapatero puede percibir que algo no funciona correctamente en el país, y plantear una cuestión de confianza, que puede ganar por mayoría simple.

2.- Zapatero percibe que algo no va bien y disuelve anticipadamente las Cortes, convocando elecciones.

3.- Zapatero puede llamar al PP para formar un gobierno de salvación nacional hasta el final de la legislatura.

4.- El PP puede plantear una moción de censura y formular su alternativa al desgobierno actual.

5.- Zapatero pierde la cuestión de confianza y se ve obligado a dimitir, proponiendo el PSOE un nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno. El nuevo candidato propone al PP formar un gobierno de salvación nacional hasta el final de la  legislatura.

A mi juicio, las tres primeras opciones no resuelven la situación, pues implican consumo de tiempo del que el país no dispone, o piden al PP el sacrificio de ocupar una posición subordinada a un inepto que ha demostrado de manera sobrada su incapacidad.

La cuarta opción está relacionada con la quinta: el PP debería plantear una moción de censura para presentar su alternativa ante la opinión pública, pero también debería contactar con alguien en el PSOE que pudiera pactar la sustitución de Zapatero por otro líder (¿Solana?), con el que fuera posible pactar un gobierno de gran coalición a plazo fijo. El camino sería forzar a Zapatero a presentar la cuestión de confianza para que la perdiera, o que el PP presentara una moción de censura, y la ganara con el apoyo del PSOE, previo acuerdo de gran coalición entre ambos partidos, y con la Presidencia del Gobierno en manos del candidato X del PSOE, o de Rajoy.

No se me ocurren más fórmulas, pero lo que es vital es cambiar al Presidente y hacerlo urgentemente y con el máximo de apoyos, sin embarcarnos en un proceso de elecciones anticipadas que implicaría seguir unos meses sin rumbo en medio del temporal.